La Ciudad Cap 1

En un campo, dentro de otro campo, dentro de otro campo era donde había nacido. Las batatas y demás vegetales estaban hartos de escuchar mis palabras quejumbrosas a la edad de diecinueve años. No negaba que mis suspiros sonaban en alto, más alto que las locas ideas de Hitler, pero aun así, eran míos, mis sueños y no le hacían daño a nadie.

-¡Eureka!-Expreso a todo volumen.

-¿Qué es, qué es? ¿Salió un video nuevo de BTS?

Mi hermana mayor por dos años me roba el teléfono y en el momento que lo suelta me tiro de la silla y quedo esparramado en el suelo con mi teléfono en los dedos, me dolía el cuerpo pero mi bebé estaba salvado y sin ningún rasguño. Aquel estruendo hizo que los vecinos, nada chismosos, fueran a ver lo que sucedía. Entraron las viejas chismosas a la cocina y todos esos esposos apestosos a viagra. Cada uno cogiendo sin permiso una de las especiales empanadas de mi queridísima madre y riendo sobrenaturalmente.

-E…Estás loca, mi bebé, mi bebé por poco no la cuenta.-Digo irritado.

Mi mamá, cansada de ver esta actitud normal de los dos, solo se abre paso entre la multitud y coloca una empanada en la boca abierta de mi hermana. Después de que la grasa y la suavidad de la comida tocaran sus papilas gustativas salió del tonto trance del que se encontraba y enseguida puso ojos de arpía lengua de lija, de seguro loca por contarle a mamá ese mensaje que había visto en mi teléfono. Traté de hacer contacto visual con ella para que detuviera lo que sea que estuviera a punto de hacer, nos conocíamos tanto que nuestra telepatía cursó el modo sabio, pero la muy perr…la muy canina no me miró ni con el rabillo del ojo.

-¡Bio!-Espeta mi mamá enarcando las cejas,-No estamos contratando personas que se hagan pasar por alfombras de piso, levántate ya.

Los cotillas de los vecinos se fueron uno por uno resignados, creyendo que verían un buen show.

El desayuno en familia estuvo callado, incluso Poper, mi linda cachorrita solo se dignó a comer y no ladrar para que le den más. Esto era obra de mi hermana, ya había metido su nariz de vieja bruja y de seguro le dijo a mi mamá lo que vio en mi teléfono, y, como cadena de alto voltaje mi mamá le comunicó el chivatazo a mi papá que comenzará con su interrogatorio en tres, dos, uno…

-Bio…

Deja sus cubiertos y me mira con su entrecejo tonto.

-Papá…

-Bio…

-¿Papá?

-¡Felicidades hijo! ¿Cuándo planeabas decirnos sobre esto, eh? Si no es por tu hermana…

-¡¿Espera, qué?!

Esta vez fui yo el que quedó con la boca bien abierta y recibí una empanada de parte de mi hermana, la cual fui masticando con mi cara más impactada.

-¿E…Están de acuerdo? No puede ser cierto, no es justo. ¿Por qué así de fácil? P…Pensé que me iban a rogar que me quedara ¿A dónde se fue el drama? Qué horror.-Escupo los trozos de la empanada por hablar rápido.

-Ya empezó, démosle el abrazo de aceptación por recibir una beca antes de que se ponga más quejica.

-Ustedes, lo planearon desde el principio, de seguro le pagaron el director de la escuela para que le consiguieran la beca al zángano de su hijo menor por no poder hacer bien un trabajo tan simple como regar una planta, a este hijo inútil que se le seca hasta la planta más sencilla de sembrar, me siento herido.

-Sisisi, todo lo que digas, todo lo que digas.

Acostumbrados a mis quejas paranoicas se acumularon por todas partes para un abrazo familiar, mi mamá frotó mi sedoso cabello, papá daba toquecitos en la espalda y mi hermana grabando, como siempre, penosos momentos.

Me gustaba darle ese toque dramático a las situaciones cuando se volvían amistosamente simples, pero eso era parte de mí, yo solo bromeaba respecto a mis padres. En realidad eran las personas más tolerantes y buenas de todo el universo, siempre me apoyaron e inmiscuyeron en mi vida todo lo que les dió la gana, hasta en mi primer sueño húmedo que curiosamente no fue con Brad Pitt o Tom Cruise, ni más ni menos que con mi querido Taehyung, pero ya eso es otra cosa. El caso es que mis padres son mis dioses de Grecia y mi hermana la pecadora, es la mujer más hermosa, carismática y a la que más adoro a pesar de nuestras cosas de bromas y chismes.

A mis diecinueve años ya sabía que el día llegaría, ese día que decidiría abandonar la granja y salir a decepcionarme, sorprenderme, ilusionarme, y todos los sentimientos mezclados existentes, porque se suponía que así era una vida real con los pies sobre la tierra, la vida se basaba en eso, en emociones fugaces; ya lo había aprendido en carne propia en la escuela, lo que la vida me demostró y las emociones que sentí porque a pesar de tenerlo todo y una vida como niño mimado también tenía que vivir en carne propia lo que es ser maltratado solo por mi manera de vestir o mi forma de hablar. Si hay algo que siempre me gustó fue ir contra la corriente de las personas. Los jóvenes de esta comunidad no me soportaban, desde la primaria fui la mancha, el rarito, las manos de seda que no tocaban la tierra, el cabello impecable sin polvo, pero a mí eso me entró por un oído y me salió por otro, bueno, si digo la verdad tras mi dura personalidad, al principio dolió, pero después de ver a mi familia apoyándome, ya no dolía como antes.

