5.

/ Está vez será narrado por el autor /

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El excelso gran patriarca que alguna vez reino, llevó a su hija tomada de su brazo cómo todo un caballero hasta los adentros de su palacio actual cercano al imperio verde entre las costas y el follaje de Astera World.

— Querida, de aquí en más no puedo acompañarte, necesito arreglar éste asunto con los guardianes elementales. Los sirvientes te enseñarán la habitación de huéspedes, espero puedas disculparme por no haber preparado un lugar más digno de tí.

Se disculpó de una manera lastimosa aquel hombre de porte elegante. Eleonor sonrió con ternura, era cierto que su padre era amable con ella, siempre la trato con cordialidad como si fuese más importante que él.

— Padre, no podría pedirte más, me has salvado de la muerte, estoy agradecida de estar aquí. — Dijo la princesa agachando la cabeza, tomándose de su gran vestido.

El gran rey Ur, se le acercó y le dio un beso en la frente.

— Descansa mi pequeña.

Mientras la princesa encontraba el lugar donde sería alojada, el hombre de ojos azules y melena canosa, cambio su rostro de uno amable a uno serio en cuanto la princesa desapareció al doblar el pasillo. Sabía, que se vendría una represaría de Sen y tenía que apresurarse antes de que sucediera algo malo. Se dirigió a su Salón principal donde organizaba sus reuniones más importantes. ( Cada rey tenía uno ).

Llamó a los guardianes de cada elemento. Con una luz al guardián del sol, con un sello específico en el suelo.

Apareció un hombre de cabellera larga dorada con el torzo descubierto y una espada por detrás. Éste se llamaba Lunox, era fiel guardián del imperio del sol y del elemento del fuego.

— Mi señor, estoy aquí para servirle.

Dijo éste y se inclinó en una rodilla hacia el suelo, bajando la cabeza reconociendo a su señor.

Luego el rey Ur, tomó un poco de tierra en otro sello y llamó al segundo guardián. Apareciendo entre flores y hojas un hombre apuesto, éste se llamaba Rulian.

Éste asintió, atendió el llamado por qué sabía que solo podía tratarse de acabar con el reino oscuro, que podría poner en riesgo a su elemento si el reino de la oscuridad se expandía.

Por último convocó al último guardián, que pertenecía al elemento del agua y apareció un elegante joven de ojos celestes y peinado prolijo.

— A su servicio rey Ur.

Dijo él. Éste se llama Félix, era viejo amigo de la familia del Sol, también pertenecía a la familia real del imperio del agua. Creció junto a Eleonor y ambos teniendo un pasado bastante cercano.

— Sen, acaba de revelar sus verdaderas intenciones, tal como sospechábamos de él cuando se casó con Eleonor.

Aclaró, poniendo serios a cada uno de ellos.

— Intento matar a mi hija para liberarse de la única descendiente del Sol.

Añadió caminando con las manos puestas atrás. Los ojos de Felix se llenaron de horror al igual que el de Lunox, al escuchar que la mujer que amaban estuvo a punto de morir.

— Maldita sabandija.

Dijo entre dientes Felix, apretando los puños con ira.

Lunox, arrugó el rostro con preocupación y se arrojó a los pies de Ur.

— Mi señor, le ruego que me responda ¿la princesa ésta bien?.

— Eleonor se encuentra en buen estado. En éste momento está descansando.

Respondió en voz alta. y continuo caminando pensativo con las manos hacia atrás enfrente aquellos seres.

—Como saben lo que acaba de suceder significa que Sen tiene un único objetivo. Expandir el reino de la oscuridad por toda Astera, tenemos que accionar con tiempo.

— Nuestra única posibilidad sería acabando con él.

Recomendó Lunox con la mirada agachas.

— No podemos Sen es el guardián del elemento aire. Lo único que podemos hacer es derrocarlo, y quitarle la corona para que tenga menos poder.

Replicó Félix, consciente del desbalance si uno de los elementos desapareciera de Astera.

