Capítulo 2

Cuando regresó de mi viaje rápidamente me dirijo a mi cuarto y de ahí, a mi armario. Entre todas mis ropas hay una protegida con una bolsa transparente... Y es nada más y menos que un puto vestido rosa.

«3 años atrás...

—No voy a usar el jodido vestido...

—No tienes que utilizarlo... —susurra el señor Schmidt —Sin embargo, habrá un día... Uno, en el que necesites un favor y este vestido puede ser la puerta a tu favor...»

Sacudo la cabeza.

¡No te lo pongas!

Karl jamás mentiría sobre algo tan delicado como la salud de Fri. Tomó el vestido y tiemblo ante los recuerdos de mi pasado.

«9 años atrás...

—¿Para qué me lo tengo que poner? —preguntó al ver el vestido rosa con diamantina en todos lados.

Luego de ese día... El rosa es un símbolo de putería para mí y el brillo, ni se diga.

El señor Schmidt sonríe —Porque en ti se verá bien...

—P-pero no me gusta el rosa. —hago una mueca

—A Frieda le quedaría bien.

Trago saliva y asiento —M-me lo pondré.

Él ríe satisfecho. —Hazlo...

—¿Con... usted aquí?

—Sí. —me ladra con impaciencia

Trago saliva salvajemente y me quito la ropa para quedarme en ropa interior delante de él.

Rápidamente, me escanea con la mirada y me come literalmente con los ojos.

Tomó el vestido en mis manos pero me detiene —Ven...

Camino a él con lentitud y miedo.

Sus asquerosas manos me toman de la cintura y me mira a los ojos —Eres bella Antje... —sonríe. Sus manos vagan por mi cuerpo y yo evitó estremecerme —Separa las piernas... —con miedo le obedezco —Eres perfecta... Joder... —sin esperarlo me toma en sus brazos y me acuesta en la cama —Te haré mía pequeña Zorra... ¿Entiendes?

Asiento con mucho miedo —¿M-me dolerá?

—Si te portas bien, no.

Esa noche... Fue la que me marcaría de por vida.»

Tiemblo y dejó caer el vestido al suelo —Re-relájate An... —jadeo cuando siento que el aire me falta de pronto

«9 años atrás...

—¡DUELE! —grito de dolor y me intento alejar, pero él me sujeta fuerte de las muñecas, lastimándome en el proceso —¡Por favor, suéltame! —suplico por piedad, piedad que no me da.

—Frieda estaría en tu lugar... —sisea con los dientes apretados —¿Lo quieres? —niego —Entonces cállate... —me ordena»

Las lágrimas no las puedo contener, terminó de rodillas en el suelo con el vestido frente a mí. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que hacer esto de nuevo?

«9 años atrás...

Sobre la cama sollozo sin contenerme, todo el cuerpo me duele y quiero que todo esto termine ya.

—Vístete... —me ordena

Como puedo, me coloco el vestido y le miro con odio.

—Esto aún no termina... —me levanta de un jalón de la cama y me toma del brazo para sacarme de la habitación.

Camina con rapidez mientras a mí me duele hasta el alma cada paso que doy.

Entramos a una de las habitaciones y me quiero morir al ver a siete hombres dentro.

—¿Recuerdas qué te dije que necesitábamos tu ayuda? —me sonríe con superioridad —Estos chicos la necesitan...—retrocedo pero el señor Schmidt me sostiene del cabello y me empuja en medio de la habitación —Baila... —gruñe»

Entro al despacho y camino hacia la mesa, me arrodillo en la alfombra y le miró —Necesito un favor...

El señor Schmidt despega su mirada de las hojas que lee y al verme su sonrisa no se hace esperar. Deja las hojas y me mira —Te escucho...

Trago saliva y mi odio crece a cada segundo —Necesito regresar a San Francisco.

—¿Regresar? —asiento. —Un oral por una semana...

—Un mes... —bajo la mirada para que no vea la agonía qué estoy pasando ahora mismo

Se hace el silencio y nadie dice algo. Yo solo espero, mientras las ganas de matar algo aumentan.

—No creo que un mes sea necesario.

Le miro —Tengo esto... —le muestro la pulsera que tengo en la mano, es una pulsera de metal de alta tecnología. Con solo presionar un botón le causa a su portador una gran descarga que en caso de ponerse en el nivel más alto puede matarlo. —Si en un mes no regreso... Entonces puede activarla.

El señor Schmidt me mira, analizando cada palabra que he dicho. Al final, se levanta y camina a mí.

¡Mátale!

No puedo, no tengo mis armas y caigo en riesgo de morir electrocutada.

—¿Qué se siente? —me pregunta

—No se a qué se refiere...

Estando frente a mí, se agacha a mi altura —¿Estar en la misma situación que hace 9 años?

Horrible, me siento sucia, del asco, prefiero morir que humillarme... A veces deseo que las cosas fueran diferentes, que Fri supiera lo que he pasado por ella... Que sienta lo que yo siento... Pero eso no pasará jamás porque hice un juramento...

«—Lo juro. —asiento —Cuidaré de Fri siempre... »

Y Antje Weber siempre cumple sus promesas —No lo sé... —miento —No he tenido tiempo de pensar en eso.

El señor Schmidt se levanta dejando ante mi vista su pantalón, regresa a la silla, gira sobre sus talones y me mira desde su lejanía.

Se desabrocha el cinturón, baja su cierre del pantalón y me mira —¿Continúas...?

Me levantó del suelo y le miro con odio pero me contengo para parecer indiferente y neutral.

—Si me complaces bien, entonces te dejaré ir tres meses. ¿Te parece?

Le miro asombrada —¿Tres?

Él asiente —De todas formas puedo matarte cuando quiera y el brazalete no se quita fácilmente.

Eso es cierto, ya lo he intentado —Acepto...

—Entonces, ¿Qué esperas?

Tragó y me acerco con un andar seductor, el mismo que me ha hecho matar a muchos hijos de puta... Entre ellos Harris.

Me acerco a su altura, me arrodilló ante él y lo tocó como años atrás... Esto, me recuerda mis pesadillas más profundas.

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Comments

T.N

T.N

Y todo por alguien que la echo a la primera /Frown/

2025-02-11

0

T.N

T.N

Ay no que feo 😭😭😭😭

2025-02-11

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