Mariza llego a su antiguo instituto, él frio de los pasillos se asomaba entre más se acercaba, el sonido del silencio era más fuerte, paso por la vitrina de vidrio, miro su foto y los reconocimientos de la persona que admiraba, hermano de su amigo, nunca volvió a verlo después de su graduación.
Se detuvo en la oficina de archivos antiguos, el encargado llevo las llaves, pero quien se las otorgo, advirtió que se apurara, le pareció un poco extraño, pero no le tomo importancia, el pequeño cuarto tenía pilas de cajas con documentos de todas las generaciones pasadas, era inaudito pensar que tu historia en ese lugar estaba registrada en unos papeles, dentro de una caja con una fecha escrita con plumón permanente negro, ¡realmente estuve aquí!, se comentó así misma Mariza.
La extrañeza se sentía en el aire, pero tomo la caja, al quitarle la tapa, un flasheo de memorias impactaron su mente, se encontró un libro con los nombres y firmas de todos los graduados, miro la suya, un escalofrió subió
por su espalda, cerro con fuerza el libro, hurgo en las carpetas que contenían el historial de los alumnos destacados, evito el de ella, al parecer habían puesto en esa caja a todos los destacados en la carrera, sin respetar generaciones, encontró el de su amigo Alexander y a su ídolo, pero antes de echar un vistazo a la carpeta, alguien apareció.
-Oye, ¡tú!, ¡que estás haciendo ahí!, que nadie les advirtió lo que podría pasar si se adentraban a lo prohibido.
-¿Cómo?(volteó a mirarlo Mariza)
Ella traía una identificación colgada en el pecho para que pudieran notar que era agente.
-Ho, disculpe agente, ya sabe que algunas personas son curiosas y no respetan.
-¿Me podría decir porque es prohibida esta zona?
El hombre mira a su alrededor, y comento:
-Se lo diré, pero en un lugar más privado.
Cerraron el lugar pero Mariza fue astuta se llevó 3 carpetas (la de Alexander, su ídolo y la de ella), la llevo a una oficina, el nombre que tenía, era recepción de generaciones, quedo confusa y dijo:
-No sabía que existía una zona así.
-Si, fue una nueva oficina que se creó, ya que algunos no tenían tiempo de acomodar, clasificar los documentos actuales y pasados, como puede ver a mi me encomendaron esa tarea, casi nadie viene aquí, así que es un buen lugar para hablar.
El hombre quito carpetas de un mueble, una mesa pequeña, para que pudieran sentarse.
-Entonces dígame porque está prohibida esa parte.
Mariza aplano el botón de su grabadora para que quedara grabado, lo hizo por costumbre o tal vez su sexto sentido le decía que algo pasaba en esa institución, ocultaban más de lo debido.
-En alguna de las cajas se encuentra un archivo que no se debe de tocar por cualquiera, solo el director o la persona de ese expediente lo pueden solicitar, si alguien lo encontrará estarían en graves problemas, a los alumnos les decimos que eso vale su estancia aquí, claro no cualquiera se atrevería a quedar expulsado para
siempre.
-Es comprensible, pero no es muy extraño que les oculten a los trabajadores de este instituto algo como eso.
-Claro, se discutió sobre ese tema, pero el director nos cayó, simplemente nos amenazó como a los alumnos,
despedirnos por una simple carpeta, es una tontería, pero aquí se vive ese inconveniente.
-Comprendo.
-Y dígame que es lo que buscaba, exactamente, aunque me intriga más como logro que le dieran las llaves.
-Bueno ser agente influye un poco.
-Cierto, jajaja.
-Busco a alguien que estuvo conmigo en ese año, pero no pude encontrarlo.
-Tal vez yo pueda decirle quien es, para eso trabajo.
-Su nombre es Alex, le suena el nombre.
-A.aa.alex!
-¿Sabe quién es?.
-¡Yo, lo siento no sé quién podría ser!.
Se levanto del mueble y trato de sacar a Mariza de la oficina, pero antes de que pudiera salir de aquel lugar, alguien estaba en el marco de la entrada mirándolos.
-Es lógico que no sepa quién es esa persona que buscas, no hemos tenido a nadie con ese nombre en esta institución.
-Director!, yo..yo.
-Luego hablaremos tú y yo.