— Exacto— consintió Ur— lo primero sería descubriendo la corrupción de los grandes ministros, y después presionarlos para que quitarle el título a Sen.

— Pero aún sigue unido en matrimonio con la princesa Eleonor, la última descendiente de la diosa Astera. Los ministros alegrarán eso.

Refutó Rulian, que se había mantenido callado hasta el momento. A lo que Ur nego con la cabeza.

— Después de haberla engañado e intentado acabar con el única luz de Astera, el matrimonio de mi hija está irremediablemente roto. Así que ya no podría valerse del matrimonio para quedarse con el mando.

—Señor, si es que logramos quitarle la corona al príncipe Sen. Tendríamos que poner a alguien en su lugar, y creo que usted debería es adecuado para regresar a ese puesto.

Argumentó Lunox, poniéndose de pie.

— No, yo no — Dijo el rey Ur deteniendo su andar —Los ministros podrían hacerle creer al pueblo que fue una treta para regresar al trono.Tiene que ser alguien más, alguien con sangre real y que proteja a mi hija a toda costa.

— Quizás, podríamos remediarlo haciendo que la princesa se casará con alguno... de nosotros.

Ofreció Félix entrecerrando las cejas, sorprendiendo a todos, era la idea más acertada ellos no eran descendientes reales, pero eran mucho más importantes que uno.

Ninguno replicó lo contrario, estar junto a Eleonor era todo un privilegio para éstos que eran sus admiradores.

Fue inevitable que los guardianes se sonrojaran, pensando en ella . Pero su padre no la casaría nuevamente sin su consentimiento. Por más que le pesará el entendía que su hija amaba a Sen, tenía que pedir su opinión.

( Mientras tanto en la habitación de Eleonor)

— ¡ Pero como puede ser !, ¡ Te haré trizas !.

Gritó inflando las mejillas la princesa, contorsionando las manos, a punto de convertir a Gimi en una sopa de conejo muy popular allá en Japón.

(⁠ᗒ⁠ᗩ⁠ᗕ⁠)(⁠ᗒ⁠ᗩ⁠ᗕ⁠).⁠·⁠— ¡ Espera!, ¡ Espera !, ¡Deberías ocuparte ahora de tu próximo objetivo ! —´⁠¯⁠\`⁠(⁠\>⁠▂⁠<⁠)⁠´⁠¯⁠\`⁠·— ¡ No deberías gastar tus energías en un pobre conejo !.

Argumentó, deteniendo el accionar de la princesa que quería asesinarlo, una vez que su padre la dejó sola en su habitación de huéspedes.

Ella se quedó pensando en eso, " El conejo tiene razón, ¿ Pero que puedo hacer a partir de ahora?" se decía poniendo una mano en sus labios.Aliviando al pequeño conejo que se vió librado de ella, murmurando.

— Vaya está princesa si que es una greñuda, no se comparará en nada a la dulce, tierna y delicada princesa Eleonor . La verdad me habría dado las gracias (⁠⇀⁠‸⁠↼⁠‶⁠)...

Refunfuñando pensando en la anterior en su mente, la Eleonor con gracia y extrema delicadeza.

Para su mala suerte, la princesa actual escuchó con claridad sus palabras, y le apareció detrás con una mirada escalofriante, que podía Gimi podía sentirla en su espalda, haciéndolo temblar.

— ¿ Como dices ?.

Cuestionó ella.

— Na-Nada.

Respondió girando hacia ella erráticamente.

— ¡ Todavía querías que te dé las gracias, por haber interferido !.

Exclamó, tomando al pequeño conejo de las orejas.

— Tenía que intentarlo, estoy aquí para ayudar, ¡ Soy el reflejo de tu alma!. (⁠ ⁠≧⁠Д⁠≦⁠)

Eleonor se indignó.

— Entonces, ¿ Me dices que mi alma es tonta ?. (⁠눈\_눈⁠)

— Quizás sea al revés ...

Replicó el conejo entre sus brazos, despertando la ira de su acompañante..

—¡ ¿ Que dijiste ?!.