Te Encontré

Te Encontré

Te perdi.

Era un día lluvioso, miraba por la ventana mientras tomaba un café en la oficina.

Acababa de graduarme y de casarme con el amor de mi vida, él y yo nos conocimos en la preparatoria y nos enamoramos, fuimos a la misma facultad pero en distintas áreas pero nuestra relación perseveró hasta el final y al graduarnos decidimos casarnos.

Llevábamos dos meses trabajando en distintas empresas pero siempre teníamos nuestra manera de vivir comunicados y cercanos.

Para mí era la relación perfecta, nos entendemos y amamos demasiado.

Ahora que vivimos juntos fue como un sueño para los dos, nos queríamos y ahora éramos familia.

Seguía mirando por esa ventana con un pensamiento sombrío el día de hoy tenía un sentimiento amargo pero no sabia que era, mire el celular y me di cuenta que no encontré la llamada que siempre llegaba a esta hora, fue cuando decidí llamar.

Mientras sonaba el celular esperaba a que me respondiera, por suerte tuve suerte. El me respondió la llamada.

"¿Amor?".

La voz del hombre que siempre he querido desde la preparatoria estaba al otro lado del teléfono inmediatamente sonreí felizmente al saber que estaba ahí.

"Hola mi amor".

"Amor te llamo después, está lloviendo a cántaros y es difícil llamar por celular".

"Si amor, ve con cuidado".

Colgué el teléfono pensando que era mejor que luego llamará pero tristemente ese fue el peor día de mi vida.

Ya faltaba poco para salir de la oficina el me llamaba siempre a la hora de salir de su oficina para decirme si venia por mi o me esperaba en casa mientras él ayudaba a preparar la cena o nos iríamos a cenar aunque sea los tacos de la esquina que por cierto son muy ricos.

Al salir del trabajo me dirigí en el metro de la ciudad mientras caminaba por las calles de insurgentes me detuve a mirar la televisión de uno de los puestos ambulantes.

Un accidente en el metro había dejado al menos 10 muertos y 20 heridos, pero eso no fue lo impactante, fue que Iván tomaba esa ruta de línea del metro para ir a casa.

Tome el celular y me marque a mi esposo pero no había nada que hacer el teléfono me mandaba a no disponible.

El sentimiento que sentí anteriormente hizo que me diera un escalofrío por la espalda.

'Tranquila, él debe de estar en casa'.

Me fui a casa después de eso.

Al llegar a casa no encontré a nadie, eso me asustó más de lo que creía.

Le volví a marcar por el celular pero me mandaba a no disponible, fue cuando me preocupé como si me hubiesen echado una cubeta de agua fría. Caminé alrededor de la sala pensando que hacer y fue cuando llegué a una conclusión.

Salí corriendo después de cambiarme de ropa menos incómoda de la oficina y me dirigí al sitio del accidente.

Mientras avanzaba en taxi mi ansiedad aumentaba, el tráfico en algún momento se hizo pesado y salí corriendo del taxi a donde había sucedido el accidente, solo esperaba que el no estuviera involucrado y que él estuviera por marcarme para preguntarme donde estaba.

‘Por favor que esté bien’.

La posibilidad que también esté en el tren del metro que estaba detrás de accidentado o si paso a un supermercado para la cena, solo esperaba eso que solo sea un malentendido.

Cuando llegué a la zona del accidente había mucha gente esperando lo mismo que yo o estaban aquí por pura curiosidad pero mientras más avanzaba más siniestro se volvía la vista donde el metro había sufrido el descarrilamiento.

"Amelia".

La voz conocida escuche, era la voz de mi suegro se escuchó, yo volteé mientras él tenía los ojos rojos para soportar el llanto.

Me quedé en blanco mientras veía a mi suegro acercándose a mi.

"¿Dónde está Iván?".

Pregunte tartamudeando, apenas podía hacer una palabra tenía un nudo en la garganta.

"Ivan está, él está".

El hombre apenas podía hablar conteniendo sus lágrimas.

"¿Dónde?".

"Se fue".

“...”

