Ducado

Cuando terminamos de cenar me levanté y él se levantó y dijo.

“Demos una caminata por el jardín”.

“Si”.

Mientras dábamos esa caminata miré a la nueva duquesa asomada por la ventana mirándonos.

No sabia que clase de persona es pero bueno no iba a ser para mi.

Al otro día todos madrugamos para regresar al ducado, mientras todo lo que el mayordomo me compro se guardaba, las maletas de la nueva duquesa llenaron cuatro vagones enteros, mis libros que llenaban medio vagón y mi padre que compro también cosas llenaban la otra mitad en total eran seis vagones.

“...”

‘Espero que lleve ropa para el frío’.

Mi padre que me ayudó a entrar al carruaje subió después, la princesa fue la última en subir y mi padre estaba sentado a lado mío.

“...”

Todo quedó en silencio y después recordé que soy yo la que debo saludarla.

“Saludo a la duquesa”.

“...”

Eso fue todo lo que se escuchó en todo el camino.

‘Esto será engorroso’.

Me acomode entre los brazos de mi papá y me quede dormida.

‘Si es mejor dormirse que ver la expresión de esa mujer todo el camino’.

Cuando desperté habíamos pasado el portal de teletransportación.

El frío se hizo presente y por primera vez vi a alguien estremecerse por ello.

La duquesa que experimentaba por primera vez grados ceros y bajos ceros mientras más subíamos la colina para ir a la mansión solo hizo un gesto de disgusto y dijo.

“¿Por qué no me dijo el frío que hace?”.

Mi padre sonrió como si viera a un bicho raro y dijo.

“Sabía a donde se metía y aun así se queja”.

“¿Y por qué van los dos ligeros de ropa?”.

Esta vez yo, junto con mi padre que sonreímos y la miramos como diciendo de que hablas, es normal para nosotros.

“...”

No entendió.

Nos miraba como si fuéramos las personas mas locas del planeta.

Llevábamos ropa casual aunque con una capa que llevaba el emblema del ducado, como si estuviéramos en un lugar donde estuviéramos a unos 22 grados celsius.

Ella si llevaba un abrigo, pero su abrigo no servía de mucho en los territorios del norte así que por supuesto se veía que se moría de frío.

Una vez llegamos al ducado ella bajó casi hecha hielo, creo que mi padre esperaba que ella se congelará antes de entrar pero la sirvienta personal que traía la ayudó inmediatamente.

Yo que ya estaba abajo del carruaje miraba la escena mientras estaba entrando con mi padre con las manos agarradas.

Ese fue el comienzo de la nueva duquesa de Balam.

Mientras tomaba mis clases de sucesión la nueva duquesa estaba gritando quejándose de lo frío que estaba el clima.

En el linaje de los Balam tenemos resistencia al frío, es por eso que las montañas era nuestro territorio el frío no nos hace nada, pero para los demás tiene que traer pantalones de piel y lana para no congelarse así que las sirvientas que trabajaban aquí todas usaban pantalones o se congelan las piernas.

En el castillo teníamos piedras mágicas de temperatura para el personal que trabaja con nosotros.

El día de hoy estamos a -12 grados centígrados, unos grados más alto de lo normal.

El tutor se fue después de su clase que hace poco empece a tomar y yo me dirigí a la biblioteca donde pasaba leyendo libros.

Muy rara vez veía a la duquesa así que mi rutina seguía igual.

“De nuevo a la biblioteca, Aysel”.

Mi padre que me miraba cariñosamente iba saliendo de la biblioteca.

“Sí papá”.

“Ven al rato, vamos a tomar té”.

“Si”.

Entramos al invernadero que mi padre cuidaba.

Fueron preparados diversos pastelitos y tés.

“Escuche del tutor que era buena”.

“Es porque había leído el libro”.

“¿Cómo le entendiste?”.

Porque estudié algo parecido en mi vida pasada pero no podía decirlo.

Solo levanté mis hombros fingiendo inocencia.

“Bueno, ¿Quieres aprender de tu padre cómo administrar?”.

“...¿Qué?”.

“Ya que sabes mucho pensaba que sería buena idea explicarte como funciona el ducado”.

“... Si”.

¿Quiere enseñar a una niña de casi nueve años aprender a administrar?.

Mientras observaba a papá que se veía satisfecho tomaba su té tranquilamente mirando el invernadero.

