Capitulo 20

¡Buenos días...

SANTIAGO.

Esperaba que se impactará, pero no tanto, después de ver las flores que están en su escritorio, sólo éso veía, no sabía que éso la fuera ha emocionar tanto, después de todo son sólo eso flores, ni que fueran para tanto.

- ¿Te gustaron?

- ¿Tú las envías?

- Deberías revisar la tarjeta.

Camina hacía su escritorio, deja su portafolio y unos documentos con los que entro en el mismo, busca entre las flores la tarjeta, pero no encuentra nada.

- No hay tarjeta.

- Bueno, tal vez luego llegue con tarjeta.

- Si verdad, pero a todo esto, ¿Qué haces aquí?, quedamos hablar en la comida.

- Si, claro, pero estoy aquí por otras cuestiones, no sé si ya te informaron sobre lo que quiero.

- ¿Tú eres el nuevo cliente que solicita una Guarda y Custodia de dos menores, cómo un divorcio?

- Sí... creó ya has de estar enterada de que Sara y Santiago son mis hijos.

- Sí, algo se de eso.

- Espero no tengas problema con llevar mi caso.

- Espera, no creo que sea lo correcto, ésto es anti-ético.

- Anti-ético, ni que ellos fueran tus hijos.

- Pero son tuyos.

- ¿Pero éso en qué influye?.

- ¿Porqué?, nosotros tenemos una historia.

- Pero éso fué hace muchos años, a menos que me permitas retomarla.

- ¡¡¡NOO!!!.

Su contundente no, es claro que no me va ha poner las cosas fáciles, pero se que si ella lleva mi caso pondría las cosas más interesantes.

- Bien, entonces, no le veo un problema o tú ¿sí?.

- Lo puedo evaluar, aún no te puedo dar una respuesta.

- Pero por lo qué sé, eres muy buena en está materia y supongo que por tú hijo también eres empática con tus clientes.

- Mis clientes más importantes no son los que me pagán, si no los que se benefician de mis intervenciones, ya sean, mujeres, hombres, pero aquí siempre los que más importantan son y serán los infantes, no se equivoqué, señor...

- Santiago Lascuráin.

- Bien, Señor Lascuráin, le parece si lo platicamos y sobre la marcha decidimos.

- Me parece perfecto. Licenciada.

Ahora que la veo desde otra perspectiva, me doy cuenta porque me enamore de ella, la quiero para mí y para mis hijos, será un excelente madre.

BRENDA.

No puedo con la sorpresa, las rosas realmente me desconcentraron mucho y creer que sea él, no, me niego a que sea él, todos menos él, ésa noche no pudo ser él, estoy segura de que no fué él, pero ¿cómo?, lo de las rosas aquí es dónde las dudas me invaden.

Luego buscarme para ponerme en la línea de fuego entre él y Rodrigo, cómo si no supiera sus malas intenciones.

- Es bueno que lo pienses.

- Si, lo éstoy pensando, pero dime realmente que es lo que quieres y como están las cosas.

- Bueno, quiero tener a mis hijos viviendo conmigo.

- ¿Realmente te vas hacer responsable de ellos?.

- Claro, ¿acaso lo dudas?.

- No lo pongo en duda, solamente tengo que saber la calidad de vida que piensas darles. Y sobre el divorcio, no sabía que estabas casado.

- Pues si, estoy casado, fuí obligado por mis padres y Rodrigo, ¿éso no te lo contó?.

- Pongamos las cosas en claro Santiago, dentro de está oficina no podemos mezclar los asuntos personales, estamos, si piensas que por aceptar llevar tú caso algo va influir en lo pasado estás muy equivocado. Así que mejor piénsalo tú, porque no pienso perder mi tiempo contigo en otro aspecto, que no sea Abogado - Cliente. No vas a poder pasar esa línea, ¿estás dispuesto a no cruzar en ningún momento esa delgada línea?.

-...

RODRIGO.

Esté es un día muy largo, las palabras que Lucas me dijo, todavía no las logro procesar, ¿ya sabrán la verdad?, tengo miedo, de perderlos sin a verlos tenido. Cierro mis ojos y los recuerdos me llegan cómo cascadas.

