Cuatro

Helena- ya era viernes en la tarde- llama a la señorita Harrison,- le dijo por el intercomunicador- y dile que me espere- intentaría descargar la exitación que tenia acumulada esta noche con Samantha,  aunque la última vez no resultó- Después puedes irte.

- Sí,  señor Parisi.- contestó ella.

La chica llamó como él le indicó, y al terminar entró a su oficina.

- Señor, la señorita Harrison dice que pedirá la cena para esta noche, que debe llegar temprano y que lleve una botella de vino. - habló rápido-Yo me retiro si no necesita nada más.- él  la miró, ella parecía contrariada.

- Gracias Helena,  ya puedes irte, hasta el lunes.

- Hasta el lunes señor.- dijo para salir de la oficina.

Esa noche, su cita con Samantha fue un desastre más grande que la anterior,  la comida estaba horrible,  pero era de un restaurante famoso según  ella,  y muy caro, y la compañía estaba más horrible que la comida, ya no soportaba a Samantha y su voz chillona, y sus conversaciones sin sentido alguno. Terminó yéndose de allí sin el tan necesitado sexo que lo ayudaría a calmarse.

El lunes en la mañana llegó y le resultó extraño que Helena no estuviera en su sitio todavía, eran cerca de las diez cuando sintió toques en su puerta.

- Pase.- se escuchó desde dentro.

- Señor Parisi,  buenas días- apareció Helena por la puerta con unas gafas negras y una marca en un labio, que aunque estaba muy bien maquillada, él sabía perfectamente que era.- Señor, solo he venido porque en mi poder estaban estos documentos que sé que usted necesita para hoy, pero quisiera que me concediera tres días de permiso, tengo una infección ocular, y no quiero contagiar a nadie.

- Helena,  quítate las gafas que quiero ver tu infección ocular- le ordenó él.

- No señor Parisi,  ya le digo tengo una infección, créame por favor. - ella pidió y él se puso de pie frente a ella.

- Helena,  quítate las gafas o te las quito yo.

A ella no le quedó más remedio que hacer lo que él le ordenaba, dejando al descubierto su ojo derecho con un moretón que lo cubría totalmente.

- ¿ Cuando pasó esto Helena?- le preguntó él con todos los músculos de su cuerpo contraídos por la ira.

- Ayer, cuando volví de un paseo, estaba esperándome dentro del edificio. - dijo con la cabeza baja,  no quería verle a los ojos.

- ¿ Donde más te golpeó?

- Solo tengo unos pocos golpes más,  no se preocupe señor Parisi.

- ¿Solo te golpeó Helena?- preguntó conteniendo la rabia.

- Solo eso, pero ya estoy bien, solo necesito descansar. - pidió ella.

- No estás bien Helena,  no lo estás.  - le dijo y en un arranque la abrazó con ternura y ella comenzó a llorar en su pecho, necesitaba ese abrazo.- Llora pequeña, pero no te preocupes,  esto no va  a volver a pasar.

- Lo siento, esto no es su problema, deje que me vaya, cuando regrese estaré bien.- ella se separó un poco y limpió con cuidado su rostro.

- Quiero que te sientas bien, aquí y ahora- le dijo limpiando también él su  rostro golpeado- y que cuando salgas para tu casa sea para descansar, no para llorar sola, llora todo lo que quieras aquí conmigo. - ella lloró un poco más mientras él le acariciaba el cabello y la acurrucaba contra su pecho y cuando la sintió más calmada le habló.

- ¿ Ya estás mejor?- ella asintió- Ahora le digo al chófer para que te lleve a tu casa tómate los días que necesites  y cuando yo termine aquí voy a ver como has seguido.

- No, no, eso no es necesario, no tiene que ir hasta mi casa. - trató ella de negarse.

- Lo es, no me vayas a dejar afuera de tu casa esperando- le dijo en broma- ahora siéntate un momento mientras hablo con Sergio. - él tomó el teléfono y estuvo hablando un momento con su chofer- Ya está,  ponte las gafas si lo deseas, voy contigo hasta el auto.

- Señor Parisi,  de verdad, no es necesario.

- Helena,  esto no es negociable, o bajo contigo o te bajo sobre mis hombros.- le dijo y la miró con ternura.