El tiempo se fue volando y los dos terminamos yendo al despacho de papá, creo que lo esta tomando muy enserio lo de que tiene que enseñar.

“Bien, mira aquí estos libros”.

Él me señaló varios libros y los sacó entonces dijo.

“Leerlos con calma y me dices cuando los hayas acabado”.

“Si tienes dudas pregúntale al tutor”.

“Si”.

“Si él no te ayuda con la duda ven conmigo”.

“Sí papá”.

“Bien”.

“También es importante que salgas a jugar”.

“Si”.

“Puedes ir a ver a los caballeros a que te enseñen a jugar con la espada”.

“...”

Es como decirme aprende a ser fuerte, es tu momento.

“Si”

Al final respondí, en todas formas el mayordomo Efren me había dicho que el horario cambiaría a la rutina de sucesor.

Fue cuando terminaba de mostrarme el estudio cuando la puerta se abrió de repente.

“...”

La duquesa entró y nos miró con ojos de por fin los encontre.

Ella que llevaba varias capas de suéteres parecía un oso.

“Duque”.

“...¿Qué necesita?”.

El tono de voz de mi padre cambió de repente a una fría.

“Iré al centro del ducado”.

“¿Y luego?”.

“...”

Ella me miró como diciendo estás haciendo estorbo pero mi padre dijo de repente.

“¿Qué quiere que se le haga si quiere ir al centro?”.

“Yo”.

“Si quiere ir dígale al mayordomo que prepare el carruaje”.

“¿...Podemos hablar a solas?”.

“...”

Fue cuando me levanté y con ayuda de Efren salimos del estudio y mientras pasaba a lado de ella escuche su susurro.

"No me gustan los niños".

“...”

El susurro llegó a los oídos de los que estábamos presentes.

Mi padre frunció el ceño pero no dijo nada, creo que en este instante pensaba que sería mejor echarla e ir a la guerra o hacer un golpe de estado.

'No vale la pena'.

Eso fue lo que pensé al escucharla pero mi padre se veía enojado.

Salimos de la oficina.

Regresé a mi habitación con los libros que había obtenido de mi padre, pero no tenía ganas de leerlos ahorita así que salí a dar una vuelta alrededor del ducado.

Después de darme dos vueltas en el jardín mire hacia dentro del ducado y observe a la duquesa salir molesta para el centro comercial del ducado.

“...”

Dicen que el amor que le des a tu esposa es el poder que tienes en casa, creo que aquí aplica, ella no tenía poder en el ducado Balam.

Cuando regresé a mi habitación fue cuando empecé a leer los libros de mi padre.

La mayoría eran de administración y contabilidad.

Fue entonces que empecé con lo que mi padre quería.

Mientras estudiaba para la sucesión estaba más ocupada leyendo los libros, mientras mi padre veía quién me daría mis clases de magia.

El tiempo pasaba y llegó el invierno, fue cuando mi padre se empezó a preparar para la expedición de cada año.

Fue cuando mi padre me dijo.

“Con la ayuda de Efren aprende mientras no estoy, mientras no este tu seras la dueña de Balam”.

“¡!”.

Eso significaba que la duquesa no tenía poder en absoluto en el castillo y muchos sirvientes se sorprendieron.

“Si”.

Tenía nueve años y me estaban educando para suceder el ducado.

Algo se sentía amargo de todo esto, pero tenía que seguir con las órdenes que me dejaban.

Mi papá se fue de expedición una vez más a las montañas.

Efren que estaba detrás de mí me guió al despacho para empezar a trabajar.

Efren fue mas especifico de como hacer los documentos y los hacía como él me indicaba, por suerte cuando tenía cinco años me aferre a aprender las letras y tener una buena escritura eso hizo que los documentos se vieran presentables.

Durante la expedición de mi padre la duquesa no quiso salir de su cuarto y se quedó encerrada por un mes y medio.

‘¿Sigue viva?’.

Envie a Efren para preguntarle si necesitaba algo ya que no se sabía si aun vivía o ya se había congelado y ella mandó un mensaje con Efren.

“La duquesa quiere piedras de calor”.

“¿No tiene?”.

“Dijo que podía morir de frío en cualquier momento”.

Aun con las piedras de calor era demasiado frío para ella.

“¿Efren tiene frío?”.

“Estoy bien equipado señorita”.

“...”

