"8"

La hora de la salida se llega y he terminado con 34 prendas ya perfectamente reparadas y me siento orgullosa de mí misma por no haber arruinado ni una sola.

-Bien, aquí tienen -nos entrega nuestra jefa un billete de numeración baja y la miro con el ceño fruncido, esto ni siquiera cumplía con el salario mínimo

-¿Esto es todo?

-Sí

-Pero trabajé reparando más de 30 prendas

-Ese es tu problema, no se paga por prenda, ni por horas de trabajo sino por día -dice de forma grosera y escupiéndome al hablar

Doy unos pasos atrás para que no me salpique su asquerosa saliva y limpio mi rostro con el dorso de mi mano.

-Mira princesita hija de papi, está claro que no perteneces aquí, pero si es lo único que tienes es lo que hay, tómalo o déjalo, es tu decisión

Tomo el billete y me doy media vuelta molesta. Es injusto que personas como estás exploten de esta manera a las personas que tienen necesidad de trabajar, además casi todas las empleadas tienen más de 65 años. Solo les da 15 minutos para que coman y la paga es una miseria.

Camino por el pasillo con mi enfado por la injusticia creciendo dentro de mi cuerpo.

Pero las señoras de edad avanzada seguían subiendo con lentitud por las escaleras, no era de extrañarse, incluso un miedo me invadió ¿Qué tal si alguna llegaba a resbalar y se caía? ¿O si se golpeaba? ¿O peor aún, qué tal si se fracturaban algún hueso?

45 minutos después soy la última en salir del local, me dedico a mirar hacía los lados analizando mi situación, las calles estaban vacías, apenas y pasaban automóviles. Así que empecé a caminar por las calles en busca de algún alojamiento, una casita en renta o alguna posada.

Encuentro una farmacia abierta y entro sin pensarlo dos veces.

-Hola buenas noches ¿En qué puedo servirle?

-Bueno me gustaría saber si conoce algún lugar donde renten o donde pueda alquilar un cuarto para pasar la noche

-¿Es extranjera?

-Sí -le digo con una sonrisa penosa

-Aquí en la ciudad no encontraras nada de nada -dice mientras se sienta en la silla y suspira -Pero puedes ir a tomar el último autobús, te bajas en el próximo pueblito, ahí encontraras una posada con personas muy amables, es cómodo y la dueña tiene buena reputación

-Muchas gracias, que tenga bonita noche

-Igualmente

Voy hasta la parada del autobús, y me siento esperando a que pasé. Los minutos corren y corren hasta que a lo lejos veo el famoso camión, pido la parada y subo.

Le pago al conductor y voy a sentarme en la parte de atrás, donde no molesto a nadie, y me dedico a ver por la ventanilla el paisaje. Pronto las casas y edificios son cambiados por una carretera y poco después por árboles y pastizales enormes.

Cuando empiezo a ver pequeñas casitas me preparo para bajar, el chofer frena en seco y un tanto brusco pero logro mantenerme de pie y me dedico a bajar rápidamente antes de que se le ocurra acelerar.

Un viento ligero y fresco me envuelve los brazos junto con el rostro refrescándome, empiezo a caminar por las calles, a pesar que ya era de noche, muchos puestos estaban abiertos y había mucha gente de un lado a otro, incluso había una fuente de colores que iluminaba la pequeña pero bonita plaza, con un kiosco al centro donde varios niños jugaban entre ellos.

Me acerco hasta una señora amable que vende unos collares preciosos que son tejidos a mano y me mira con una sonrisa.

-¿Sabe si hay un lugar donde renten habitaciones?

-Sí, hay una pequeña posada por esa calle, es muy grande y tienen precios accesibles

-Muchas gracias, es usted muy amable

Me despido con un saludo de manos y me voy en la dirección que me dijo la señora. Poco tiempo después llego a una casa realmente enorme, con una entrada decorada con sillones acojinados, también hay muchas plantas por todo el lugar que le da un lugar fresco y lleno de vida. Las paredes son coloridas y el ambiente luce bastante bien.

