Mi nuevo compañero de cuarto me confundió con el repartidor de la pizza el primer día y me hizo tomar de una botella con nombre poco cuerdo: “Invento de la familia Borrachín”, me lanzó a una misteriosa piscina de algún vecino y al segundo fue él mismo quien me tuvo que rescatar o mejor dicho, taponear mi boca con su torpe mano de alcohólico porque según él, mis gritos de nenaza se cogían la manzana completa cuando el dueño de la famosa piscina nos estaba cayendo atrás con un bate que no se veía muy amistoso, y por culpa de él, (como lo odio) , mi vida tomó en vez de un giro positivo de la rueda de la fortuna, caí en desgracia en la diana de dardos víctima de ese demonio.
Le gusta el ruido musical llamado rock y a mí el género k-pop no muy querido por el fandom macho alfa pecho con pelo enroscado y duro .Él no era macho alfa pero aun así, no hubo día alguno, minuto o segundo que no recibiera una burla de él, que me amargara la existencia social y minimizara como le hacen a la basura chatarra ¿Es que no tiene nada mejor que hacer con su vida que joderme las pocas horas que paso en mi dormitorio? Hace lo posible y hasta lo imposible para sacarme una sorpresa distinta cada día de la semana.
Y ese k-pop que tanto bailaba con alegría y el cual fue arruinado con su presencia…Nadie es capaz de espiar a una persona y no tener cargo de conciencia, nadie nunca había espiado mis bailes ultra secretos hasta el día en que conocí a la mismísima peste en versión humana. Mi cara se había caído de humillación y no solo mi cara, también eso panecitos dulces rellenos con chocolate tan ricos que sostenían mis dientes y manos. Imperdonable. Por su culpa tenía que hacer huelga de hambre y levantarme en horario que él estuviese durmiendo o desaparecido de casa para hacer mis funciones de supervivencia diaria. Es una plaga. Ese necio blasfemo ya tenía un boleto gratis directo al infierno por su música diabólica y estrambótica, yo no tenía por qué castigarlo, ya alguien se encargaría de hacerle pagar con su propia medicina.
Pero como era una persona tan comprensible y devota de la buena senda hoy iría a cenar, de nada sirve que te pelees con tu compañero de cuarto.
-Por cierto, ¿qué tipo de música escuchas?-Él sujetaba una copa con vino.
Ahí va, de seguro ni se resiste por sacar el tema.
-No me gusta hablar cuando estoy comiendo.-Pruebo un poco de la ensalada tratando de evitar el tema.
-Esto es aburrido.-Agarra un tomate con la mano, le miro con asco evidente.- ¿Qué?
-Nada.
-¿Se puede saber dónde estabas todo este tiempo?
-En el país de las maravillas.
-Enserio, ¿dónde mierda te metes, en tu cuarto? Un día cuando vaya a entrar tendré que sacarte lleno de moscas.-Sostiene otro tomate con la mano y le fulmino con la mirada.
-Por favor, estoy comiendo.-Tomo un poco de agua-Y nunca entrarás a mi cuarto.
-De hecho, ya lo hice, pero no te me pongas mal, solo estaba preocupado por mi compañero de cuarto.
-¿Sí?¿desde la vez en que me emborrachaste y por poco me viola un cachalote? También cuento como desprendiste mi puerta y me viste bail…eres un…
-Pero la arreglé, está mejor que antes, esas bisagras no iban a aguantar mucho.
Este tipo, me cuestiono su humanidad y cuanta carga de alcohol procesa su organismo.
-¿Cómo puedes ligar la comida con el alcohol?
-El vino es muy digestivo, ¿nunca has ido a un restaurante?
-S…Si.
-Sí, claro…-Va por los pepinos en la bandeja pero esta vez le detengo y pongo un tenedor en sus manos.
-Con las manos no.
-¿Vas enserio?-De una sola se toma el vino de la copa y se levanta.-Come tu decente cena solo, tengo asuntos con los cuales lidiar.
Suspiro como si me hubiese quitado un peso muerto de encima. Pensé que se burlaría, pensé que me amenazaría con decirles a su grupo de indecentes.
Recibo una llamada mientras miraba como llevaba su plato al fregadero.
-¿Mamá?-Levanta el teléfono.
-Pensándolo mejor, me quedo.
Le miro extrañado.
-Has como si no estuviera.-Susurra tomando una rodaja de pepino con las manos.
Te juro que si pudiese evaporarle ahora mismo…
-Sí, estoy comiendo ahora mamá.-Dejo los cubiertos, él frunce sus labios y me asecha con la mirada. Levanto una ceja y hago lo mismo, asecharle.
-Sí, es el compañero de habitación más bueno del mundo, sí, estoy cómodo, mi primer día de clases fue…bien, fue excelente, como todos los demás. No, aún no han podido hacerme el papel de transferencia para la escuela de arte pero recibo las clases gracias al director, dice que no es molestia, bastante tengo con asistir a algo que no me gusta. Sí, sabes que detesto el deporte.
-Chismoso.- Comento dejando el teléfono a un lado después de minutos hablando con mamá y papá.
-Eres pintor, no lo sabía.
-No te interesa.
-No sonabas convincente cuando dijiste que te iba bien en la escuela.
-¿Y eso que más te da?
-Al menos si vas a decir una mentira convincente asegúrate de cambiar el tono de voz.
