Katherine era una chica de más o menos treinta y cinco años, era profesional, buen cuerpo, bonita cara y cabello castaño que mantenía al largo de las orejas en corte Bob con flequillos muy a la moda, siempre vestía con pantalones jean de acuerdo a la temporada, una mujer sencilla.
Tenía algunos meses que había regresado a su país de nacimiento, después de su ruptura con el que fuera su novio por una década, a raíz de esa ruptura cayo en la más crónica depresión siendo diagnosticada con un trastorno mixto de depresión y ansiedad.
Había comprado un pequeño pero cómodo apartamento en una residencia fuera de la ciudad, alejada del bullicio y el estrés de los autos y las personas, rodeada de vegetación, donde solo se escuchaba el sonido de los pájaros al amanecer, hasta el aleteo de las mariposas se podía percibir.
Al conocer la zona vio el lugar perfecto para cumplir con los tratamientos que le indicara el psiquiatra después que atentara contra su vida.
Esos primeros meses no fueron fáciles para Katherine, ya que al regresar se había dado cuenta que unos primos lejanos habían vendido la casa que había heredado de sus padres, también se había enterado que los hermanos habían conspirado contra ella para que no se le dejara nada de la fortuna de sus padres, dejándola sin nada, solo con el dinero que trajo del exterior, producto de su trabajo, para completar también se dio cara con la dura verdad de que no era hija del hombre a quien llamo padre toda su vida.
Cada día el vivir se había convertido en una guerra interna de emociones y sentimientos que la llevaban a lo más bajo de su propio infierno interno.
Sentía que caminaba porque no había más nada que hacer, había estudiado Artes plásticas en Paris, y en ese país ganaba mucho dinero, pero en este país donde se sentía extranjera siendo donde nació, esa profesión no era rentable y le era imposible conseguir trabajo de lo único que sabía hacer.
Cada vez que se llenaba de valor y salía a la calle a tocar puertas a ver si le daban trabajo así sea de maestra de artes, siempre le decían el tan ya conocido “cualquier cosa la llamamos”
Estaba harta de tanto tropezar, sentía que no podía más, día a día los amigos se habían apartado al verla tan desesperada en la soledad de aquel apartamento.
Esa mañana se colocó ropa deportiva y decidió salir a correr después de una larga noche sin dormir, mirando el celular a ver si su ex le había escrito algún mensaje y leyendo y releyendo cada mensaje que aún mantenía guardados en su teléfono.
Corrió por los alrededores del conjunto residencial por largo tiempo hasta que miro un bultito negro moverse entre la basura, se acercó y descubrió que era un perrito aun cachorro, lo cargo entre sus brazos y lo llevo con ella, al entrar al edificio se encontró con uno de los vecinos, este le producía algo de desconfianza ya que siempre misteriosamente lo encontraba a donde ella estaba
-¿Cómo estas Katherine? ¿Saliste a trotar esta mañana?
-si- le respondió con frialdad a lo que él se le acerco a lo que ella se sintió invadida
-¡es un cachorrito! ¿Lo adoptaste?
-sí, bueno en realidad lo conseguí entre la basura
-pero ¿a quien se le ocurre dejar un animalito en la basura?
-si la gente es mala con las personas ¿qué queda de un pobre cachorrito?
-si quieres te ayudo a cuidarlo
-no te preocupes Oswaldo estaré bien
-¿seguro?- insistió a lo que ella le respondió con apatía
-si- entrando a su apartamento un poco asustada, cerró la puerta tras de su espalda y acomodo al pequeño animalito en el suelo, luego lo limpio como pudo y lo acomodo en una canastica improvisada.
Sintió el teléfono sonar, era su abogado
-buenos días señorita Katherine, le informo que no podre seguir trabajando en su caso ya que me debe los honorarios de tres meses, recuerde que este país no se vive del aire- Katherine cayó sobre uno de los muebles de la sala sin aliento esta era la única oportunidad de recuperar parte de la herencia que dejaron sus padres.
Paso todo el día acostada sin ánimos de levantarse, pensando en solo dormir, agarro su celular y mando varios mensajes pero no obtuvo respuesta alguna, abrió su Facebook, mirando publicaciones y memes de varias personas, de pronto en las sugerencias de amistad reconoció un rostro que hace mucho no veía, al leer el nombre le llego a la mente el recuerdo de uno de sus compañeros del bachillerato, recordó que habían tratado de tener un noviazgo pero este chico de ojos verdes a pesar de ser tan guapo era el más creído que había conocido y le hacía cada desplante que ella decidió terminar la relación con él. Entonces decidió limar asperezas con él y por algún motivo le envió un mensaje para cerciorarse si era el
-hola Uriel ¿estudiaste tú en el colegio “San Cipriano”?- después de esperar por un momento, la respuesta no llego entonces escucho el llanto del cachorro y se decidió a ver qué le sucedía
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 60 Episodes
Comments
Luisa Vasquez Martinez
Interesante lectura hasta ahora
2024-03-09
1
Eli Sanchez
más ➕ capítulos
2023-04-02
0