Veinte

Ya habían pasado dos meses desde el accidente de Nico y él seguía viviendo en la que fue su casa de niño, junto a su padre, su madre y sus hermanos,  ya no había vuelto a su departamento salvo para buscar algunas cosas,  decía que estar allí le daba una sensación de abandono, como si algo le faltara a su vida.

- ¿En que piensas hijo?- le dijo Enzo al verlo sentado cerca de la piscina,  con la mirada perdida, su hijo no había vuelto a ser el mismo desde el accidente.

- Papá, ¿ Tú tuviste alguna duda cuando le pediste a mamá que se casara contigo?- preguntó a su padre.

- Esa es una pregunta para tu madre, ella si debió pensar mucho en que si yo era el adecuado, yo no, yo nunca tuve dudas, yo solo tuve estupidez. - le respondió recordando aquel tiempo- Sabes que no tienes que hacer nada que no quieras verdad, nunca te obligaría a nada, ni por la familia ni por otra cosa, y no me importa lo que le hayas prometido a ella.- Enzo calló un momento- Para nadie es un secreto que esa chica no es de mi agrado, y tu madre la tolera por ti, pero no la quiere tampoco,  así que ya conoces del lado de quién estaremos en el momento que quieras terminar esta payasada en la que ella te metió.

- ¿Vas a decirme algún día por qué no te agrada Samantha ?- el joven le había preguntado sobre eso varias veces y nunca había recibido respuesta.

- Quizás lo haga alguna vez, solo no es el momento, la vida de dos personas corre peligro si te digo ahora, y aunque yo lo puedo resolver de la forma que sabes que en la familia resolvemos las amenazas, les prometí que me mantendría al margen para que ellos pudieran tener tranquilidad y no pienso romper mi promesa si no es necesario.- el italiano hubiera dado cualquier cosa por contarle a su hijo, pero había prometido guardar el secreto- Eso no te va a aclarar mucho pero te pido que dejes de preguntar algo que no te puedo responder.- terminó el padre.

- Bien, ya no pregunto más por ahora, pero las dudas que tengo no son por ti o por mamá,  son por mí,  es que me parece que estoy traicionando a alguien, pero no sé a quién- decía mientras se rozaba con los pulgares la sien- eso sin contar que prácticamente todos los días sueño que le hago el amor a una mujer, que se perfectamente que no es Samantha y le digo te quiero,  pero nunca logro verle el rostro, solo sé que ella se acomoda en mi pecho como si estuviera buscando protección.- el joven se devanaba los sesos tratando de buscar en su mente el recuerdo de  otra mujer, pero nunca la encontraba-  y también está Sergio,  no sé por qué está tan raro conmigo, me parece que vive reprochándome algo que estoy haciendo mal y si Samantha está delante, ni me habla si no es necesario,  a ti no te agrada ella y Sergio se ve que la odia, pero nadie me dice nada. - el joven sabía que había algo que no le contaban.

- Hijo, hay cosas que debe resolver uno solo y este es tu momento para eso, solo quiero darte un consejo y espero que lo escuches ¿ Recuerdas a Mara verdad?

- Claro que la recuerdo papá,  esa mujer estuvo en mis pesadillas muchas noches.- dijo recordando la loca que casi lo mata.

- No dejes que otra Mara llegue a tu vida, si no estás seguro, espera. No te cases con esa mujer, ella es de todo, menos lo que tú necesitas, no olvides en que familia naciste y aceptaste quedarte, ella no es la indicada para un papel tan grande .- las palabras del padre dejaron pensando a Nico,  algo  debían de saber ellos si él volvía a hablarle de Mara después de tantos años.

- Gracias papá,  tus consejos siempre son los mejores, aunque en realidad no has dicho nada.- le dijo abrazándolo.

- Papá- se escuchó la voz de Ciara a sus espaldas- ¿Podemos hablar un momento?

- Ya viene una niña a robarte de mi lado- dijo Nico en broma- Te dejo con tu princesa, te amo pequeña- dijo levantándose para entrar en la casa.

- ¿ Que pasa mi amor?- le preguntó el padre a la hija.

- Necesito que me ayudes en algo, quiero irme a Irlanda. - le pidió ella y él la miró extrañado.

- Puedo saber por qué. - quiso que le dijera el padre.

- Lo siento,  ahora no tengo la fuerza para decirte papá, solo necesito estar lejos y que tú me ayudes con mamá. - a la chica se le humedecieron los ojos y luchó porque no salieran las lágrimas.

- ¿Para cuando quieres viajar?- preguntó el padre tratando de obviar esa imagen en su hija.

- Si puedo disponer del avión esta tarde, será esta tarde, si no mañana lo más temprano que se pueda.- Enzo la miró y quiso ver en su rostro que era lo que le pasaba, quería saber el por qué huía de aquella forma su pequeña niña.

- Ciara,  estás segura que no quieres contarme que pasa.- se sintió intranquilo por la rapidez del viaje.

- Papá,  si te cuento, no me vas a dejar ir, tú nos enseñaste que no se huye de la vida, pero yo necesito huir o me verás rota, te lo suplico ayúdame, quiero estar lejos de aquí- pidió la chica con un hilo de voz.

- Mi amor, si te rompes, ya sea aquí,  en Irlanda o donde sea, yo voy a correr a recoger los pedazos y juntarlos para ti, no olvides eso- abrazó a la chica y a ella se le escapó un sollozo- si tú me aseguras que estás en condiciones de estar sola, hablaré con tu madre,  pero solo si prometes que me llamarás cuando sea y a la hora que sea si me necesitas.

- Lo prometo papá,  tú eres el mejor, pero ahora déjame ir.- el hombre sintió otro sollozo en su pecho-  Cuando me sienta mejor, te lo cuento todo, pero tú también tienes que prometer que estarás tranquilo después de escucharme. - la chica intentaba que su padre no estuviera a la defensiva.

- Lo siento, viendo como estás ahora, no puedo prometerte eso, solo espero no encontrar yo antes la causa de tu alejamiento- le dijo a su hija mientras la apretaba con fuerza contra su pecho-  no va a pasarla muy bien si lo atrapo antes de que tú me cuentes, no creas que tu padre no sabe la causa de tu dolor, solo necesito saber quién es el causante- la separó de él y le dio un beso en la frente- sube y ve a preparar tus cosas si quieres viajar hoy, voy a hablar con tu madre, se va a volver loca, todavía no supera el accidente de tu hermano y su niña quiere irse, creo que hoy dormiré en el sofá por tu culpa.- se levantó dejando a su hija sola y salió a encontrar a la única mujer que ha amado en su vida y a la que tendría que convencer para que Ciara viajara.

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