°Cuatro°

–Quiero que las vajillas sean doradas. —Las semanas previas a la fiesta Enola estuvo ocupada con los preparativos, estaba sumamente emocionada al respecto, las cosas se hacían a su manera y ella ponía las reglas, eso le gustaba, revisaba cada pequeño detalle pues quería dejar una buena impresión ya que la reina y madre de Henry envió una carta diciendo que estaría en la fiesta. 

–Su alteza, el Príncipe Henry llama por usted. —Dijo una criada que se acercó a ambas hermanas. 

–Ire enseguida. —Respondió Enola con una sonrisa, captando la mirada de Leonor. 

–No, princesa Enola, el Príncipe llama por su Alteza Leonor. 

Enola hizo un gesto poco agraciado con tal respuesta, pero lo disimulo con una sonrisa y mirando a su hermana, Leonor partió junto a la criada, no podía negar el sentirse un poco emocionada al respecto pero tampoco evitar esos pensamientos negativos de que estaba haciendo algo mal. 

Al llegar a la puerta respiró profundo y miró al frente, sin tener que decir nada los guardias le dieron el pasó, su mirada era nerviosa, no podía mirarle a los ojos así que buscaba en qué enfocarse mirando al suelo y enredando sus dedos hacía adelante de su vestido verde con blanco. 

–¿Me llamó?  —Henry la miró desde arriba hacía abajo viéndola evitar el contacto visual. 

–Acércate.  —Leonor se acercó— Esta fiesta ¿fue tu idea? 

–¿Le molesta? 

–No estás contestando mi pregunta. 

–Fue mi idea. 

–¿Sabes cuántas monedas de plata estas gastando en esto? —Henry no le quitaba la mirada de encima a Leonor, sus gestos eran una evidente muestra de su mentira, pero si deseaba ser torturada para proteger a su hermana que así sea— Si vas a ser una reina, aprende a minimizar los gastos en lujos innecesarios para un solo día, con todo lo que haz gastado hubieses hecho una fiesta para todo el pueblo y no habrían problemas. 

–Mis disculpas… voy a devolver todo lo innecesario. 

–No tienes que cancelar la fiesta. 

–No pensaba hacerlo. 

–Entonces, aprende a comportarte como una reina lo haría, ya no eres una niña mimada, no tengo ese tiempo ni interés. 

–...Gracias, si me disculpa quisiera volver. 

Henry levantó la mano haciendo un gesto para que esta se fuera, Leonor salió con un nudo en la garganta, está clase de cosas es por las que no le gusta visitar a Henry, nunca a tratado de ser amable y eso no le sorprendía, pero como molestaba que dijeras las cosas tan abiertamente, aún si tenía razón sus palabras son como una daga que atraviesa hasta la carne más gruesa.

Pensó en todo eso mientras caminaba con enojo hasta la sala principal donde se llevaría a cabo la fiesta y donde se encontraba su hermana. 

–Cambien todo lo que sea de oro a plata, cambien las mesas de cristal a madera. —Las criadas y sirvientas empezaron a devolver todo como Leonor ordenó en los ojos de Enola quien miraba confundida. 

–¿Leonor qué estás haciendo? No puedes simplemente decidir que hacer sin consultarme ¿¡Cómo te atreves!?  —Todas las criadas y sirvientes voltearon a ver a las hermanas, algunos pensaban que Enola tenía razón (porque para ellos, enola poseía más poder que Leonor, por ser el amor del Príncipe.) 

–¡ENOLA! —Todos voltearon sus miradas a otra parte, nunca escucharon a Leonor levantar la voz ni mirar de esa manera tan aterradora a alguien, esto sorprendió a todos incluida a quien estaba recibiendo aquella mirada de enojó de esos ojos cafés— Dije que las cosas se cambiarían, y eso harán ¿o quieres que cancele toda la fiesta? 

–...Muy bien, que se haga lo que tu digas, tu eres la dueña aquí. —Enola paso de Leonor también enojada, con dos criadas detrás. 