^^^- No, ¡shhhh!, no, ya no hables, no hables, sólo besame.^^^

^^^- Ésto... con un dedo de su mano, me silencia^^^

^^^- ¡Shhhhh!. ¡Shhhhh!..., no me cuestiones, no quiero saber nada, de nada, ni de mi vida, te prometo tener unas flores favoritas, pero ya no hables.^^^

^^^No dice más y me besa, no puedo negarme a algo que mi corazón anhela antes, que mi cuerpo, su beso está cargado de coraje, deseo, pero aún así se siente cálido lleno de vida...^^^

- Señor, señor... ¡¡SEÑOR!!

- ¿Qué pasa Julio?

- Le marque a su celular, llame a la puerta y le estoy hablando y no reacciona, pensé que algo le había pasado.

- Mmmm, lo siento, estaba distraído. ¿Qué pasa?.

- Si va ir, a cenar a la casa de la Señorita Brenda.

- No sé, Julio, tengo miedo, pero fue Lucas el que me llamo y tampoco puedo dejarlo en espera.

- Si, está bien, le preparo el auto.

- Sí, por favor, pero yo me lo llevo.

- Está bien señor.

- Te veo a fuera en 20 minutos, por favor.

Termino unos pendientes, salgo de la oficina ya fuera del edificio Julio me espera con el auto.

- Gracias Julio, ya te puedes ir a descansar. gracias.

- De nada, señor, ¿seguro que no necesita nada más?

- No, muchas gracias. Nos vemos mañana, recuerda mandar toda la semana éso, por favor, descansa.

- No sé preocupe señor, que descanse.

Subo a mi auto, llegó a su casa son aproximadamente las 7 de la noche, estacionó, me bajo, respiró todo lo más profundo que puedo, llegó a la puerta tocó y a los minutos, sale Lucas corriendo y sonríe de una manera que me llena de vida, de querer seguir viendo esa linda sonrisa.

- ¡Rodri, veniste!. me abraza fuerte, a lo cuál, yo correspondo en abrazo.

- Claro campeón, te dije que vendría y aquí estoy.

- ¡Siii!, pero pasa, anda...

De camino a dentro de la casa, me plática.

- Muchas gracias, y ¿tú mamá?.

- ¡haaaa!, todavía no llega, ya no ha de tardar, dijo que tenía mucho trabajo.

- Ok.

Llegamos y escucho ruido en la cocina, entonces no sé, si esté jovencito mintió o es su niñera.

- ¡Linda!. Lucas llama a su niñera y tienen una pequeña charla en la que me empiezo a sentir incómodo.

- ¿Qué pasó?

- Ven, por favor.

- Lucas, tú mamá me va a matar, dijo que nadie podía entrar.

- Pero¿por qué?, yo lo invite y mi mamá conoce a Rodrigo...

- Pues sí, pero... se va enojar.

Los interrumpo y me detengo hablar con Lucas.

- Mirá campeón, lo mejor será que yo me retire y en otra ocasión que esté tú mamá vengó, ¿te parece?.

- ¡Noooo! por favor, yo quiero cenar contigo...

- Y si espero a fuera a qué tú mamá llegue y lo platicamos con ella.

- Te vas a ir y me vas a dejar. Sus ojos se empiezan a cristalizar.

- No, te lo prometo, si quieres pedimos pizza y también esperamos a que llegue la pizza ¿te parece?, y cenamos todos juntos.

- Bueno, pero primero pide la Pizza, ¡va!

- Si quiere yo la pido señor, interviene su niñera.

- Perfecto, muchas gracias.

- De que la pido.

- Peperoni, decimos al unisono Lucas y yo.

- ¡jajajaja! reímos todos.

- Usted señorita también puede elegír un sabor.

- Muchas gracias, la escucho decir y se retira de la entrada. En unos minutos, se acerca y nos dice que en 30 minutos llegan las pizzas.

- Perfecto, gracias. Bueno Lucas me voy a salir a esperar a tú mami y las pizzas.

- Ok, te acompaño sí.

- No, no te preocupes, ya se siente un poco de frío, mejor quédate aquí, a demás ya conozco la salida. tocó el tiembre cuando lleguen la pizza y tú mamá.

- Bueno.

Salgo de la casa y camino a la salida, cuando abro la puerta de está la veo fundida en una abrazo con Santiago, la sangre me hierve y es que no se que hacer, pero realmente no puedo hacer mucho, porque dentro de la casa está Lucas y no quiero que se vea perjudicado.

Ella está de espaldas hacía la casa y el de frente a la misma, el primero en notar mi presencia es él y le habla al oído y lentamente se desahacen del abrazo, su vista se dirige a mí y su cara no es otra que de molestia. Ya liberada 100% del abrazo, se dirige a mí dirección donde acortar la cercanía pero es prudente y me habla.

