— Chiara, mi más preciosa joya. ¿Alguna vez te he dicho que eres invaluable? — Me levanté de la silla en la que me encontraba sentada frente al escritorio del Sarco, así se hacía llamar el que para ese momento fuera mi jefe. Con toda la elegancia que me caracteriza, mis largas piernas caminan hacia él, el sonido de mis tacones de 15 cm hace eco de mi presencia. Sí, si quieres ser exitosa en este mundo, debes ser una puta con ínfulas de dama.
Me siento en el borde del escritorio muy cerca de él, gracias a mi estatura de 1.74 cm. más mis tacones de 15 alcanzó perfectamente el piso de madera, cruzo una pierna por encima de la otra, él se pierde mirándolas. Retiro el cigarrillo que tiene en su boca, lo llevo al cenicero y lo apago posteriormente.
— Esto te matará.
— Si es que antes no lo hacen tus piernas. — Con su dedo índice acaricia una de ellas. Retiro su mano con delicadeza.
— Querido, no me vuelvas a tocar — Él levanta ambas manos y sonríe.
— Está bien. Entonces hablemos de trabajo.
— Eso me gusta más — Me levanto y voy hacia el ventanal, me pierdo por un par de segundos en mis pensamientos. — ¿De quién debo hacerme cargo?
— Ese es un dato que por seguridad en este momento no te daré. — Me giro y camino hacia la puerta.
— No trabajo de ese modo. Busca a alguien más. — Abro la puerta, pero justo antes de salir, Sarco vuelve a hablar. — Te pagaré diez veces más que la última vez, con eso podrías retirarte. — Aún de espalda a él, le respondo.
— No me interesa retirarme.
— ¿Realmente no lo harás? — Aunque no me interesa dejar de hacer lo que hago, la paga es realmente buena.
— Envíame una fecha, hora y coordenadas. Te llamaré una vez esté hecho. — Cierro la puerta tras estas últimas palabras. Atravieso el burdel en busca de la salida.
A mi paso puedo ver la cantidad de mujeres, algunas mayores, otras muy jóvenes que venden su cuerpo a cualquier cerdo infeliz. Todos me miran, me ven como la flor en medio del pantano, lo que no saben es que mi alma está podrida desde ese maldito día. Continuo mi trayectoria y mis ojos se conectan con los de una chica que se nota, es nueva. Su mirada triste me recuerda una vez más ese fatídico día, levanto un poco más el mentón dándole a entender que es su problema y no el mío, una lágrima rueda por su mejilla. "Lo único que puedo hacer por ti es seguir matándolos uno a uno" le digo en silencio aunque ella no pueda escuchar mis pensamientos.
Este es un lugar algo más que tétrico, al salir a la calle lo que encuentras a tu paso es ruina y desolación, mujeres que dan su cuerpo por un poco de droga, para huir de la realidad, hombres perdidos esperando a quien poder robar, de igual manera para poderse drogar. Aquí todos nos conocemos, pero nadie sabe nada, impera la ley del silencio.
Es por eso que una mujer tan bien pagada como yo, escoge vivir a un par de calles de este sitio.
Un taxi me espera, subo y este me lleva a mi destino, un edificio en ruinas que a simple vista está a punto de colapsar, el ascensor hace un par de meses que no funciona, subo hasta el cuarto piso usando las escaleras, al llegar a mi puerta, sentado junto a ella está Matius, mi pequeño vecino de ocho años.
— ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el colegio.
— No hubo clases.
— ¿Y por qué no entras a tu apartamento?
— Papá y mamá discuten.
— Ven, acompáñame, te preparé unas ricas pastas. Apuesto a que aún no almuerzas. — Se levantó con una sonrisa y tiró de mi mano.
Luego de entrar prendo la TV y coloco un canal infantil. Mi apartamento humilde, pero bien amoblado, limpio y ordenado, seguro es el sitio más bonito que este niño conoce.
Mientras Matius observa caricaturas voy a la cocina, luego de un rato las pastas están listas, comemos juntos y él se queda dormido en el sofá. Poco después su madre toca a la puerta y se lo lleva.
Voy a mi cuarto y me despojo de todo, incluida la peluca rubia y los lentes de contacto azul, mi cabellera negra cae hasta el inicio de mis glúteos, mis ojos oscuros descansan. Me quito todo el maquillaje y vuelvo a ser yo, atrás queda "el dragón azul."
***********
Han transcurrido varios días.
La inactividad me está matando, en serio creo que tengo un serio problema mental. Necesito ver la agonía en los ojos de esos malditos, esos que se enorgullecen de la mierda que los rodea, es lo único que me brinda calma ¿y por qué no admitirlo?, felicidad.
Mi móvil vibra, es un mensaje de un número desconocido, no lo he visto, pero ya sé que es Sarco, siempre que se lleva a cabo un nuevo trabajo cambia de número, para evitar ser relacionado.
En el mensaje están las coordenadas y la hora.
— Desconocido: hoy es la gran noche.
— Yo: Nombre del cliente.
— Desconocido: Una vez estés en el lugar lo sabrás.
— Yo: De acuerdo.
— Desconocido: Hasta entonces.
Esa noche mi cabello era un tono anaranjado, mis lentes como siempre, azules, vestido largo y negro con la espalda totalmente al descubierto, cuello alto y con apertura en ambas piernas, uno de los trucos para envolver a un hombre está precisamente en ser sexy sin rayar en lo búlgara. Los tacones son infaltables, no se puede ser elegante sin ellos. Solo una joya acompaña mi atuendo, una pulsera de oro blanco con incrustaciones de diamantes. Maquillaje ligero y labios en tono durazno.
El sitio está apartado, podría decir que en medio de la nada. Solo personas con invitación directa de los miembros de Cosa Nostra, pueden ingresar.
Yo voy como acompañante de Frederick, un hombre muy conocido en el bajo mundo, por ser un excelente franco tirador, quien me presenta ante todos como su mujer.
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Updated 65 Episodes
Comments
Mabel Figueroa
yo hace mucho la empecé y encontré el final, así que la vuelvo a leer por qué me cautivó.
2024-05-13
0
Marita Peña
ME ATRAPO EN TAN SOLO 2 CAPÍTULOS
2023-09-28
5
Dian La Pris Cano
super
2023-08-22
0