El señor que apenas aguantaba las lágrimas empezó a sollozar mientras yo estaba en completo shock.

"¡No!".

Un grito desgarrador me sacudía mientras caía de rodillas en el piso y mi suegro me apoyó cuando vio que podía incluso desmayarme.

Eso fue lo último que recuerdo después solo estaba de pie mientras estaba su cuerpo en el cajón de madera.

Era su celebración de funeral y después su entierro en el panteón de su familia.

‘No me dejes’.

Cuando echaban la tierra a la tumba eso fue lo único que pensé y mis lágrimas caían como un aguacero interno.

Apenas teníamos 23 años y él ya no estaba en mi vida.

Era nuestro inicio, él había dicho que haríamos una familia juntos y seríamos viejitos juntos.

Sabra si fuera verdad pero al menos quería creerle hasta que demostrara lo contrario.

‘¿Pero ahora?’.

Me quede sin ti.

Dejé de trabajar por un tiempo y me quedé con mis padres a intentar sobrellevar el dolor de mi corazón.

"Amelia, sé fuerte".

Esas eran las palabras de mi madre que cada día decía para mí, pero ya no había vida por la cual tuviera que seguir, el hombre al que adoraba ya no estaba.

Su sonrisa, su rostro, su cara y su cuerpo ya no podía sentir nada de él como si nunca hubiera existido.

'¿Cómo es que el mundo avanza como si nada pero el mío sigue congelado?'.

Cuando salí a comprar por órdenes de mi madre, llevaba la lista de los encargos que tenía que hacer en el mercado y me dirigí hacia mi destino.

Iba comprando lo que necesitaba para hacer la comida, pensaba que en algún momento el dolor de mi corazón se calmaría pero mi vida era ya de un color gris.

Caminé hacia la salida y cruce la calle tristemente un camión de basura me atropelló.

'Duele'.

Al principio era un dolor insoportable pero después solo sentí calor en alguna parte de mi cuerpo, un camión me había atropellado y huido.

Solo quedó mi cuerpo tirado en el piso, alrededor mio se escuchaban gritos de las personas pero después todo se volvió negro.

Ese día fue el día de mi muerte.

Cuando abrí mis ojos estaba en el cuerpo de una bebé.

‘¿Dónde estoy?’.

El bebe que estaba en las manos de una sirvienta, un señor lloraba.

“...”

“¡No me dejes!”

Entendí lo que había pasado, le lloraban a la mujer de la cama, al parecer ella era mi madre y el que lloraba era mi padre.

“Aysel”.

La mujer dijo una última palabra al morir.

‘Si hubiera quedado con un hijo de Ivan, ¿la vida hubiera sido diferente?’.

Mi madre había muerto cuando me dio a luz.

Mi nombre se convirtió ese día en Aysel Balam.

Cinco años después entendí lo que había pasado, había reencarnado en otro mundo en un mundo de fantasía ya que aquí había magia donde quiera.

Yo soy la hija del ducado Balam, que viene del legado de Balam, al parecer el ducado había hecho un trato con un Jaguar nevado donde le dio sus poderes al hombre y él le pidió ser fiel a cuidar la cadena de montañas que se encontraban atrás de la mansión.

Es el único linaje que su poder viene de una bestia mística en todo el mundo y eso es lo que lo hace famoso.

El linaje Balam siempre gobierna el norte del imperio Azul, no debe de ser tocado ya que los desastres en las montañas se desatarán.

Ese es el rumor que tienen hacia los gobernantes del ducado de Balam..

Así que en este tiempo me han criado con esas enseñanzas en esta vida y ahora tengo cinco años de edad.

Mi padre es un hombre amable conmigo pero los demás dicen que es un hombre con una personalidad muy fría, solo él y yo somos los únicos miembros que hay del linaje Balam.

Pensé que mi madre había fallecido después de que yo naciera, él me odiaría como pasaba en las novelas pero por suerte mi padre estuvo triste y se hizo responsable de mi como lo más precioso que tenía.

El me consentía y mimaba con todo lo que le pedía pero la diferencia era que yo no era ni consentida ni malcriada, me conocían por ser una persona amable y considerada.

