capitulo 7

La primera cita de Marion con Alexander

Marion regresa a casa donde solo escucha gritos y quejas de su madre por cómo está llevando la situación su padre, solo apuesta y pierde lo poco que logra ganar de taxista, y su madre solo sabe gritar y reprochar lo mal padre y esposo que es. Tras currar la noche como de costumbre, Marion cada vez se siente más sola y olvidada por todos.

Marion: hoy entro más temprano al hotel, madre, será un día largo y agotador. Todos quieren una noche ahí, ¿puedes creerlo?

Madre: sí, Marion, ya te escuché. Cuando salgas, por favor, lava los trastes que estén sucios.

Marion: Salomé también puede hacerlo, ella también vive aquí y come.

Madre: siempre es lo mismo contigo, no puedes hacer un favor sin discutir.

Marion: está bien, lo haré yo.

Marion lava los trastes antes de irse al hotel. Cuando entra por la gran puerta principal, no puede creer lo que ven sus ojos. Todo está arreglado con globos de corazones, arreglos de flores y una gran mesa de bocadillos para todos los visitantes.

Marion: Lola, qué hermoso. Se ve todo, ya veo por qué todos quieren hoy una noche aquí.

Lola: así es, siempre la señorita Brenda se luce en los arreglos para las épocas importantes. Pero anda, apúrate, que ya no tardan en llegar los clientes.

Marion se apura a llevar sus cosas al locker de empleados para poder empezar su turno. Cuando por fin está atendiendo a los clientes, no puede creer lo que ven sus ojos. Era él y estaba en el hotel de nuevo.

Darrechi: hola, buenos días señorita, ¿cómo está?

Marion: buenos días, joven, ¿en qué lo puedo ayudar?

Darrechi: dime Alexander, ¿y tú cómo te llamas?

Marion: Ma… Ma… Marion, mucho gusto.

Darrechi: hola, Ma… Ma… Marion (risa coqueta), ¿te puedo invitar un café cuando termine tu turno? ¿Qué dices?

Marion: claro que sí, me gustaría mucho.

Alexander se despide con un beso en la mejilla y se marcha. Marion queda inmóvil ante aquel bonito gesto. Lola se acerca y la saca de su nube.

Lola: ¿estás bien, niña? Te dije que mantuvieras tu distancia con el joven, pero bueno, allá tú. Luego no digas que no te lo advertí.

Marion: Solo me invitó un café. No creo que le gusten las chicas como yo. ¿Acaso no me has visto en un espejo?

Marion siempre se ha sentido fea y sin chiste. Siempre frente al espejo ve todos sus defectos y piensa que nadie la quiere porque es soltera a los 17 años y jamás ha dado un beso. Poco a poco fue perdiendo su autoestima.

El día transcurre bastante movido. Las parejas van y vienen. Todos se llevan un buen y agradable servicio y dan las gracias por ser tan amables en la atención al cliente.

Se escuchan unos pasos acercándose a recepción.

Brenda: Buenas tardes. Vengo a felicitarlas porque sin ustedes este día no habría podido ser posible. Gracias por su dedicación y buen trabajo. Tendrán su recompensa reflejada en su cheque de semana.

Todos se pusieron contentos, en especial Marion, porque tenía muchos gastos en la escuela y un extra era justo lo que necesitaba.

Llegó la hora de salida y Marion se prepara para irse cuando de repente siente una presencia cerca de ella.

Alexander: ¿Lista para irnos, Marion, o ya cambiaste de opinión?

Marion: Sí, ya lista. Solo vine por mis cosas, pero ya podemos irnos.

Alexander: Entonces, vámonos. Te llevaré a un lindo lugar para poder conocernos mejor, Marion.

Salen los dos del hotel riendo y platicando para luego subirse a su auto.

Alexander: Josué, llévame al Café La Vista.

Josué: Como usted ordene, joven.

Josué sigue el camino indicado por Alexander en el auto. Solo se escucha un silencio enorme, ya que Marion está muy nerviosa como para decir algo y piensa que podría decir algo que lo eche a perder.

Al llegar al café, Josué baja rápido y abre la puerta para que Alexander se baje y Marion del otro lado abra la puerta y se baje.

Alexander: ¿Por qué no me esperaste para abrirte la puerta?

Marion: No lo pensé. Lo siento. (Agacha la cabeza)

Alexander: No te preocupes. No pasa nada. Entremos y disfrutemos la tarde juntos.

Entran al café. Es un lugar muy pintoresco. Hay flores por todos lados y plantas. Cada mesa cuenta con un pequeño buffet de bocadillos para degustar con su café o té. Marion, al entrar, no podía creer lo bello que era y lo tranquilo que se sentía.

Llegaron a la mesa para disfrutar la tarde juntos.

Alexander: ¿Y cuéntame, tienes novio o estás disponible aún?

Marion: No, no tengo novio ni nadie aún. ¿Y tú?

Alexander: Yo tampoco estoy buscando aún a la indicada.

Marion: Cualquiera estaría dispuesta a ser la indicada. Eres muy guapo y es agradable estar contigo.

Alexander: Marion, me gustas desde que te vi y quiero preguntarte si quieres ser mi novia.

Marion se quedó pasmada al escuchar esa declaración. Ella no podía creer que el chavo de sus sueños le pudiera pedir ser su novia. Marion, sin dudarlo ni un segundo, dijo que sí ante tal propuesta.

Marion: Sí, sí quiero ser tu novia, Alexander. Me haces muy feliz.

Alexander: Me gustas mucho. Por unos segundos pensé que dirías que no. (Ambos se ríen).

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Comments

Deb Tessuri

Deb Tessuri

Asi de rápido??? Cualquiera

2024-05-27

0

Mildred Álvarez

Mildred Álvarez

pobre chica,no quiero ni pensar lo que le hará Brenda

2024-05-21

0

Noemi Montes

Noemi Montes

No puede ser, te va a lastimar

2024-03-24

1

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