Creo que es hora de que se marche agente, supongo que debe tener una agenda muy ocupada, como para desperdiciar su tiempo en un instituto (mirándola directo a los ojos le comento).
-Supongo que tiene razón, es hora de irme, gracias por su tiempo, ¿señor?...
-Alberto.
-Déjeme acompañarla a la salida.
Mariza salió de la oficina, camino erguidamente, sin mirar atrás, aun con eso se sentía la presencia de aquel director, aunque no lo parezca, era muy joven para llevar una institución, en mi tiempo todavía estaba el hombre de la barba, ahora es alguien de mi edad, me despidió cortésmente y volví de nuevo al hotel, viajar de un lado a otro, sin importar la distancia, se ha vuelto tan rutinario, que notar el desgastamiento es algo sin importancia, me recosté en mi cama y solo mis ojos se rindieron poco a poco.
Mientras tanto Alex, estaba viendo unos asuntos con Julius:
-¿En qué tanto piensas Julius?
Subí mi rostro, él me miraba atentamente, mientras daba un sorbo de su bebida.
-Yo..en nada, aghh, volviste a pedir esa cosa de colores, que asco.
-Ahora te lo tomas, no me hacías caso, así que pedí lo que me gusta, jajaja.
Se levanto de su asiento y me jalo del brazo, salimos del establecimiento corriendo.
-Axel a donde vamos.
-Es sorpresaaaa.
Mire su espalda mientras avanzábamos, no podía respirar de lo agitado que estaba, las luces del alrededor daban una escena de un recuerdo, en ese momento lo sabía, me estaba perdiendo de nuevo, cuando me hundí por completo fue cuando volteó a mirarme con esa sonrisa de niño pequeño que tenía.
-Ya dime Axel, odio el suspenso.
-Ya casi llegamos, miraa.
Paramos en un cine, nos soltamos las manos, me volteo a mirar de nuevo con cara malvada, comento:
-Veremos una película zombie, waaaa.
-No..no..esperaaa.
Se abalanzo hacia mí para morderme, salí corriendo, dimos vueltas un rato, hasta estar sudados.
-Ahora ya no nos dejaran entrar, por apestosos.
-Jajajaja.
Vimos la película, reímos de lo tonta que era en escenas que eran posible salvarse las personas, lo lento que eran algunos zombies, etc, etc, el tiempo paso tan rápido que el anochecer ya nos había alcanzado, estaba tan feliz, que cuando él se detuvo frente a mí, supe que aunque me prometiera no caer, ocurría y volvería a arrepentirme.
-Sabes Julius, creó que te estas creyendo mucho el teatro de que soy mi hermano.
-¿Que?
Se dio la vuelta, se fue acercando despacio, se quitó la chaqueta, me rodeo, quedando de tras mío, la coloco en mis hombros, de igual forma los tomo, acerco su rostro a mi oreja y comento:
-Si sigues así, no podrás diferenciar al verdadero.
Me gire de inmediato, quedando muy cerca de él.
-¿Está vivo?.
Tomo mi barbilla con su mano y la levanto un poco, se inclinó más y dijo:
-O me prefieres a mí.
Sabes que soy una mejor copia de él.
-Eres un..un..
Lo empuje agresivamente para apartarlo de mí.
-Jajaja, solo bromeo, aun tienes esperanza de que volverá, me impresionas.
Al menos lo único que te queda, es esa chaqueta beige, recuerdo que él me dijo que era tu favorita, se la pedias mucho prestada, un regalo por tu trabajo, muy detallada la información, cuento contigo para la siguiente vez, recuerda que el afecto engaña.
Abrace la chaqueta y las lágrimas escurrían.
-Eres un desgraciado Alex.
Solo rio, camino alzando su mano para despedirse y con esa sonrisa de Axel, comento:
-La próxima vez, hay que ir a la playa Julius.
Llegue a mi departamento y solo me recosté con su chaqueta, el desgraciado había dejado el perfume de Axel en ella, extrañó tanto a mi amigo, ¿porque tuviste que desaparecer?.
Pero nunca creeré que tu solo te hayas ido, nunca abandonarías a tus hermanos, eso lo sé muy bien, Alex actúa de una forma extraña, como si supiera algo, ya que se jacta solo por confundirme, pronto te encontrare Axel, lo prometo.
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