Capítulo 7

A la mañana siguiente April despertó por el gran ruido que se escuchaba en los pasillos, pues todos se disponían a pasar el día en la piscina. Mientras estiraba sus brazos para desperesarse ingreso su hermano como un gran torbellino para tumbarse sobre ella.

-¡Levántate April, ya amaneció!

-Quítate Maickel, no grites.

Le reprendió molesta.

Su hermano se bajó de la cama y se reia mientras empezaba a retirar las cobijas.

-¡Maickel, no seas fastidioso, te odio!

Su hermano se reia a carcajadas, cuando una gran almohada impacto en su cabeza.

-Ey.

-Eso es para que me dejes en paz, ¡Largo de mi habitación!

Su hermano le lanzó un beso al aire, mientras salía del lugar.

-Te adoro enana, te esperamos en el comedor.

Al bajar todos se encontraban en el gran comedor, April logró divisar a Adám al otro extremo de la mesa, mientras hablaba a gusto con la amiga de su hermano.

-Buenos días para todos.

Habló el abuelo George, quien se encontraba de pie a la cabeza de la gran mesa.

-Pará mí esposa y para mí es un gran placer, tenerlos reunidos a todos, aunque falta nuestra pequeña Antonella quien por obvias razones no pudo asistir, pues no sería bueno posponer su luna de miel, ¿Estoy en lo correcto?

Hablo divertido, por lo cual todos sonrieron con gracia.

-Bueno, para finalizar espero se diviertan y nuevamente gracias por acompañar a mi esposa Mónica, en otro cumpleaños mas.

Decía mientras sostenía la mano de su esposa y dejaba un beso en  ella.

La mayoría se encontraban en la piscina después de un gran desayuno, April por su parte decidió dar un paseo por el campo en compañía de su amiga Emma, quien había llegado en la mañana con sus padres.

-No puedo creer, que Adám también este aquí.

Decía Emma mientras aplaudía.

-Tampoco yo, me sorprendí mucho anoche cuando lo vi llegar con George y su amiga.

-Eso es una señal amiga.

Hablo Emma emocionada.

-¿De qué señal hablas?

Preguntó confundida.

-Pues es más que obvio April, Adám el amigo de tu hermano te gusta y tú mi querida amiga, le gustas a él.

April sonrio sin impedir que sus mejillas se sonrojaran por la vergüenza, pues aunque tenía plena confianza en su amiga Emma, no podía evitar sentir timidez.

-Pero amiga, ten mucho cuidado, no me gustaría que te rompan el corazón.

Hablo firme su amiga.

April la observó con un desdén de tristeza, por lo cual Emma la animo.

-¿Sabes por qué?

-¿Ah?

Preguntó la chica.

-Por qué si Adám o cualquier otro imbécil te rompe el corazón, ocurrirá una tragedia y tú amiga aquí presente se convertiría en una despiadada asesina.

Le decía mientras la abrazaba, por lo cual una gran sonrisa se asomo en el hermoso rostro de April.

-Estas loca Emma.

-Pero a sí me amas.

April negó sonriendo.

-Hola chicas.

Ambas mujeres giraron su rostro para ver a Adám quien llegaba a su encuentro, se le veía bastante fatigado.

-Por fin las encuentro.

Hablo mientras se inclinaba y llevaba las manos a sus rodillas, para tomar oxígeno por el cansancio, pues llevaba corriendo casi una hora, aprovechando para buscar a April.

-Hola Adám.

Emma saludo con su mano solamente.

-¿Que están haciendo?

-Estábamos hablando de ti.

Contestó Emma poniendo en evidencia a su amiga, quien abrió sus ojos para reprenderla por su imprudencia.

-¿Puedo saber sobre qué hablaban? De mi

-Le decía a April, que a ti te gusta  ella, ¿No es así?

Adám le dio una sonrisa a April, de manera sexy lo cual la dejó embobada.

-Asi es, me descubrieron.

Decía mientras se acercaba a April.

-¡Emma! Deja de decir tonterías.

Reaccionó April de manera molesta, mientras empezaba a caminar para alejarse de ellos.

-April, espera.

Le decía Adám, pero la chica no se inmuto en responder y siguió caminando.

Emma lo observaba y atinó a decirle de manera firme y amenazante.

-Es mejor que vayas tras ella, aunque si le llegas a romper el corazón a mi amiga, te aseguro que te dejaré sin descendencia.

Adám negó sonriendo para empezar a correr tras la chica, hallandola cerca a unos grandes árboles, al acercarse la tomó del brazo de manera sutil.

-April, espera por favor.

-Sueltame Adám, es mejor que te vayas.

-¿Por qué quieres alejarme?

-¿Acaso no es obvio? eres amigo de mis hermanos, eres mucho mayor que yo, solo soy una niña.

-¿Eso es lo que crees? ¿Piensas que eres una niña?

-No pero...

-Entonces no entiendo por qué opinas por mi, no sabes lo que yo pienso, no decidas por mi.

-Pero es la verdad.

Adám se acercó y acuno el rostro de la chica entre sus manos.

-Pará mí, no eres una niña, bueno si eres una niña hermosa, pero hecha toda una mujer, no me alejes de ti, no te mentí cuando dije que me gustabas mucho; me encantas April.

Esas palabras desarmaron a la chica, quien pudo reaccionar solo cuando sintió los labios del hombre sobre los suyos, ese era su primer beso, uno tierno, suave sin ninguna pizca de malicia, Adám la beso con ternura, para después de algunos minutos intentar meter su lengua en la boca de la chica quien no puso objeción, pues estaba fascinada ese beso había sido mágico, maravilloso.

Adám sonrio victorioso al descubrir que la chica era una inexperta, después de algunos minutos alejo su boca de la de ella para acariciarle los labios con su pulgar.

-Me encantas bonita, me fascinas y quiero que no te quede la mínima duda.

April sonrio un poco englobada pues ese beso la había transportado a un sitio maravilloso en donde solo podía soñar con Adám a su lado.

Ambos empezaron a caminar en silencio, después de casi media hora pararon y fue Adám quien irrumpió el calmado silencio.

-¿En qué piensas? Bonita.

-En qué eres, muy arriesgado, alguien nos pudo ver y así malinterpretar las cosas.

Adám la tomó de la mano y se paro frente a ella.

-No hay nada que malinterpretar, tu me gustas mucho y quise demostrártelo. Sé que también te gustó, así que no hay nada de malo.

-Estas loco.

Decía April con una gran sonrisa.

-Loco por ti, y te lo voy a demostrar.

April negó y se sorprendió cuando nuevamente Adám arremetió contra su boca, aunque ya el beso fue más calmado y ella puso de su parte.

-Me fascinas April Vans, me encantas.

April sonrio para responder.

-También me encantas.

-Entonces...

Adám de repente se arrodilló y sacó de su bolillo una hermosa pulsera de plata, para ponerla en la mano de la chica.

-¿Quieres ser mi novia?

April quedo sorprendida y solo acarició la pulsera sobre su mano para responder con tristeza.

-Te puedes meter en problemas, soy menor de edad y no estaría bien.

-¿Quién dice que no está bien? Es algo simple, tú me gustas, yo te gustó, te estoy pidiendo que seas mi novia para que nos conozcamos mejor, si tú temor es tu familia, puedo hablar ahora mismo con ellos para pedir su consentimiento.

-¡No!

Negó gritando.

-Mi familia no lo aceptaría.

-¿Entonces que propones?

Preguntó desanimado.

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