Llegó la pubertad tocando mi respectiva puerta color crema. Los audiófonos y mi hermana eran mi obsesión, mi querida arpía me había inducido a un mundo del que no quería salir: el k-pop. Este mundo que definitivamente hizo mis oídos diamantes impenetrables contra burlas simples de mis compañeros de aula, me hizo fuerte y dramático, cobarde y de todo un poco. Básicamente comía, desayunaba, almorzaba y hacia tareas viendo esta nueva belleza que entró a mi vida para darme alegría, no exagero. Pero aquí estaba el propio suelo que pisas todos los días para encargarse de decirte que vivas con los pies sobre la tierra y dejes de soñar tan alto como los rascacielos. Quería ir a Corea, quería tener amigos cultos con quienes interactuar y debatir sobre un video nuevo o que personaje me gusta o el peinado, cosas así, mi hermana no era suficiente, deseaba expandir mis horizontes y conocimiento más allá de un chateo o una video llamada. En el instituto me había convencido a mí mismo, aspiraba a irme de ese campo, crear nuevos horizontes, apliqué para una carrera que muchos pensaran “no es confiable”, pero yo les diría “es mejor que nada”.

Mis primeros pasos de bebé en la ciudad fueron una comedia, imagínense, un joven de campo que se queda atrás trescientos años de tecnología y avance. Babeando cada centro comercial y cualquier insignificante monumento, tomando fotos hasta de la caca de paloma y que ni siquiera saber tomar algún tipo de transporte, eran la peor situación que puedas mezclar, pero mi resistente calma y la deidad divina llamada Internet me sacaron de aprietos y preguntas vergonzosas a las personas como: ¡hola señora que está muy ocupada! ¿Me puede decir cómo tomo un taxi?

La ciudad, la catastrófica, inmensa y suculenta ciudad me abrumaba. ¿“Qué es esto, qué es aquello”?. No paraba de atiborrarme la mente con pensamientos.

Horas más tarde, hablar con el director, chequear las asignaturas y nuevo horario fueron empanada comida. Mis angelicales padres ya me tenían una cómoda y cálida instalación compartida, tenía que soportar a un extraño viviendo conmigo pero no podía pedir más en esta época del año, Internet dijo que la busca de alquileres se ponía imposible cerca del inicio de curso, y más si los apartamentos radican cerca de las escuelas.

Con las maletas a cuesta y recibiendo el cambio que el taxista me devolvió con mala cara, suspiro y dejo caer la gran mochila que estuvo detrás de mí dolorosa espalda desde que llegué a la ciudad, estaba molido. Siento mis huesos crujir como galleta de soda y exhalo el aire un poco aliviado porque después del ajetreado día tendría una semana libre para acoplarme e interactuar con mi compañero de habitación y no ser un aislado social antes de que comiencen las clases.

La bicicleta que choca contra el concreto de la acera me devuelve a mi dolorosa realidad, a mi lado se encontraba un tipo flacucho, encorvado de mal aspecto que parecía temblar cada vez que observaba el edificio que estaba frente a nosotros. Vestía uniforme overol blanco con el logotipo de una pizza. Si no fuera por el teléfono que siguió sonando con persistencia él se hubiera quedado hipnotizado en el lugar.

-S…Si jefe, y…ya estoy en el l…lugar.

No era mi intención escuchar, pero el pobre estaba tan ido y tembloroso que ni se fijó que yo estaba al lado y siguió balbuceando.

-P…Pero… ¿Por qué yo?

Apuesto que su sangre había bajado a los talones cuando sacó la caja y caminó dos pasos sin acercarse lo suficiente al edificio.

-P…Pero…yo no quiero entrar allí, jefe, no me haga esto.

Cómo podría moverme del lugar mientras ese sujeto tenía las defensas subidas al 200% Un paso en falso que delate mi posición y estoy seguro de que sale corriendo del lugar, aunque poco no faltaba para que lo hiciera.

-N…No, allí no, no quiero salir violado o incluso tatuado, no a la habitación treinta y dos por favor.

Y cuando dijo “treinta y dos” supe que era mi turno de actuar. Me acerqué con sutileza y toqué su hombro de forma gentil. El dejó caer su teléfono y metió un grito profesional de peli de terror, esparramó la caja contra mi pecho y se largó a toda máquina dejando el celular en el suelo con la voz de un enojado jefe en el otro extremo. Mis intentos de gritarle por su caja con pizza y la bici tirada al borde de la acera fueron nulos, caso omiso me hizo.

A medida que iba subiendo, el escandalo era más notorio, me aferré a la caja con pizzas y subí las escaleras, ni siquiera intenté utilizar el ascensor, tenía miedo de quedarme trancado o eran demasiadas pelis de terror en mis circuitos.

No sabía decir si eran gritos o mantras invocando seres de otro universo, pero estaba claro que se podía catalogar cualquier cosa menos música. Rezando por que la escandalosa bulla no fuera en mi piso y menos en mi habitación voy subiendo en cámara lenta para no llevarme infartos prematuros. Esperaba que mis mil rezos funcionasen.

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Comments

Faty Kaneki

Faty Kaneki

jajajaja hace rato no me divertía tanto ,me hiciste acordar a un manhwas ! asta ya me los imagino !!
hermoso mi chiquito ...

2023-05-03

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