Capítulo 7

Y entonces apareció la madre del niño con varias mujeres del pueblo, vino a mis brazos sin decir palabra, lo abrazó y con una sonrisa que estaba más en los ojos que en los labios, la condujo hacia sus amigas, que eran ellas. ayudó a Celebrar el descubrimiento. Aliviado de esta pequeña carga, estaba listo para ayudar a restaurar un poco el orden natural en la habitación, que pronto se convirtió nuevamente en una posada. Incluso la placa de arcilla con nuestra presión intentó restaurar su negocio principal. La sesión de The Dead Chicken (la víctima de este evento) nos aseguró, crearemos un incendio en el que mi querido primo es especial, trabajó como maestro de un evento que ayudó a trabajar y quemó las características que yo es desconocido en su persona. Con algunos muebles en su lugar, la casa estaba lista para el espectáculo de este fin de semana (con algunos percances). A medida que se reconstruía el set, las poses y las conversaciones cambiaron de "relatar" los sentimientos y temores de cada persona a rostros audaces, situaciones cotidianas y otros temas fuera de la secuencia culminante. John nos contó sobre su plan para construir rutas ferroviarias, que incluye una ruta Seeba para Trihilo (no importa cómo el padre establece un método decisivo porque contribuye al proceso de transmisión que causa vida. Lo es). Amaba a la Sra. Lentin, que estaba fangosa y, a veces, en el bosque, piano Rachel, cansancio, galletas, leía dónde podían encontrar este alcance con John, donde podían ser tigres de mariposa o encontrar una mordedura de serpiente. Miraba a su marido con respeto y admiración, y sus interjecciones en la conversación eran siempre con una mirada preliminar y tentativa a él personalmente, y sin duda buscaba un posible reconocimiento. Sergio se sentó a mi lado y como los tres (principalmente papá, su tío) estábamos distraídos, me tocó la mano y me dejó sentir su calor. Papá hizo una pausa para aprovechar su conversación y se me acercó: - ¿Tienes miedo, Leonora?... - Besó mi frente. "¿Quién no lo haría, papá?" Sra. Lentin, siempre con cuidado ", y creo que este fin de semana eliminará a Sergio, creo que lo permite en Europa en Europa ... Sergio Smiles: Youelle, esta no es una noche maravillosa, y estoy seguro de que mis últimos días en Venezuela se han convertido en un proyecto de naturaleza maravilloso para usted. ¿No lo crees relativamente? Todos nos reímos de la loca idea, y Holly intervino: - Tales eventos son difíciles de predecir... "Bueno, amante de la ciencia, deberíamos decir que podemos hacerlo pronto". "Ya se encontró el punto de retorno del cometa", dijo Abba. —¿Los cometas no son acaso una pura invención poética? —comentó divertida Madame Leontine. "Leonora lo leyó", me señaló mi padre. -Asi que. Leí algo sobre un astrónomo italiano llamado Giovanni Battista Donati. Descubrió el paso de un cometa en el 64. preguntó sergio. - ¡Cuenta, prima, cuenta! Yo continué: — Till y Flash hablan de cómo el hielo se derrite en la roca y cuando un cuerpo explota debido al intenso calor... Determinando el retorno de un cometa relativo a la atmósfera. cambios Algunos mueren y nunca regresan.

Me sentí incómodo cuando terminé. De repente me vino un pensamiento que no puedo expresar: pensé en el cometa y en mi primo, pensé que se verían, como los cometas se encuentran, y la posibilidad de no verse para siempre, porque alguien había muerto, como los cometas. Isaac Asbo me sacó de mis pensamientos y me devolvió al regalo que era la casa en Adikora, la pequeña sala de estar, la tormenta tranquila reciente, el olor del pollo debajo del fuego y el roce silencioso de los dedos de mi querida prima. - ¡Qué valioso es el reconocimiento general de tal invención! De lo contrario, Galileo dirá: cadena perpetua, crucifixión y tortura. "Y sin embargo, la verdad prevalece", comentó Sergio alegremente. - ¿Cuál es la verdad? Mi querido joven: con los años aprenderás que los hechos siempre están conectados entre sí... - dijo Isaac Asbo con un gesto de ironía ardiente. El padre intervino, cambiando de tema para calmar el diálogo. - Por cierto... ¿viste cómo Linares entregó el premio al poeta Pardo? "Ah, sí... eso sólo puede interpretarse como un desafío a Guzmán Blanco", respondió Juan. -¿de qué estás hablando? La Sra. Ronkal preguntó a los interesados. Ou Kurida, Gusman Blango ofreció competencia al final de su gobierno, "Shakti e Idea" para los autores. Fue galardonado con menos de ochocientos premios venezolanos. Polad Peraza ganó el concurso en prosa y Francisco Chicaiboro Barto en poesía. Su padre lo interrumpió y dijo: "Guzmán se negó a darle el premio al poeta". - ¿Por qué? Yo pregunté. - Porque el poeta Galileo escribió un elogio dedicado a Galileo. "Bueno, todavía no entiendo…" comentó Leontine. “La verdad es que Guzmán, cuando llegó el momento de darle el premio, le dijo a Quicaiburo: ¡Galileo Galilei págale! Todos nos reímos excepto mi prima, a quien no le hizo gracia cuando le contaron el chiste sobre Guzmán. Mi padre miró la nueva tensión del lado e intervino para la reconciliación: "Bueno, para mí las aventuras de hoy, debemos atacar abiertamente la delicadeza de este demonio ..." Señaló al pollo. Al cumplir con el deber de la comida, regresé cerca de mi Sergio, y ya no estaba separado de mí, y cuando este grupo se despidió, todos conducirán al lugar donde todos se quedaron: Ronoyolo pasa a la Saba, fuimos a nuestro Laboratorio: un martillo cerca de Sal y mi padre y volveré. Esa noche entonces, liga en mi memoria el cielo huracanado y plomizo con la dulzura de los labios de Sergio y la segura promesa, mil veces repetida, de que me escribiría a diario, más que a diario. París, noviembre, 1877 Querida prima: Así como algunas visiones entrañables, delicadas y sobrias, tan realmente sobrias que nacen por instantes para apenas retirarse discretísimas, nos abren una diminuta ventana hacia otros ámbitos; ensoñaciones casi febriles, que nuestro celoso espíritu guarda a un colibrí en su vuelo, agitando ansioso su alas, y a su vez tan a punto de detenerse sosteniéndose en tantos mundos posibles; así, amiga mía, tu imagen se me ha presentado hoy mismo con este día lluvioso, (como los de aquel nuestro gran cerro de Caracas, el Ávila, rodeado de nubes tanto como de desconocidos presagios) entre un olor de paja humedecida y baúles herrumbrosos, olores que nos dejó el viento, pasando indiferente…