Capítulo siete

Escaleras arriba una vez más, Charly siguió a la amable señora que la condujo hasta la recámara principal. Una habitación que bien podía tener el tamaño de un apartamento con todo incluido: una cama enorme, un ventanal gigantesco de cielo raso con un balcón. La señora mostró toda la habitación a Charly, la cual no pudo evitar la emoción. La buena química entre ambas mujeres se permitió desde el primer instante. La amabilidad y buenos modales de Charlotte hacían que todo el mundo la amara.

El guardarropa era otro mundo, en honor comparado con el de Francisco en su penthouse. Este era de otro nivel, todo era exquisito. Lo que más dejó sorprendida a Charly fue cuando la señora Gina le dijo que tenían que poner una contraseña en un hermoso cajón color negro, el cual se abría con su huella dactilar. Cuando este se abrió, un tesoro de joyas de todo tipo: anillos, aretes, gargantillas, relojes de todo tipo, desde lo más moderno hasta lo clásico. Charlotte estaba sorprendida y con mucha emoción. "Pero para qué tanta molestia si solo es un contrato y no tengo a donde ir con esas cosas tan hermosas. Gina, recuerda que nunca toque nada de aquí", dijo un poco nerviosa y asustada por tan ta excentricidad.

"El señor David es una persona bastante popular. Te darás cuenta tú misma y le gusta la elegancia y formalidad. Le gustan los desafíos y se compra lo que quiere y aprecia. Te ha dado todo este tiempo porque cree que eres lo mejor para el joven Francisco. Y por supuesto que usarás todo esto en algún momento, ya lo verás. Y no están aquí solo como adorno. Recuerda bien que representas ahora a la gran 'Familia Riquelme' ante la sociedad, sin importar que sea un contrato o no. ¡Quién sabe, hasta puede que ustedes se enamoren!", dijo con una sonrisa sincera Gina.

Charlotte se quedó mirándola y solo sonrió con mi ha timidez y un poco de preocupación. La tarde de domingo transcurrió tranquilamente. Gina le dio a Charlotte un tour por la hermosa y extensa mansión que contaba con un gym profesional muy bien equipado, un sin fin de habitaciones de todo tipo. Charly quedó fascinada con un hermoso invernadero de plantas exóticas lleno de exquisitas orquídeas, todas o la gran mayoría en floración. Eran todo un espectáculo. Francisco se había desaparecido toda la mañana hasta la hora de la comida. Charly no comprendía su actitud, pues se notaba bastante furioso. Siendo él quien propuso fingir ser una pareja de enamorados frente al abuelo, Charlotte lo tenía presente, pues quería sacarse lo antes posible de esta situación y, por supuesto, en buenos términos. Pero la actitud de Francisco daba mucho que desear.

Tengo que salir al antiguo departamento por unos documentos que necesito para mañana en la universidad.

Dijo Charly carraspeando, pues todos estaban un poco incómodos con la actitud de Francisco. No tardaré y así podré estrenar el auto que me regalaste, abuelo. Le salió tan natural y tan real decirle abuelo, Charlotte se sentía muy bien de sentirse mimada por él, era un sentimiento maravilloso y lo disfrutaba.

Eso me parece perfecto, dijo tranquilamente el abuelo con una sonrisa de oreja a oreja, ya se sentía cómodo y encariñado con esa pequeña niña.

Francisco ni se inmutó ante el comentario, una vez terminado de comer se disculpó y se marchó excusándose que tenía mucho trabajo pendiente. Así concluyó la comida y Charlotte salió de la Mansión Riquelme en un Maserati color blanco, era un hermoso y extraordinario auto. Charlotte quedó muy contenta aunque sentía que era demasiado, pues a partir de ese momento tenía a un guardaespaldas que no se despegaba de ella jamás.

Llegaron hasta el apartamento muy rápido. Charly buscó los documentos que necesitaba para poder ingresar a sus prácticas profesionales junto con Lucas.

Regresó rápidamente a la Mansión y el abuelo ya estaba esperando en la sala, tomando una copa de vino. Mandó llamar a Francisco y el abuelo les anunció que se retiraba de la Mansión, pues una pareja de casados debe tener su privacidad, no sin antes dejarles en claro y recordarles las reglas de lo que ya habían firmado.

Y sin más, salió de la Mansión despidiéndose de Charly con mucho cariño.

Una vez fuera, Francisco no pudo evitar sentir una gran molestia y, claro que se lo hizo saber a Charlotte, diciendo con una voz bastante fuerte para que los empleados escucharan el reclamo de Francisco, felicitando de manera sarcástica el haberse ganado el favor del abuelo.

Francisco, te recuerdo que fuiste tú el que me dijo que teníamos que aparentar ser la pareja perfecta. ¿Acaso ya se te olvidó? Fuiste tú el que lo dijo y no has hecho otra cosa que estar en un berrinche de niño pequeño. Por otro lado, ambos firmamos un acuerdo y si no dijiste nada en su momento, te pido que te hagas responsable de tus actos. No pienso incumplir con mi palabra, pues soy una mujer de valores y además no tendría cómo pagar por todo lo que me han dado. Yo cumpliré con lo que a mí me corresponde. Si tú no lo quieres hacer, no me importa en absoluto. Solo compórtate como un adulto y no molestes por estos dos años que nos quedan por delante, dijo Charly, dando la vuelta para irse. Los empleados habían tenido mucha empatía con Charly, pues era una chica educada y muy sencilla, no era para nada arrogante.

- ¿A dónde crees que vas? No creas que voy a permitir que te quedes en la habitación principal - dijo muy furioso Francisco, tanto que Charlotte se sintió intimidada y no sabía qué sucedería. Y para no alterarlo más, Charlotte continuó su camino, pero esto provocó aún más a Francisco, el cual la tomó muy fuerte del brazo y la hizo voltear. - ¿Acaso no me escuchaste? - dijo mirándola con furia asesina. - Esa no será nunca tu habitación, no eres apta para ella, jamás estarás a la altura. Chaly sintió un dolor en su corazón y se sintió miserable, pero jamás se lo dejaría saber. Sin decir nada, Charly se giró y continuó con su camino. Este es el comienzo de una vida miserable, pensó con dolor y tristeza en su corazón.

A la mañana siguiente, Charlotte despertó con mucha energía y con toda la actitud. Había descansado formidable en aquella cama que parecía hecha de plumas de ángel, muy confortable y agradable. Después de tomar una ducha a primera hora de la mañana, Charly entró con mucha felicidad en el gran armario y buscó algo adecuado para iniciar sus prácticas profesionales.

Este día se despertó con toda la actitud y quería sentirse y ser una mujer empoderada y no permitiría que la actitud de Francisco la intimidara. Además, ella pondría todo de su parte para que al menos fueran buenos compañeros de MANSIÓN. Con esta idea en mente, Charly bajó y preguntó por Francisco a las empleadas.

_ El joven Francisco ha salido hace unos quince minutos de casa_ dijo una chica de aproximadamente la misma edad que Charly. Era una chica bastante tímida e introvertida con una figura bastante delgada. Charlotte decidió desayunar en la cocina y convivir con las chicas de la Mansión y tener una buena relación al menos con ellas. A todas les cayó muy bien y se sentían cómodas entre ellas. Pues Charly les hablaba como si ya se conocieran, dándoles una buena impresión y respetándose mucho.

Charly se sintió un poco desepcionada ya que de verdad quería hablar y tratar de que esto saliera bien.

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