- Gracias otra vez señor Parisi y perdone todas las molestias que le estoy ocasionando. - ella se puso las gafas y salieron de la oficina rumbo a aparcamiento.

La ayudó a subir al auto y cuando la vio marchar hacia su casa,  sacó su teléfono del bolsillo y marcó a alguien.

- Diga, señor Parisi,  que desea. - se escuchó una voz del otro lado, sin ningún tipo de saludo.

- Quiero que localices a alguien, solo sé que se llama Raúl y fue el novio de mi secretaria,  la señorita Helena, tú la conoces.

- ¿ Solo lo localizo?- preguntó.

- Sí,  averigua donde está y hasta que desayunó  hoy, pero no lo toques,  que ni se entere que lo encontraste, pon a alguien que lo siga hasta en el baño.

- Así  se hará.

- Otra cosa, quiero a un guardia cuidando a Helena las veinticuatro horas del día,  los mejores que tengas, y si ese mal nacido se le acerca, déjenlo bonito.

- Sí señor Parisi. - contestó la voz del otro lado.

- Es todo, espero la información,  gracias. - la llamada se terminó y él subió a su oficina.

Estuvo trabajando toda la mañana y a la hora del almuerzo, recogió todo, dejó dicho que no volvería y salió a casa de Helena. Ya llevaba un rato tocando en su puerta sin que respondieran cuando apareció un chico como de su edad.

- Hola¿ Sucede algo?- dijo el recién llegado.

- Hola, soy el jefe de Helena.- se explicó Nico.

- Lo sé,  por eso le pregunté si sucedía algo.-  Nico lo miró extrañado al saber que el hombre lo conocía pero no dijo nada.

- Helena está enferma, y yo le prometí que vendría,  pero no me abre.

- ¿ Está enferma? Espere ya abro la puerta. Por cierto soy Dani- entró en la casa del frente y salió con unas llaves para abrir la puerta de Helena.

- ¿ Puedo saber porqué tiene llaves de su casa?- lo interrogó.

- Digamos que Helena y yo somos más que vecinos,  somos casi hermanos.- la tranquilidad volvió al cuerpo de Nico cuando escuchó la palabra hermanos mientras el chico abría la puerta.- Todo está muy callado.

- ¿ Cual es su habitación?

- Esta, venga.- Dani lo guió.

Con cuidado abrió la puerta de la habitación para dejar ver una Helena dormida y como estaba con el rostro de frente a la puerta pudieron ver los golpes.

- Helena ¿ Que le pasó?- dijo Dani y trató de llegar a ella, pero Nico lo detuvo.

- Venga,  vamos a afuera, se podría despertar. - salieron de la habitación y fueron a la cocina para hablar sin tener que molestarla con el sonido de las voces.

- ¿Conoces a Raúl ?

- Ese imbécil,  lo voy a matar.

- No tranquilo, no hace falta, él no se va a acercar a ella nunca más.

- ¿Estás seguro?

- Lo estoy.

- Ya ese imbécil intentó violarla una vez-  Nico sintió que le faltó el aire cuando escuchó aquello y a su mente vino el recuerdo de su madre que le sucedió lo mismo- debí matarlo ese día.

- No sabía eso.- dijo.

- Me imagino que es algo que una mujer no va a contarle a su jefe, de hecho conociendo a Helena como la conozco,  ni a mí me lo habría contado, de no ser porque fui yo quien lo quito de encima de ella ese día. - Nico tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y apretaba los puños dentro de estos.

- Si me lo permites me voy a quedar, le prometí que vendría a quedarme un rato con ella y le cocinaré algo para cuando despierte. - dijo Nico.

- Bien, muchas gracias señor Parisi, yo ahora tengo que salir, si despierta y no he vuelto, dígale que regreso en un rato por favor.- Dani salió de la casa y dejó a Nico allí, para acompañar a Helena, como le había prometido.

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Comments

Yazmin Gómez

Yazmin Gómez

si se acerca a ella déjenlo bonito 😏😏😏

2024-04-06

1

Valentina Rocha

Valentina Rocha

yo tomo la opción 2 jajaja!

2024-04-05

1

Ido Rojas

Ido Rojas

ya cupido hiso su trabajo

2024-03-21

4

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