17. Nueva reencarnación

{ Narrado por Raquel}

" Jamás quise ser la mala de la historia, sólo deseaba igualdad ...

La igualdad que me negaron al nacer ."

En mí mundo existe un viejo tabú, sobre el bien y el mal...

Se dice, que cuando hay un nacimiento de gemelos uno heredera la bondad y la templanza del Ying, más el otro heredera el mal carácter, los malos deseos y la crueldad del Yang. Todo en base de un equilibrio para que funcione el universo Astral.

Antes de que naciera, ocupaba el espacio en el vientre con mí hermana Eleonor, éramos gemelas de una poderosa nación, el imperio del sol naciente, nuestros padres estaban preocupados de como se darían las cosas. Pues, sabían que esperaban gemelos.

La incertidumbre y el tabú que los presionaba por ser miembros de la corona, los aterrorizaba.

Cuando nació Eleonor, todos se alegraron y dieron grandes gritos de jubiló, ella había nacido con la marca del Sol naciente. La que se nos da al nacer para qué quedé asentado a qué elemento pertenecemos.

Por eso cuando nací, después de mí hermana, las caras de las parteras y de los nobles cambió, por qué yo no tenía la marca del Sol, si no, una luna extraña de color negro en mí brazo derecho.

Los miembros reales ya habían anticipado que ésto pasaría, si una de nosotras nacía con la marca del Sol, por consiguiente la otra sería la opuesto, así que nací con la marca de la luna, un opuesto al sol, un rival, un antagónico.

Por eso mi padre tomó la drástica decisión de separarme de mí hermana gemela, no podíamos estar juntas, ni de ella, ni de nadie que perteneciera al reino del Sol. Me envió con mis tíos políticos del reino verde, que tampoco me deseaban, solo me aceptaron por qué mí padre era el rey Astral, el rey de toda Astera World.

La leyenda decía qué, si una crecía como una maga de luz poderosa e inigualable, la otra sería una bruja oscura, poderosa y llena de maldad.

Pero mediante crecía, jamás hubo en mí una pizca de maldad o deseos de venganza en contra del reino del Sol como todos decían que tendría. Me convertí en una mujer bendita en gracia y belleza, juraba que con el tiempo mis padres lo notarían y volverían por mí.

Pero ellos no vinieron...

Una vez me escapé para ver a mis padres, el rey Ur que siempre paseaba por su jardín me encontró y supo que era yo, Raquel, su hija, yo me alegre por conocerlo, pero el me mostró preocupación como si deseara que no estuviera ahí, y me pidió que no volviera jamás, pero una vez que lo conocí, ya no podía detenerme. Regresé al palacio y me tope con la realidad de como vivía mí hermana, rodeada de afecto, y cariño, cuando se encontraba practicando magia junto al jardín.

Yo era experta en eso, a mis 8 años de edad, ella no podía formar un simple orbe de luz, en cambio yo ya podía invocar gárgolas, dragones y criaturas de ultratumba.

— Mamá, ¿ Por qué no me sale?, los otros nobles pueden hacerlo y yo no.

Se reprochaba inflando los cachetes, con una expresión añiñada. A su costado se acercó mí madre, una elegante mujer, con una mirada dulce.

— Tranquila, aprenderás a controlar tus poderes, solo es cuestión de práctica.

Le dijo acariciando su mejilla, al ver eso, también puse mí mano en mí mejilla, que era exactamente igual al de la princesa. Tratando de imaginarme como se podía sentir una caricia de mamá...

Bajé la mirada hasta el suelo, hasta que sentí otros pasos y vi a mí padre acercarse a ellas dos.

— ¡ Pero mamá los otros son nobles y yo soy un miembro real!, ¿ Cómo puede ser que no pueda controlar mis poderes?.

Se quejo angustiada, la niña de rizos blanquecinos, y expresión tierna.

— Yo no aprendí a hacer un orbe hasta que tuve 10 años, y en ese entonces tu madre ya podía invocar criaturas mágicas. — Se agachó hacía ella como si fuese ella su reina— Pero cuando crecí me volví el más fuerte de todos, y ya nadie podía desafiarme.

Ver a mí padre arrodillado hacía ella me hizo desear saber que se sentía ser amada a tal grado de tener a tu padre, el rey, frente a ti en cuclillas. Era algo que jamás experimentaria...

Luego se fundieron en un abrazo profundo, y no sé por qué pero me anime a salir, quizás deseando fundirme en un abrazo con ellos. Deseando ... quizás, ser parte de mí propia familia.

Cuando me vieron, mí madre cambio su rostro amable por uno desencajado.

— ¿ Que hace ella aquí?, Cariño, ¿ No la habías enviado al reino verde?.

Mí padre no sabía que responder, el se estaba poniendo nervioso, y nisiquiera podía verme a la cara, Eleonor, mí hermana, sólo me miraba con desentendimiento, se notaba que no le habían hablado de mí.

— Mamá, ¿ Quién es esa niña que se parece a mí?.

