"15"

Estaba limpiando el lobby cuando escucho que alguien entra. Mis músculos por inercia se contraen y levanto la mirada sujetando con fuerza la franela con limpiador.

-¿Tú?

-Hola -dice con una sonrisa

-¿Acaso estás siguiéndome? ¿Acosándome? Esto se está yendo a los extremos, vete de aquí antes de que termine por solicitar una orden de alejamiento

El levanta sus manos en señal de paz y sonríe.

-Te juro que ha sido pura casualidad

-Yo no creo en las casualidades, ¿Qué demonios haces aquí? Quiero la verdad

-Odi -dice la señora Tutu mientras sale corriendo a recibirlo con un gran abrazo

Odissan la abraza con un gran cariño y besa su mejilla.

-Hola abue ¿Cómo estás?

-Mejor porque estás aquí, hace dos semanas qué no vienes a verme

-Lo siento, mi padre me ha aumentado un poco la responsabilidad, mi mamá está redecorando la casa otra vez y con la boda de mi hermana en dos meses, todo es de locos

-Ya lo creo, debes de estar muy ocupado

-Dime que pasó, de que quieres hablar

-Bueno... Yo...

Odissan espera paciente, pero al ver el nerviosismo de su abuela, su sonrisa se va esfumando y la preocupación comienza a llenar su rostro.

-¿Qué pasó?

-Hace dos años hice un préstamo...

-¿A mi papá?

-No, Odi, no, yo lo hice por fuera de la familia

-¿Por qué?

-Ya lo sabes, no voy a pedirles nada a ustedes jamás

Odi aprieta las mandíbulas con fuerza y asiente con la cabeza.

-Ya sé por dónde va esto, ¿Qué ha pasado?

-Bueno ayer me retrasé por primera vez con el pago... Y esos hombres son gente peligrosa, me han molestado y acorralado, no solo a mí, sino que también atemorizaron a Aysel -me mira apenada la señora Tutu -Ella es mi nueva inquilina

-¿Cuánto le debes? -dice Odissan sin rodeos

-Cuatro pagos de 10,000

-Bien, dame la dirección, los nombres y deja de mortificarte, yo me encargo de arreglar esto

-¿Qué piensas hacer? ¿Acaso no escuchaste la parte de "gente peligrosa"?

-Claro que la he escuchado, por eso te pido que me des lo que te pido ya mismo

-No irás solo a enfrentarte a ellos

-No lo haré

-Odissan esto no es un juego, tengo miedo de que te hagan daño, solo te llamé para que me prestes el dinero que corresponde al pago de este mes

-Ni hablar, dame lo que te pido abuela, esto no es un juego y si esos sujetos intentaron agredirte a ti o alguno de tus huéspedes -me mira por unos segundos y luego regresa su mirada a su abuela -No me quedaré de brazos cruzados, ahora, dame lo qué te he pedido

La señora Tutu toma un papel con manos temblorosas y se lo entrega con evidente nerviosismo.

-Solo prométeme que lo harás con cuidado, que vas a hablar con ellos, no usaras violencia y tu padre jamás se enterara de esto

-Te lo prometo -le dice con sinceridad mirándola a los ojos

-Cuídate mucho Odi, si algo te pasa jamás me lo voy a perdonar

-Descuida, tendré cuidado, ahora ya deja de mortificarte, ve a preparar algo rico para cenar, te prometo que vendré

-¿Enserio?

-Si, te doy mi palabra

La señora Tutu lo abraza y Odissan le corresponde con cariño.

-Te quiero mucho mi niño

-Yo también te quiero mucho abue

-Gracias por todo

-No tienes nada qué agradecer

Se separan y Odissan me mira, camina hasta mí y me tiende su mano.

-Es un placer conocerte, mi nombre es Odissan -dice con una sonrisa sincera, relajada y despreocupada

Pero es muy linda esa sonrisa, además tiene un brillo especial en sus ojos, tal como la primera vez que lo vi.

-Soy Aysel -respondo estrechando su mano

Me toma con delicadeza para no lastimarme y deposita un tierno beso sobre el dorso lo que me toma desprevenida, pero no resulto repulsivo sino todo lo contrario.

-Es un placer conocerte

-Lo mismo digo -le retiro mi mano y finjo una sonrisa en el rostro

Esto era demasiado para mí, Odissan resultó ser el nieto de la señora que me ha acogido en sus brazos y en su hogar todo este tiempo, quien me ha dado el apoyo y la atención que nadie jamás tuvo conmigo.

Odissan sonríe con una gran y perfecta sonrisa, que hace latir mi corazón apresurado.

Y entonces entiendo, ahora sé porque mi instinto lo aleja, porque trato de poner muros de protección y suelo ser tan grosera con él.

Corro el riesgo de enamorarme de él, es muy guapo, demasiado para ser realistas, además, el cómo va a proteger a su abuela es algo tan lindo qué me derrite el corazón.

Pero yo tengo prohibido enamorarme, no voy a pasar por toda esa mierda romántica que terminará en tragedia nuevamente.

No quiero, además sigo casada con Radel, porque a pesar de que hui sigo teniendo lazos fuertes hacia él.

-¿Nos veremos esta noche en la cena?

-Yo no lo sé...

-Claro que estará ahí, prepararé tantas cosas deliciosas que no puedes perdértelo Aysel, si crees que has comido lo más rico de mis platillos déjame decirte que estas completamente equivocada

Me siento tan apenada con la señora Tutu, el ver su emoción por tener a su nieto en casa, la ilusión que le hace el prepararnos a todos la cena, simplemente me impiden negarme a cenar con ellos.

-¿Entonces si estarás ahí? -me mira Odissan de manera intensa, queriendo quizá hasta anhelando que mi respuesta sea afirmativa

-Sí, lo haré por la señora Tutu

-Me parece maravilloso -dice con una sonrisa qué vuelve a provocar que mi corazón se acelere emocionado

-Bueno hermosas damas, tengo que irme a atender estos asuntos, si me disculpan las veré más tarde -me guiña un ojo y se va para besar a su abuela en la frente y se va sin decir nada más

-Es un buen muchacho Aysel, responsable, dedicado a su familia, con un corazón de oro y tan grande qué me da miedo que se enamore de alguien que no lo valore

-¿Entonces es soltero?

-Si, ¿Te sorprende?

-Seguramente tiene una gran lista de chicas qué caen muertas a sus pies

-Te equivocas, Odissan es muy selectivo con las personas que le rodean, no es de esos chicos que son unos rompecorazones sino todo lo contrario, es un ser romántico y detallista, dispuesto a encontrar al amor verdadero

Sonrío y me arrepiento porque parece que fue interpretado como una burla por la señora Tutu.

-¿No me crees? -me mira la señora Tutu entrecerrando los ojos

-No me reía por eso, el amor verdadero simplemente es un cuento de hadas, parte de las mentiras con las qué crecemos desde que somos niños

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