-No todos se percatan de cosas pequeñas como tú.
-Gracias por el halago.
-Ahora estamos a mano.
-¿Cuándo fue eso que no me entero?
-No me mudo, tú no comentas nada de lo que viste en la cocina, te comportas como ser humano normal y mantenemos la fiesta en paz sin ruidos extraños o rituales raros o tus amigos nada normales poniendo un pie en el apartamento.
-¿Ah, sí? ¿Y qué fue lo que vi en la cocina? Cuéntame, ando medio despistado.
-Serás cretino…
-Mira princesa, me estas pidiendo que me comporte en mi casa, tengo muy poco que ganar en este generoso trato.
-Me dejas vivir una normal vida universitaria y dejas de formar esas bestiales fiestas de raros simios con mal olor…y deja de asentir a cada cosa que digo como buen chico, me hace quedar como payaso ignorado.
-¿Entonces que hago? ¿Imponerme a tu supremacía dramática?
-No te impongas, solo se la persona normal que no eres.
-¿Normal? Ya, cuando los seres humanos dejen de contaminar la atmósfera yo seré normal. De hecho, ¿a qué te refieres con normal? Eso es solo una etiqueta que invento el hombre para controlar.
-Veo que no te resistes, pensé que ibas a dar más pelea, entonces, ¿lo dejamos así, vida pacífica?
-Nos estamos poniendo muy exigentes nena.
-Soy Niobio, no “nena”.
-Mucho gusto Niobio. Si nos vamos a poner así de exigentes yo también quiero sugerir algo.
-Suéltalo.
-Todas esas cosas que estás pidiendo tendrás que ganártelas como buen macho que supones ser, y cuando te ganes mi respeto, todos los de mi pandilla jamás se atreverían a burlarse de ti.
-¿Y qué hay que hacer para eso? Para ganarse tu supremo respeto. ¡Oh macho cabrío!
-Jugar conmigo.
-Eso es absurdo.
-Tan absurdo como lo que estás diciendo hace un rato.
-¿Y si quiero sugerir otra cosa?
-Llegaste de último, soy mayor que tú, llevo viviendo más tiempo en el apartamento.
-¿No tienes miedo a que cambie de opinión y me mude por tener un compañero tan incivil?
-Eso no lo harás, ya no te puedes ir desde que cavaste tu propio hoyo en nuestra familia, no te quería meter en esto, incluso pretendí olvidar que eres un nuevo iniciado para que algunas de las leyes del Santuario no se apliquen a ti pero me haces las cosas muy difíciles. Si huyes se te tildará de traidor y mi pandilla te perseguirá hasta en los rincones más rosas y coloridos de tu mundo. Desde que te iniciaste eres parte de la pandilla y desde el momento en que aceptas un reto tienes que cumplirlo hasta el final.
Desde el momento en que su tono de voz se hizo más severo sabía que debía de medir mis palabras, este hombre no jugaba, decía la verdad, esto era un asunto serio.
-E…Esto es ilegal, y si te acuso con la policía no estarás tan engreído.
Cuando vi su actitud serena y su rostro inescrutable al yo mencionar la palabra policía el brillo de mi esperanza se opacó porque no le veía miedo o sorpresa reflejada.
-¿La policía? No me hagas descojonarme de la risa, ellos saben muy bien y están advertidos de que mientras el concordato no se viole ellos no tiene derecho a plantar sus jodidas patas corruptas dentro de nuestros asuntos o territorio.
-En primer lugar, ustedes fueron los que me obligaron a participar en su absurdo espectáculo, nunca quise esto. ¿Y para qué tanto jaleo al principio con que no querías que me fuera si no tengo ni elección de mudarme?
-Pudiste haberte negado desde el principio, aquí nadie obliga a nadie.
-¿Y qué crees que hice, eh? Me vieron la cara de marica y se limpiaron el trasero con mis palabras, como todo lo haces con mi opinión.
Dando golpecitos a la mesa los cubiertos y platos se estremecían.
-Es la primera vez que oigo a una persona decir “trasero” en vez de “culo”, me da un poco de nostalgia, cuando la maestra de primaria nos enseñaba a ser más recatados.
-¡¿Vez?! ¡¿Vez lo que digo?!Con ustedes no se puede. Estoy tratando de tener una conversación seria contigo y me vienes con esto.
Me levanto chocando los muslos con la mesa.
-¿A dónde vas?
-Está más que claro que no podemos estar los dos en una misma habitación, siempre terminaré estresándome viendo tu cara de soquete inescrutable.
-Al menos friega.-Me toma de la muñeca.-Si no es una tarea tan difícil para ti.
-Claro que no.-Me desprendo de su agarre.-Esta conversación no ha terminado.
-El botiquín de primeros auxilios lo tengo en mi cuarto, toca la puerta antes de entrar, estaré allí.
-Deja las curitas para tapar la boca de cerdo que tienes.
-¿Qué dijiste-Se levanta.
-Nada.
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Comments
Faty Kaneki
Pobrecito ,el no pidió ser parte ..
pero ya no hay más salida ,pero el que sufrirá el karma será ese tonto y toda su pandilla !
por qué va ser difícil controlar a este bebé !
sin querer queriendo iniciaron a cachorro de la manada !
creo que encontré una nueva adicción ! Espero el próximo cap !
2023-05-05
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