- ¿¡Qué carajos, haces aquí!?.

- Vine a cenar con Lucas, ¿algún problema?, ya estoy evidentemente molesto.

- ¡Jajajaja!, por favor, ya habíamos quedado que te ibas alejar, así que por favor, márchate.

- No puedo, se lo prometí a Lucas, si quieres que me vaya dile tú.

- ¿Que te pasá Rodrigo?

- Me pasa... No me pasa nada, pero no te preocupes, lo puedes invitar a que cene, para que no te sientas incómoda. Se que la estoy regando, pero si está dispuesta a regresar con él, no me puede alejar de Lucas.

- Por mi está bien. E interviene él muy cabrón.

- No te pases de listo Rodrigo.

- Estoy siendo honesto contigo, si, mi presencia te molesta o te sientas incómoda con ella, él se puede quedar, yo sólo vine porque Lucas me lo pidió.

- ¿¡¡¡Qué!!!?, ¿sólo por éso veniste?. Perfecto. ¿Te quedas Santiago?.

- Claro hermosa, así conozco a tú hijo.

- Vamos entonces.

Entran a la casa, yo me quedó a fuera en espera de las pizzas. y simplemente no puedo con la frustración, que suelto un golpe a la pared, el dolor de mi mano en éstos momentos no se compara con lo que siento. - ¡Grrrr!. Sólo puedo gruñir del dolor que siento de ser desplazado sin darme tiempo de luchar, cuando llega el joven de las pizzas, las pago y toco el timbre por que me dejó a fuera. Sale la señorita, niñera de Lucas y me abre la puerta y me regala un sonrisa de medio lado y me cuestiona.

- ¿ Estás bien?. Señalando los nudillos de mi mano, los cuales observo.

- Si, no te preocupes, andando porque se enfrían.

Llegamos y ellos ya están instalados en la sala, ya hay algunos platos y servilletas, coloco las pizzas en la mesa del centro.

- ¿Puedo pasar a tú baño?.

- Si, Lucas indicale el camino por favor.

- ¡No, señora!, yo le indico, no te preocupes Lucas tú quédate con tú mamí y él invitado de tú mamá, por favor, te indico por dónde.

Vamos y me indica por dónde se encuentra el camino, entro y lavo mis manos me arde, pero no sé que arda más, si mis nudillos o mi corazón, al salir la chica sigue a fuera y me regala una bandita, la cuál recibo y coloco. Al darnos vuelta para ir a la sala, está ella parada viéndonos y simplemente se da media vuelta y se va.

Con un carajo, ésto no me puede estar pasando a mí, camino para alcanzarla pero ya está en la sala, ella está en un sofá sentada a lado de Santiago, de frente a ellos está Lucas sentado en el piso y queda libre el otro sofá de dos, me quiero ir. Pero no puedo por Lucas, así que busco estar cerca de él y quedar frente de ella, luego se nos une su niñera y se sienta a lado mío. La cena se siente tensa, tensión que rompen Lucas.

- Rodri, vamos a cenar... ¿si?.

- Ok, campeón.

Empieza la cena, pero no puedo quedarme mucho tiempo verlos juntos me revuelve el estómago, así que sólo como una rebanada y me levanto.

- Lo siento, campeón... pero me tengo que retirar.

- No, ¿porqué?.

- Recordé que mañana muy temprano tengo una junta y ya es tarde.

- ¡Noooo!, por favor, quédate.

- Perdón campeón, mejor en otra ocasión que tú mamá te de permiso vamos a comer, solos tú y yo.

- Pero lo prometes.

- Claro, siempre y cuando tú mamá quiera.

- Si, mamí.

- Luego lo hablamos, Lucas, por favor..., disculpa crees que puedas llevar a Linda a su casa, es que ya es tarde.

- Si a ella no le molesta, sin problema. Me ve desafiante y con burla al mismo tiempo y que decir del imbécil, que tiene una cara de felicidad, que no puede con ella.

- ¡NOO!, ninguno, vamos...

Toma sus cosas, me despido de Lucas con un abrazo y me dice al oído.

- Descansa papi, no te enojas, que te diga así, ¿verdad?.

- No, campeón, sería un honor, tener ése título.

Rompemos el abrazo y salgo con la señorita tras de mí y subimos a mi auto, la llevo a su casa, yo llego a la mía, y ya no busco pensar, sólo descansar de éste día tan largo y pesado...

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