-Hola señorita, buenas noches ¿En qué puedo ayudarla? -me dice una señora grande de cabello blanco recogido en un moño, va vestida con un vestido verde que llega por debajo de sus rodillas, tiene una gargantilla con un dije de cristal y sus ojos son muy expresivos

-Hola, buenas noches -le digo con una sonrisa tímida -¿Tiene habitaciones disponibles?

-Sí, tengo dos habitaciones en este momento, dime prefieres una doble o individual

-La individual es perfecta

-¿Viajas sola?

-Sí

-De acuerdo, acompáñame

-No hemos hablado del precio -le digo apenada

-No te preocupes por eso niña, seguramente estas agotada, ya hablaremos de eso mañana por la mañana, por lo pronto déjame mostrarte la habitación para que puedas descansar

-Gracias, es usted muy amable

Sigo a la señora, que empieza a recorrer un pasillo que nos lleva directamente a un patio gigantesco, con una piscina al centro, con pasto recién cortado a su alrededor, hay pequeñas sillas con mesas de jardín, también hay un área de juegos con columpio, resbaladero y una alberca de juegos con pelotas de plástico pequeñas.

-Es todo muy lindo -le digo con sinceridad

-Me alegra que te guste -dice feliz

-¿Disculpe? ¿Cuál es su nombre?

-Soy Tulia, pero todos me llaman Tutu, es más cariñoso ¿No te parece? -me dice mientras me mira -Si me llaman Tulia siento que están enojados y que van a regañarme

-Me imagino-le digo riendo, sintiéndome relajada y en paz desde que escape, quizá por la energía tranquilizadora de la seora Tutu

-¿Y tú pequeña? ¿Cómo te llamas?

-Soy Aysel

-¿Y cómo te dicen las personas?

-Aysel

-¿Y no tienes un apodo?

-No, me temo que no

-Ya encontraremos alguno que vaya de acuerdo a tu personalidad, solo es cuestión de tiempo -dice con tranquilidad, dando por hecho que me quedaré

Aunque siendo sincera ¿A dónde más podría ir? No tengo a nadie, ni nada. Tal cual me restregó en la cara Radel.

-Vamos hay que subir estas escaleras -dice mientras sube con agilidad los escalones -Espero que no tengas problemas con hacer algo de actividad física todos los días

-Para nada -le digo sincera

Llegamos a la segunda planta y camina hasta una puerta de madera oscura con un 6 marcado con dorado, que resaltaba al igual que la perilla.

La señora Tutu saca una llave que parece ser de cerradura antigua y la puerta abre sin el más mínimo esfuerzo, lo cual me sorprende ya que creía que estaría vieja por ser de apariencia antigua.

-Vamos, echa un vistazo

Entro al cuarto y quedo encantada con todo, hay una cama individual al centro con un edredón blanco cubriéndolo, sobre este hay almohadas que son parte de la decoración y que dan el contraste. Hay un mueble al lado de la cama, también hay unas pinturas enmarcadas con paisajes realmente hermosos. El piso es de madera recién pulida, también puedo darme cuenta del pequeño pero elegante ropero que está en una esquina.

-Por acá está el baño -dice mientras abre una puerta

Me asomo a través de esta y veo una pequeña tina para una persona, una regadera, un escusado y un lavamanos a juego.

-¿Y qué te parece?

-Es precioso y perfecto para mi

-Entonces descansa y relájate, mañana hablaremos del precio y de tu estancia -me da unas palmaditas cariñosas en la espalda y se va

-Que pase linda noche -me despido de ella

-Igualmente Aysel, igualmente

Cuando está por cerrar la puerta, se regresa y me mira

-El desayuno se sirve a las 8:00 en punto, no llegues tarde

-De acuerdo, muchas gracias

Sonríe y se va, feliz, pero no más que yo.

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Comments

Diana Blanco

Diana Blanco

en todos los países hay explotació

2024-04-24

0

Heydee Cordova

Heydee Cordova

gracias a Dios una buena persona

2024-04-11

0

Osorio Elizabet

Osorio Elizabet

Hay q marana tan desgraciada como no le da un infarto

2024-04-09

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