Capítulo 6

Green House.

Un espectáculo era la Mansión, ubicada en la cima de una de las zonas más importantes de Seattle. Haciendo honor a su nombre, porque está rodeada de majestuosos pinos y una extensión bastante grande para darse el lujo de tener su propio lago artificial. Por fuera, con una fachada muy colonial. "Green House", un diseño de la época victoriana con un toque moderno, hacen de ella un lugar mágico para una pareja de desconocidos.

Charlotte estaba maravillada, incluso se sentía un tanto intimidada al estar ante tantos lujos. Un par de puertas de madera color verde olivo fueron abiertas por aquel recto hombre que no se despegaba para nada del señor David Riquelme. Los pisos de mármol pulcro, el recibidor con un diseño clásico y muy sofisticado, iluminado por un enorme candelabro que dejó maravillada a Chaly, les daba la bienvenida. Una mesa en la cual estaba un precioso arreglo floral, no muy ostentoso pero sí muy precioso, con tulipanes morados.

_ Bienvenidos a su nuevo hogar... Espero que me disculpen por el atrevimiento y tú, querida mía, mañana tendrán tiempo para que mi querido nieto te dé un tour por toda la casa _ Le dijo el abuelo a Charly con una sonrisa y mucha tranquilidad.

_ No hay problema... Ya es muy tarde y todos debemos descansar _ Dijo Charly con una bonita sonrisa.

Francisco se mantenía un poco serio, con un aire bastante indescifrable. Si bien mantenía una sonrisa forzada, su mirada y sus movimientos corporales indicaban lo contrario.

_ Tomarán la habitación principal, ya todo está arreglado _ Dijo el señor David mientras caminaba por el lado izquierdo de la casa y dirigiéndose a un pasillo por un largo ventanal.

Charly se quedó mirando a Francisco, que se mantenía con las manos guardadas en los bolsillos de sus pantalones, borrando la sonrisa que tenía hace apenas unos instantes y mostrando su verdadero rostro. Serio, frío y dominante, con la mirada perdida.

_ Vamos, te llevaré a tu habitación _ Dijo fríamente Francisco.

Charly siguió el camino maravillada por la hermosa mansión, mientras Francisco, a paso veloz, la llevó escaleras arriba, unas escaleras preciosas de una hermosa madera oscura y perfectamente lustrada. Charlotte no desperdiciaba el momento y disfrutaba de cada detalle que tenía la hermosa mansión. Francisco abrió una puerta y dijo: "Aquí dormirás", con una voz fría y autoritaria. Charlotte asintió sin decir una sola palabra. La habitación era realmente bonita, con una cama amplia en la cual Charly se dejó caer boca abajo, suspirando y pensando en cómo su perfecta vida había cambiado. Una lágrima de impotencia escapó por sus ojos, dejando un destino incierto... algo en su corazón le decía que esto sería un duro camino. Con ese pensamiento, se fue quedando profundamente dormida.

Francisco, por otro lado, fue de inmediato a la que era su antigua habitación. A Charly la había dejado en una habitación de invitados que nunca se usó en el tiempo en el que él vivió en casa. Frustrado por los planes de su abuelo y dando vueltas furioso por toda la habitación, sabía que debía llegar a un acuerdo con su abuelo lo antes posible. Aunque esto sería imposible, bien lo sabía en el interior.

Mientras tanto, el señor Riquelme era informado de la falta que habían cometido y lo dejó pasar por esta noche. Mañana había mucho más que hacer. La mañana de domingo llegó rápidamente para la nueva pareja. Charly se despertó y no sabía qué hacer. ¿Salir de su habitación? ¿Buscar a Francisco? Solo caminaba por la habitación hasta que se escuchó un toc toc en la puerta. "Adelante", dijo rápidamente Charly. La puerta se abrió dejando ver a una señora muy amable. "Buenos días, señorita. El señor Riquelme me mandó a ver si está despierta. Me ha dicho que si gusta, puede asearse. Yo traeré su ropa". "Buenos días, sería tan amable. Yo sé lo agradecería mucho", dijo Charly mirando a la amable señora, la cual sonrió y asintió.

Charlotte fue de inmediato al cuarto de baño y se dispuso a tomar una ducha. Eran apenas las 7 de la mañana y ella ya estaba bañándose, aunque por lo regular siempre despertaba tarde los domingos, esta vez fue diferente.

Mientras tanto, Francisco ya estaba bañado y perfectamente vestido en un pantalón casual color negro y una camisa igualmente negra, lo que lo hacía lucir realmente guapo y con un toque de chico malo. Salió de su habitación y fue directo hasta donde estaba su abuelo, pensando que Charlotte aún estaría dormida, ni siquiera se asomó para saludar.

Francisco bajó las escaleras y se encontró con la mano derecha de su abuelo. "Su abuelo lo espera en la biblioteca", dijo inmediatamente al ver a Francisco. Ambos se dirigieron hasta la biblioteca. El hombre abrió la puerta para que Francisco pudiera pasar y encontrarse a solas con su abuelo.

