Capítulo 18 ESCALOFRIANTE

...MARIELA MELLER...

Necesito llegar rápido a cambiarme, la mala sensación que sentí cuando acabé de juntar mis cosas me tiene inquieta. Quiero creer que estoy paranoica por sentir que hice algo malo a escondidas de quienes quiero pero eso sería engañarme a mi misma.

Llego rápido y la puerta se abre cuando estoy guardando los billetes en mi bolso. Mi jefa muestra una gran sonrisa mientras fuma un cigarrillo de una manera provocativa. No tengo dudas acerca de que fue una mujer más que hermosa cuando fue más joven. Si ahora atrae tantas miradas, de más joven seguro le sobraban pretendientes.

-¡Magnífico niña, dejaste al público encantado, eres la mejor aquí, ya verás que juntas haremos mucho dinero!- ella está muy contenta conmigo y eso me hace sentir mejor después de tan rara sensación

-Que bueno, ¿Cuántos bailes haré ésta noche?- ella parece pensativa

-Unos tres o cuatro sería muy bueno, es lo que harán las otras chicas. Más tarde llegan otras para comenzar- me aclaró y no le veo nada de malo a continuar, eso es más dinero. Cuatro shows son ocho canciones o pueden ser más, eso depende de mí

-Si no le molesta voy a cambiarme- ella sale y yo corro a ponerme el vestuario que había dejado seleccionado para esperar que sea mi turno

De nuevo salgo a pasos firmes para ser presentada y escaneo con mi mirada el lugar comprobando que de verdad no reconozco a nadie allí, pero entonces, ¿Por qué tengo tan mala sensación y me siento en peligro?

Me concentro en mi nombre artístico y en la música que despierta la mujer sensual que vive en mi. Los minutos que dura el show acaban resultando muy cortos y nuevamente los hombres me dejan mucho dinero que correspondía con una sonrisa coqueta.

(.........)

Acabé mi turno sin inconvenientes, las bailarinas tenemos mucha seguridad para que nadie se pase de listo y con lo grandes que son quienes nos cuidan, dudo que alguien desee propasarse y atreverse así a llevarse una golpiza.

Voy a la oficina de mi jefa por mi paga y después ya vestida normal salgo rogando no ser vista. Cuando ya estoy en dirección a casa es en el momento donde me siento a salvo.

Después de algunos días reúno dinero y comprendo que gané en unas noches lo que en un mes de salario completo como cualquier empleada en otro sitio.

La máscara de mariposa sigue siendo mi aliada, aunque he comprado varias para poder ir cambiándolas y no aburrirme de usar siempre la misma.

Mi jefa ha comprado más vestuarios para usar, de modo que me he disfrazado de varias cosas distintas para así sorprender al público que tanto dinero deja para mi cada noche.

Aún siento ese escalofrío recorrerme entera cuando estoy bailando, aunque intento concentrarme en la música y así dejar de sentir; así como también de pensar en que todo lo que estoy haciendo aquí tal vez no sea correcto.

No he conseguido ningún trabajo que pueda calificarse como decente, de modo que sigo bailando poniendo toda mi energía allá, ¿Que más puedo hacer? Así me sienta algo incómoda la paga es muy buena y es lo que necesito en este momento.

Alejandro sigue enviándome regalos distintos y también el contrato de sumisión con mejores beneficios y ahora también ofrece exclusividad, como si no supiera que para el eso no existe. Exclusivo es el momento en el que se acuesta con una mujer, porque cuando deja a esa mujer sola el va a otra cama, así es su vida.

Siento deseos como cualquier mujer y se que aunque Alejandro es muy bueno en la tarea de complacerme y hacerme llegar al éxtasis una y otra vez, no merece estar conmigo tal y como estoy ahora. Se que con mis virtudes y defectos merezco un hombre que me quiera sin importar como me veo, sin que se fije si tengo un kilogramo o no de más. Alejandro no es más que alguien para usar de modo pasajero en los momentos de soledad, pero ya no es para mi.

Aveces los regalos suyos se acumulan en mi puerta porque no los recojo. Me voy tarde y llego tarde, aveces bailo más para traer a casa más dinero por lo que llego súper cansada directo a dormir.

Muchas veces no salgo durante el día, más que para visitar a Iker que está cada día más hermoso, sin dudas será súper apuesto cuando crezca y con los padres que tiene no podría ser de otro modo.

Sigo evitando contar a que me dedico, he mentido por vergüenza y solo digo que soy mesera en un club donde las propinas son buenas. Tener muchos billetes de baja denominación es sospechoso.