–Regresen a trabajar.  —Ordenó a las criadas y sirvientes en un largo suspiró de cansancio, tener que lidiar con los caprichos de Enola y con los reclamos de Henry era algo que no podía soportar, solo quería que aquella fiesta llegara y terminará tal vez así se sentiría más relajada.  

–Su alteza, la princesa Leonor ordenó cambiar todo a lo básico, desde las copas hasta los cubiertos, la hermana de la princesa no estuvo de acuerdo, pero ella alzó la voz de tal manera  que la hizo irse del salón —El encargado de las criadas y sirvientes Filió, un eunuco con acento gracioso informó lo sucedido a Henry quien solo sonrió a medias al escuchar. 

Los días pasaron, Enola admitió su error, no le convenía tener a Leonor en discordia con ella, ya que la podría echar del palacio en cualquier momento, y aún no lograba su objetivo.

Ambas se encontraban tomando el té cuando Elvira entró a los aposentos de Leonor. 

–Hermana. —Con una sonrisa Elvira se acercó y abrazó a Leonor— ¿como estas? 

–Estoy bien hermana, ¿cómo están mamá y papá? ¿No vinieron contigo para la fiesta? 

–Ocupados, ya sabes. 

–¿No saludas a tu hermana mayor? —preguntó Enola mirando a sus hermanas ignorar su presencia. 

–Lo siento, estaba tratando de evitarte. 

Enola le sonrió hipócritamente, todas se sentaron y charlaron por un buen rato, eso hizo sentir a Leonor comoda una vez más, sentía que podía respirar tranquilamente, su hermana menor le daba cierta paz y ahora si esperaba la fiesta con gusto. 

–Esta será tu habitación, imaginó que no te quedarás mucho tiempo.  —dijo Enola mostrando los aposentos en donde se quedaría Elvira, solo estaban ellas dos en ese momento ya que Leonor fue llamada a cenar en los aposentos del príncipe.

–Enola, escuche un rumor apenas entré al palacio, que… me está molestando un poco. 

–¿Qué escuchaste? 

–...Que tu y el príncipe Henry están juntos, ¿No es una tontería? 

–¿Por qué sería una tontería? 

–¿Hablas enserio?  —Elvira se acercó a ella con extrañeza, curiosidad y más que todo asombro. 

–El príncipe me quiere a mi como su reina, en la fiesta todos sabrán de esa decisión.  —Enola hablaba con orgullo sobre este asunto, aún si el asunto no tenía fundamentos en los que validarse ese era su pensar. 

–¿No tienes vergüenza? ¿Estas diciendo que… dormiste con el esposo de tu hermana?  —Enola no esperaba la reacción incómoda de su hermana, no entendía su enojó, pero tampoco hacía falta, Elvira solo es la princesa menor, no tiene idea de lo que es que te roben lo que te pertenece injustamente. 

–Elvira, no compliques las cosas, sabes que Leonor pronto morirá, es algo bueno que el Príncipe tenga con quien procrear a sus hijos. 

–...tu y el príncipe me dan asco. —El gesto de Elvira al decir estas palabras enojó a Enola ¿cómo se atrevía a hablarle así? 

–Cuida tu lengua, recuerda que estás hablando con tu futura reina.

–Largo de aquí. 

Elvira cerró la puerta en el rostro de Enola, estaba profundamente decepcionada de su hermana ¿cómo podía hacerle eso a su propia sangre y no sentir una pizca de remordimiento? Más aún como siquiera puede mirar a Leonor a los ojos? Elvira no quería hacer sufrir a su hermana, pero debía enterarse de esta traición y hacer algo al respecto antes de que fuera tarde y el veneno de esa serpiente se esparciera por todo el palacio, Elvira deseaba que su hermana fuera completamente feliz antes de llegar al sueño eterno.

Estaba decidido, tendría que decirle todo mañana por la mañana, antes de la fiesta y que Enola arruinara su vida delante de todos.  

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Comments

Elizabeth Yepez

Elizabeth Yepez

pero él príncipe aquien quiere a Leonor o enola

2023-04-05

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