David Riquelme ya estaba sentado bebiendo una taza de café en un cómodo sillón. "Tenemos que hablar", dijo sin siquiera saludar a Francisco. "¿No te parece suficiente el hecho de hacerte caso y tener que casarme, aún más extender ese contrato, vivir juntos aquí? Eso es algo muy importante y no quiero compartir con una desconocida. En mi vida ella jamás será la señora Riquelme. Sabes bien que estoy enamorado de Kathy y eso jamás dejará de ser así".

"Buenos días, hijo. ¿Acaso en Francia dejaste los buenos modales y tu buena educación?", respondió su abuelo. "Y no me parece suficiente, ya que fuiste tú el que decidió casarse a través de un contrato y yo no elegí a la mujer con la que decidiste casar, y tratar de verme la cara de tonto. No sé por qué no viste venir esto de tu parte. Te hace falta mucha más experiencia y, sobre todo, madurez. Sé bien que no tomaste en serio mis palabras de dormir juntos. Está bien, te lo pasaré por unos días, pero que te quede claro que no lo hago por ti, sino por la gran mujer que lleva el apellido Riquelme ahora. Te pido que te des la oportunidad de conocerla, es una excelente persona. Mucho mejor que la mujer que amas tanto. Por cierto, parece que no has revisado el correo que te mandó mi asistente".

Lo que quiero que quede claro es qué, si después de una o dos semanas, no cumplen con mi palabra, verás las consecuencias que trae no tomarme en serio.

Y vamos, que ya es hora de desayunar y presentar a la señora de la casa con los empleados.

Ambos salieron de la biblioteca y se dirigían hasta el comedor. En ese instante, la hermosa Charly estaba bajando las escaleras y los saludó amablemente.

Charlotte estaba hermosa. Esta mujer se veía bien con todo.

Francisco la miró de arriba abajo y no dijo nada, sacó su celular y chequeó el correo que su abuelo había mandado. Era un archivo con fotografías y tardaba mucho en descargar. Todos se dirigieron al comedor.

Buenos días Charly dijo el abuelo con una sonrisa llena de satisfacción. ¿Si te puedo llamar así verdad?

Charly sonrió Por supuesto... así me llaman mis amigos.

Francisco no dijo nada y se limitó a observar los movimientos de Charlotte, la cual se le veía muy tranquila y segura.

El desayuno fue de lo más tranquilo, el señor David Riquelme haciendo muchas preguntas a Charly y sintiéndose muy cómodo con ella, hasta podría llegar a encariñarse con aquella niña, pensaba el abuelo.

Aunque venía de una empleada doméstica, era una chica muy bien educada con modales extraordinarios, cualquiera diría que había nacido en cuna de oro y era una hija de papi. Pero algo que la caracteriza son las ganas que tiene de aprender y trabajar. Eso es algo que le gustó mucho al abuelo desde que se enteró de que no había tocado ni un peso de la tarjeta que Francisco le dio y que además trabajaba en sus tiempos libres.

Después de aquel desayuno interminable para Francisco, todos los empleados, sin excepción, se presentaron ante la esposa de Francisco, incluido su equipo de seguridad.

Uno a uno se presentaron, Charly saludaba gratamente. Francisco solo observaba.

Bueno, esta es la esposa de mi nieto, por ende la señora de la casa. Quiero que todo el mundo la respete como tal, ¿no es así, Francisco? dijo el abuelo.

"Así es"...

Fue lo único que dijo Francisco.

Eso es todo, pueden retirarse añadió el abuelo, molesto por la actitud de Francisco.

Muchas gracias a todos, espero que nos llevemos bien dijo Charly con mucha ilusión, ya que sabía que le quedan dos años de matrimonio y tenía que ser bastante inteligente y llevarse bien al menos con el personal.

Vamos, te tengo otra sorpresa pequeña dijo el abuelo. Pensé en dártelo hasta el día de tu graduación, pero como se adelantaron las cosas y no tienes cómo moverte... En ese momento le entregó unas llaves de un auto. Tu regalo por haber concluido tus estudios y con honores.

Charlotte estaba muy sorprendida y no podía creerlo.

_ No es necesario, si su querido nieto ya me dio un auto ; se me hace un desperdicio tener dos autos - mencionó Charly, muy conmovida y con mucha sinceridad.

_ Solo tómalo - dijo Francisco.

Charlotte obedeció.

_ Bien, ahora te mostraré tu verdadera habitación - añadió rápidamente el abuelo. "Esa es la habitación principal y les di algunas indicaciones a Francisco. Únicamente les doy unos días, de lo contrario conocerán las consecuencias de faltar a su propia palabra".

Charlotte se sentía muy mal por no haber podido cumplir con su palabra, pero todo era bastante difícil de asimilar.

En ese momento, la misma señora de esta mañana apareció. "Llévala a su habitación", dijo el abuelo.

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