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ÁNGELO:

Esas dos tenían algo muy guardado. Tenía que mandar a uno de mis hombres a investigarlas muy bien. No iba a ser un tonto de los Lombardo.

-Que investiguen a Evangelina Lombardo-, le digo a Lucas.

-Porque Evangelina! Si te casaras con Lana-, se entromete Isabella como si con ella fuera la puta conversación.

-No te metas donde no te llaman-, contesto dándole una mirada.

-Pero y por qué Evangelina?- pregunta Lucas.

-Investiga a las dos, quiero saber todos sus movimientos-, doy la orden.

Puedo confiar en Lucas. Es mi familia y uno de los mejores hombres, luego le sigue Spider. No podía dejar que alguien más se le metiera a Evangelina por los ojos. Sería yo hasta el puto fin del mundo. El día que la vi hablando con un maldito niñato sentí celos. Me estaba quitando lo que yo quería joder. Lo peor era que con él sonreía y a mí parecía que me odiaba.

-Tienes visita-, entra Spider a la oficina.

-¿Quién es?-

-Vito!!-, Vito era un dolor de huevos porque él comenzó todo.

-Revisalo y hazlo pasar-, ordeno.

Veo como entra como si fuera el don de la ciudad cuando en realidad soy yo.

-¿A qué vienes? ¿A que te mate?-, pregunto sonriente.

-¿Crees que casándose vas a parar nuestra guerra?-, pregunta.

-Sabía que el punto débil de los Lombardo eran las gemelas y vaya que no fallo. Te recuerdo que fue tu padre quien decidió esto, yo solo puse la idea-, me burlo.

-¿Por qué quieres joderme? Por eso lo ha hecho-, grita furioso. -Vas a joder a mi hermana, la vas a matar, por venganza-, suelta.

Sabes lo que haré? La voy a follar y la regresaré cuando ya no quiera-, solo provoco más a este imbécil.

-Maldito-, gruñe e intenta lanzarse sobre mí. Spider lo agarra y lo saca de mi vista antes que lo mate. Luego que me casé veré qué hago con este gilipollas. Ahorita tengo asuntos más importantes como mi imperio.

Tenía que ir a la fiesta de la universidad. No me convencía para nada que estuvieran solas. Ahí podría convencerme que ninguna de las dos tuviera novio. así que me aliste y salí para la universidad. La noche comenzaba a caer y parecía que la fiesta era en la casa de la fraternidad. Decidí quedarme adentro hasta no ver a Francesco bajar del coche con Evangelina y su hermana.

Ahí estaban. Evangelina llevaba una cola de caballo y un vestido rojo que moldeaba su cuerpo, haciéndola ver lo diosa que era. Iba con Lina hacia la casa, pero Francesco no bajó. Así que decidí ir detrás de ellas, escondiéndome para que no me reconocieran. Iba a ver cada movimiento de mi futura mujer. Estaban ahí las dos, en busca o esperando a alguien. Entré por la puerta de atrás y seguí los pasos de Evangelina. Estaba bebiendo de un vaso que le habían servido, luego se fue a la pista de baile a mover sus lindas caderas. Estaba quedando hipnotizado sobre la belleza y los movimientos de esta mujer. Podía confirmar que no era su primera fiesta. Rompían las reglas de la familia, no tenían miedo de la mafia.

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