Por primera vez no sentia que es sentir frío así que no sabía como se sentían los demás.

“Mandale unas, la mujer se convertirá en paleta de hielo y con eso los tres imperios nos darán más dolor de cabeza”.

“Sí señorita”.

“¿Mi padre cómo la trata?”.

“Dijo que al menos no debemos matarla por nuestra supervivencia”.

“...Bien”

El día que llegó mi papá él revisó el trabajo que había hecho con Efren y me abrazó.

“Bien hecho”.

“¿Seguro?”.

“Si”.

“Sigamos trabajando juntos Aysel”.

“Sí papá”.

Se sintió bien tener un cumplido de mi padre.

Una semana después mi padre y yo estábamos platicando sobre el trabajo que me asignaba, pero como había ocurrido anteriormente la duquesa entró de golpe en la oficina.

Ella entró aventando la puerta con ambos brazos y mi padre y yo la miramos con desinterés, desde el pasillo se escuchaban sus gritos.

“¡Duque!”.

Ella furiosa gritó hacia mi padre ignorando mi presencia.

“Soy su esposa así que debe de hacer lo que un esposo debe de hacer”.

Eso fue lo que dijo.

“...”

Lo que un esposo debe de hacer.

No tardé mucho en darme cuenta de lo ocurrido, en ese momento quería reírme de ella.

“Aysel, nos vemos después en la cena”.

“Sí padre, con permiso duquesa”.

Salí del despacho y la puerta se cerró.

No supe de qué hablaron pero me di una idea de lo que pasa, mi padre no le dio ni una noche.

A los pocos días empezaron a darse cambios significativos en el ducado, la duquesa empezó a mandar en muchas cosas dentro del castillo y rápidamente me quedé sin espacios en el piso que era solo para mí.

De un momento a otro sentí la presencia de la mujer en todo el lugar.

Ni siquiera me dijo que me quitara varias habitaciones.

‘Esta loca que le pasa’.

Solo podía ahora usar dos habitaciones, la biblioteca y mi habitación.

Por el momento mi padre me había dicho que descansara de mi trabajo, ya que Efren dijo que si hago mucho podría colapsar rápido y dos días me dio de descanso.

Había mucho trabajo que hacer pero ahora tenía un inconveniente más que hacer así que tenía que arreglar este asunto.

‘Tengo que recuperar la habitación de cristal’.

Hay una habitación que es mi favorita ya que tiene grandes ventanas y se ven las montañas y el cielo.

Ese lugar es mi lugar favorito, tener resistencia al frío vale la pena para ver las auroras boreales.

Me dirigí directamente a donde estaba la duquesa que parecía un oso por el frío, aun no llegaba primavera y se veía lejano cuando se calmara la nieve.

“Saludo a duquesa”.

“...”

Ella me miró con ojos de lo que haces aquí.

“Vengo a pedirle la llave para el cuarto de cristal”.

“¿Ese lugar?”.

“Si”.

Ella me miró algo molesta y dijo.

“Rompí los vidrios de ese lugar y por eso se cerró la habitación”.

“...”

“Así que olvida ese lugar”.

“No me importa si están rotos los vidrios, ¿me podría dar la llave?”.

“¿Desafiar mis órdenes?”.

“...”

“¿Eso te enseñaron?”.

“Soy la dueña de la casa, así que respeta mis decisiones”.

‘¿Dueña?’.

Solo está fastidiandome el rato.

Esto es molesto.

Me dirigí a la torre a mirar las montañas desde ahí.

“Hola Marcos”.

“Hola joven maestra”.

Marcos que es el encargado de hoy en vigilar la torre me saludo, me recargue a mirar las montañas mientras él estaba ahí vigilando la ciudad de abajo.

No era lo mismo como la habitación donde me podía tirar en el piso pero al menos me desestresa de la duquesa.

Así fue como pasé la tarde ese día.

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Comments

Dulce Cira

Dulce Cira

es una bajeza pedir atención íntima a un hombre o a quien sea 😏rebajarse a tal punto es no valorarse como persona 🙄🤦🏼‍♀️ no no no inaceptable🙃🤞🏻

2024-01-24

2

indira avila

indira avila

jajajaja qué vergonzoso es su manera de pedirlo y exigir 🤣🤣🤣🤣

2024-01-06

2

indira avila

indira avila

que considerado el duque 🤣🤣🤣🤣🤣

2024-01-06

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