Mientras me acostumbraba a esta vida pensaba en cómo se quedaron mis padres en mi vida pasada, ellos debieron haberse lamentado de que yo hubiese muerto así como mis hermanos, mientras ellos se lamentan otros dirían que Iván había ido por mí para llevarme con él.

Miraba por la ventana del castillo y observó a mi padre que va llegando de la expedición que hace cada temporada invernal, el se dedica a exterminar los monstruos que salen de las cuevas de las montañas heladas que teníamos en las primeras montañas, nuestro territorio es el la parte norte donde después de las montañas sigue el un mar profundo y frío, Digamos que es una esquina del continente.

Rápidamente baje y lo recibí con un fuerte abrazo el cual me respondió como si esperara a que yo le recibiera de ese modo.

Este hombre siempre ha estado ahí desde que fui un bebé, un hombre que para mi su mirada es cálida y dulce y mientras me mimaba en sus brazos fui creciendo poco a poco.

"Papá, has vuelto".

"Si mi pequeña, ¿Cómo te portaste?".

"Bien".

Sonreí a mi padre que me cargaba de regreso al castillo.

El me cargó como si cargara plumas, mientras me llevaba los caballeros detrás de él bajaban cansados después de la expedición.

Mi padre de alto y guapo, con unos ojos morados y su cabello negro azebache un cuerpo bien formado me miraban con cariño, el que cruzaba a los 29 años de edad con una niña de cinco de edad.

Yo al ser su hija era igual que él pero en niña sin mencionar que soy pequeña de cinco años.

"Aysel".

Mi padre que me llamó por mi nombre, él me miraba con ojos de te perdiste de nuevo en tu mundo e inmediatamente lo abrace con cariño sobre el cuello.

"Aysel, ¿qué pasa mi pequeña?".

Mi padre es un hombre muy agudo, noto mi cambio mientras pensaba.

"Te extrañe tanto y me puse triste por si te tenías que ir de nuevo".

"No me iré mi niña".

Lo volví a abrazar fuertemente, en esta nueva vida aún si no tengo madre tengo un padre amoroso, con eso me basta.

Nos dirigimos a su oficina y me bajo en el sillón que había enfrente de su escritorio.

“Deja me cambio y cenamos”.

“Sí papá”.

Fue cuando el mayordomo Efren se acerco a mi y me pregunto.

“¿Qué desea la joven maestra para cenar?”.

“Filete como me gusta”.

“De acuerdo señorita”.

Efren el mayordomo es un hombre muy amable y muy joven él se ve apenas estar en sus 20 años, con su cabello café con un poco de rojo y sus ojos verdes con sus lentes puestos.

Cuando mi padre salió de su cuarto ya aseado, me volvió a cargar y nos dirigimos al comedor, en este gran castillo solo estamos los dos.

“¿Que hiciste en mi ausencia?”.

Mi padre me preguntó, con curiosidad y le conté.

“Leí tres libros que había en la biblioteca, la nana juega conmigo a aprender etiqueta y ya”.

“Eso es bueno, mi niña es una niña muy inteligente”.

Le sonrei brillantemente a mi padre y mientras entrábamos al comedor para cenar juntos, la expedición duraba de un mes a dos y esta vez mi padre había tardado mes y medio para regresar.

La comida se hizo presente y fue así como empezó nuestra primera cena después de su regreso, él siempre ha cenado conmigo o a veces toma el té mientras me explicaba de la familia.

Esta vez no fue la excepción, mientras él cortaba mi filete en trozos pequeños para que los pueda comer él empezaba a sacar la historia de la familia Balam para que yo la aprendiera.

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Comments

ꪶꫂSweet

ꪶꫂSweet

ay, que triste capítulo /Brokenheart/
espero que en esta vida le vaya mejor

2024-10-01

0

Diana Gpe Martinez

Diana Gpe Martinez

bueno almenos no le toco una mala familia

2024-05-26

1

indira avila

indira avila

😢😢😢, es un sentimiento muy doloroso 😞😢

2024-01-06

1

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