Cuestionó apuntándome con un dedo y el entusiasmo más la emoción por estar junto a la otra mitad que se me fue arrancó de cuajo cuando nací, me gano y le respondí. — ¡Soy tu hermana !— con lágrimas en los ojos, y mí madre tomó a mí hermana y la ocultó detrás suya.

—¡ No, no lo es!, ¡ Es sólo, tu prima hermana que no debería estar aquí!, ¡ Guardias! — llamó a la guardia imperial sorprendiendome con la crueldad con la que podía tratarme, era su hija al igual que Eleonor, pero su amor no era el mismo para mí.

Intenté huir, pero fui apresada por sus hombres y al ser arrastrada al calabozo, pude escuchar a mí padre hablando con mí madre a lo lejos.

— Ahora entiendo por qué sus poderes no han estado funcionando, la descendiente de la luna estaba aquí, también me sentí neutralizado estos días, ahora se la razón.

Con eso aprendí dos cosas ese día, mis padres eran una basura, y tenían una debilidad..

Yo...

Entendí el por qué me mantenían lejos, era una amenaza a su reino, y a su hija.

Una estaba condenada a padecer por el bien de las dos, y la otra a resplandecer como el sol.

Pero me negaba a ser padecer ese destino por algo que no había elegido.

Yo sería la reina de la oscuridad y la nigromante de las sombras inevitablemente. Mientras más crecía, me volvía más poderosa con las artes ocultas.

Quería el lugar que me habían arrebatado, por eso, hice todo lo posible para lograrlo.

Pero no quería ser una mala persona, juro que no quería...Pero el desprecio y la soledad me transformaron en algo que no era. En la antagonista que ellos habían creado...

{ Época actual, china }

[ Narrado por la autora ]

En Asia, existía una reconocida modelo llamada Feng, era el rostro nacional de china, la más hermosa de todas y la que más contratos tenía. Pero su arrogancia y mal carácter, caía mal a muchas personas y era el blanco de muchas críticas.

Feng, era soberbia y narcisista. Creía que estaba en un pilar, donde solo los más importantes valían algo y los demás nada.

Nadie la soportaba, su transferencia al decir las cosas como las pensaba la volvían desagradable.

Sobretodo para su asistente personal que ya no soportaba sus malos tratos...Siempre le ordenaba que hacer de mala forma y con una actitud altanera.

Fue una noche que Feng, llamó a Mei su asistente a las 4 y media de la mañana para que la trajese un batido de latte de Star bucks.

Ella entró a su apartamento justo cuando la modelo se encontraba en el sillón.

— ¡Señorita Feng!, ¡ Vine lo más rápido que pude!, ¿ Se encuentra bien cuál es la emergencia?.

Le preguntó asustada y Feng la miró de una manera despectiva.

— La emergencia es qué me vino la regla y necesito un latte para calmar ánimos

—¿ Qué?, pero su mensaje decía.

— Consíguelo, necesito saborear ese latte.

Interrumpió ella abriendo su Ig en su celular de 5.000 dólares.

" Pudo haberme dicho por mensaje, pero le encanta hacerme venir a toda prisa "

Pensaba su asistente mientras abría la puerta con rabia y al rato regreso con un latte en sus manos. Pero al sentir el sabor diferente Feng sospechó.

— Este no es un latte de Stark bucks. ¡ Ve y tráeme uno!.

Le reclamo arrojandole el producto en la cabeza de su asistente que la cubrió por completo de arriba abajo, lejos de quejarse por la temperatura de la bebida su asistente respiro profundo.

— Pero señorita,¡ Son las 4 de la madrugada ninguna tienda de Stark Bucks está abierta!..

— La de la avenida 56, es de 24 hs, ¿ Por qué no fuiste ahí desde un inicio ?, ¿ Para evitar el trayecto ?.

Cuestionó con las cejas fruncidas y su asistente apretó los dientes .

— Eres bastante perezosa Mei, sabes que no me puedo estresar para evitar las arrugas. Cuándo regreses creo que debemos discutir sobre tu futuro a mí lado, la ineficiencia no me gusta. ¿ Crees que no me dí cuenta como me miras?, se muy bien que quieres golpearme cada vez que te digo que hacer, es mejor para mí que tenga alguien a mí lado que quiera trabajar.

Le dijo y asistente la miró con los ojos abiertos temblandole una ceja por el último hilo de cordura que se había roto en su cerebro. Feng cruzaba sus largas y piernas sobre el sillón, su asistente le sonrió .

— Está bien, ahora regreso.

A la media hora regreso, con un latte de la avenida 56, de Stark bucks, y cuando Feng lo tomó, enseguida sintió como su interior empezaba a quemarse de una manera horrorosa.

— Un latte de Stark bucks, será lo último que probarás perra.

Dijo riendo su asistente mientras Feng vomitaba sangre sobre su celular manchando las imágenes donde se la veía radiante y esplendorosa.

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~ Raquel

[ Nuevo usuario en línea, procesando adaptación de personaje...]

— ¿ Donde estoy?...

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