Capítulo 14

Mientras tanto, de vuelta en el pueblo de Duku...

Nadine estaba paralizada de miedo, ya que se encontraba rodeada por cinco hombres lascivos.

En ese momento, la acompañaba un hombre misterioso que no había pronunciado ni una sola palabra durante todo este tiempo. Parecía indiferente a la situación en la que ella se encontraba. Cuando Anton le ordenó que se fuera, Marvin incluso soltó la mano de Nadine.

Pero Nadine se aferró al brazo de Marvin, suplicándole desesperadamente que no la abandonara. "Por favor, te lo ruego. Ayúdame. Por favor, no me dejes."

Marvin, listo para partir, se detuvo y miró fijamente a Nadine, quien todavía agarraba su brazo. Ella lucía aterrada, sudando profusamente en la frente.

Dicky disfrutaba viendo el miedo de Nadine y se burló: "Oye chica de ciudad, ¿por qué las lágrimas? Estamos a punto de enseñarte una lección muy agradable".

Anton amenazó a Marvin una vez más. "Oye amigo, si no quieres que te lastimen, lárgate. ¿O quieres que te haga orinarte los pantalones, jajaja..."

Los cuatro amigos de Anton se unieron a la risa, pero solo lograron encender una llama en Marvin, ya que los recuerdos regresaron de cómo estos cinco hombres lo habían intimidado hace 18 años.

Marvin soltó la mano de Nadine y se acercó rápidamente a Anton.

Thud...

La risa de Anton se cortó abruptamente cuando el puño de Marvin aterrizó de lleno en su boca.

"Arrrggghhh... ¡Arrrggghhh...!" Anton aulló de dolor, el golpe de Marvin fue tan fuerte que algunos de sus dientes quedaron sueltos.

Mirando sus cuatro dientes en la mano, Anton gimoteó: "Ohh... Mis dientes." Su boca estaba ensangrentada.

"Esa es una lección para tu boca vil, tan sucia como la basura", Marvin se burló con satisfacción. Considerémoslo la venganza de Marvin por los insultos pasados de Anton hacia su madre.

Nadine miraba boquiabierta, completamente asombrada por la audacia de Marvin al golpear a Anton.

"¡Bastardo!" Anton fulminó a Marvin lleno de rabia.

"¡Agárrenlo ahora!" Anton ordenó a sus compañeros.

Dicky, Tedi, Ari y Ramzi se abalanzaron sobre Marvin. Anton, sin quedarse atrás, se unió al ataque.

Marvin lidió con ellos con facilidad. Un mafioso contra cinco matones locales era una pelea sencilla para él.

Nadine se preocupaba por Marvin, temiendo por su seguridad al acudir en su ayuda. Al notar una viga de madera cercana en el bosque, cojeando hacia ella, con las rodillas heridas, se agachó para recogerla, con la intención de ayudar a Marvin.

Su atención se había desviado solo momentáneamente hacia la viga de madera cuando volvió la mirada a Marvin, quien estaba luchando contra los matones locales. Se sorprendió al ver a los cinco matones derrotados, yacendo en el césped demasiado crecido del área boscosa.

"Arrrggghhh!" Los cinco gemían de dolor, vencidos por la paliza de Marvin.

"Dispárame, no me golpees de nuevo", Anton suplicó a Marvin, aunque le faltaba la fuerza para ponerse de pie.

"¡Dios mío, quién es este hombre? ¿Es siquiera humano?" Para Nadine, era ilógico cómo Marvin podía incapacitarlos tan rápidamente, sin armas, luchando con sus propias manos. Un escalofrío recorrió su espina dorsal.

Dejando a un lado la viga, Nadine se asustó más cuando Marvin la fijó con una mirada penetrante, avanzando hacia ella. Ella retrocedió, pero pronto su espalda chocó contra un gran árbol, quedando atrapada. Marvin la inmovilizó con sus brazos.

"¿Quién eres? ¡Suéltame!" Nadine exigió.

Nadine le mostró un anillo que adornaba su dedo anular. "No te atrevas, estoy comprometida."

Marvin sonrió de manera arrogante y se acercó más a Nadine, mirándola a los ojos. "Mi nombre es Adam Álvarez. Me debes una, Nadine Leonardo."

No sorprendió a Nadine que él supiera quién era ella; ¿quién no reconocía a la hija del dueño de la empresa más grande del país? Tragando saliva, miró fijamente a Marvin, con sus rostros a escasos centímetros de distancia.

Nadine admitió para sí misma que el hombre ante ella era muy guapo pero potencialmente muy peligroso, dada su habilidad para deshacerse rápidamente de sus adversarios. Al haber escapado de las garras de los lobos, había entrado accidentalmente en la guarida de un león.

"¿Qué quieres de mí?" Nadine le preguntó al hombre que se había presentado como Adam Álvarez.

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