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Me desperté cuando unos golpes en la puerta resonaron por la habitación, me reincorporé de golpe y con el corazón martillándome en pecho me armé de valor para ir a abrí la puerta, con el miedo carcomiéndome por encontrar a Radel del otro lado.

Pero la tranquilidad vuelve a cubrir mi ser cuando veo a la señora Tutu con una enorme sonrisa llena de luz y alegría.

-Buenos días señorita, vas quince minutos tarde para bajar a desayunar

-Buenos días señora Tutu -le digo con una sonrisa -Lo siento mucho, no tengo alarmas y después de desvelarnos tomando chocolate caliente, me era casi imposible despertar

-Vamos, hay que bajar

Ambas bajamos al enorme comedor, donde están una pareja desayunando con un pequeño de dos años que está tomando una especie de malteada en biberón.

-Ellos son los señores Yarlequé, no importa sus nombres al parecer están orgullosos del apellido que poseen -dice la señora Tutu con amabilidad -Señor y señora Yarlequé, ella es nuestra nueva huésped, la señorita Aysel

-Es un placer linda, bienvenida -dice la señora con una sonrisa

-Bienvenida -dice el señor, que me da una sonrisa, pero segundos después regresa a devorarse todo el tocino que está en su plato

-El pequeño niño es el pequeño Yarlequé -dice la señora Tutu mientras acaricia el cabello de la criatura y este sonríe aun con el biberón en la boca

-Buenos días maravillosos seres de luz -dice un chico entrando al comedor

-Llegas tarde -lo acusa la señora Tutu mientras lo señala con un dedo

-Ya, pero tengo un buen pretexto -dice mientras alza los brazos en señal de rendición

-¿Cuál es? -lo mira con los ojos entrecerrados

-Tengo la nota perfecta -dice feliz -¡Por fin la encontré! -dice mientras corre y la abraza con fuerza -¡Por fin encontré la nota perfecta!

-¡La encontró! -gritan todos los presentes al mismo tiempo llenos de felicidad

-¿Y está chica de curvas lindas y cara apuñalada quién es? No me digas que has metido a una criminal a la pensión porque preparo mis maletas ya mismo -dice el chico mientras me mira con una sonrisa y con un tono de broma

Pero la señora Tutu toma un cucharon de la mesa y comienza a golpearlo.

-No... -golpe -Seas... -golpe -Tan... -golpe -Grosero... -golpe -E irrespetuoso... -golpe

-Solo estoy jugando Tutu, solo estoy jugando no es enserio

La señora Tutu le da un último golpe y pone sus manos en la cintura en forma de jarra.

-Discúlpate ya mismo

-Lo siento, no quise ofenderte con mi impertinencia -dice el chico -Solo estaba jugando, pero reconozco que no fue lo correcto

-No te preocupes, y para tu tranquilidad no soy una criminal

-Eso es un alivio, por cierto, mi nombre es Azai -me extiende su mano y yo la estrecho

-Soy Aysel

-Un placer Aysel, soy músico no reconocido y un talento que se esfuerza día con día, pero que tiene pánico escénico y cada vez que se va a presentar termina orinando sus pantalones, pero en mi defensa debo de decir que amo la música y me encanta componer, llevo tres semanas con una especie de bloqueo y ayer me desvelé encontrando la nota perfecta...

-Y la has encontrado ¿Cierto?

-Exactamente -dice feliz mientras me abraza

La alegría de este chico de cabellera alocada y despeinada me da risa y me reconforta

-Pero eso no es lo mejor, lo mejor es que la música comenzó a fluir, es como si hubiera podido quitar ese tapón que impedía que mi creatividad se desbordara a través de mi ser para ser plasmado en papel, fue algo magnifico y realmente increíble

-Deja de hablar tanto -le dice la señora Tutu con cariño mientras lo toma de los hombros y lo conduce al comedor para obligarlo a sentarse

-Gracias Tutu, no sé qué sería de mi miserable ser sin ti -le dice mientras empieza a comer con ansias y hace un bailecito de felicidad por la comida

-Bueno ahora sí, siéntate pequeña, he preparado yo misma el desayuno porque Heraclio tuvo un concurso de cocina y probablemente llegue hasta pasadas las ocho de la noche

-Está bien no se preocupe, seguramente lo que preparó está delicioso

Me siento en la mesa y todos comemos juntos, debo de admitir que todo esto se siente super lindo, es como una familia donde cada integrante es una joyita, los señores Yarlequé son personas amorosas que no dejan de demostrarse su amor en público, así como su adoración por el bebé que no deja de sonreírnos a todos.

Azai es un chico de espíritu libre, parlanchín, divertido, que dice lo primero que se le ocurre. Y la señora Tutu que es como la abuela que mantiene todo en su lugar, que es cariñosa y protectora con todos.

Cuando terminamos, la señora Tutu y yo nos despedimos de todos y salimos para dirigirnos a los diferentes lugares donde compraría todas las cosas que necesitaba, por suerte todo estaba cerca y una de las mejores cosas, es que tengo bastante efectivo por lo menos para vivir unos meses, lo que gane en el trabajo será ahorrado hasta que consiga uno mejor que cubra mis necesidades más básicas.

Después de darme una ducha, me puse un pantalón negro ajustado, una camisa de botones con estampado de mariposas nueva, unos tenis de plataforma que quedaban a la perfección con el estilo jovial que estaba intentando retomar.

A Radel no le gustaba verme vestida de esta manera, porque le resultaba infantil y poco elegante, así que tenía que conformarme a utilizar solo ropa que él aprobara para evitar peleas, enfrentamientos o malos entendidos.

Pero ya no más, ya no tengo que preocuparme por él, ahora es el problema de otra chica.

Después de despedirme de la señora Tutu, tomé el autobús y fui de camino a la ciudad, donde mi trabajo como costurera me esperaba.

Sabía y estaba consciente de que esto no era suficiente para mí, que merecía mucho más, que mis habilidades hablaban por si solas, pero no tengo de otra, no tengo más oportunidades.

Pero estoy convencida de que mi suerte comenzará a cambiar, o al menos es lo que me repito todo el camino hasta que llego al local.

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