3.

Sentí el corazón de la princesa latir lentamente en mí pecho, y en mí mente eran transmitidos los sentimientos de su alma. Eleonor estaba viva, en mí, sus sentimientos permanecían en el que ahora era mí corazón.

"Pensó que las agujas del reloj, se quedarían de un sólo lado a su favor, pero no sucedió. No pudo evitar la muerte y aunque haya deseado regresar, ya no podría cambiar su infortunio. ".

Mí respiración se aceleró, y el príncipe Sen a unos metros de mí, me miraba fijamente entrecerrando las cejas con profundidad hacía mí. Observando mí reacción con detenimiento.

Mí mente se sentía muy confundida, los recuerdos de Eleonor venían a mí como si fuesen vivencias, y sentía cada uno de sus allegados como tales. El amor por su familia, sus padres, sus hermanas, su pueblo, y hasta la impotencia e impotencia que estaba sintiendo por la traición de Sen en este momento.

" Así que así te sentías Eleonor...cuando eras condenada a muerte..."

Intenté conectarme con lo que estaba dentro de mí de lo que había quedado de la auténtica Eleonor, lanzando una plegaria a lo bajo " Dame tus fuerzas Eleonor ".

— Princesa Eleonor, ¿ Acaso dijo algo?.

...Cuestionó el rey del imperio celeste, inclinadose hacía mí desde el gigantesco palco en el que se encontraba junto a los otros 3 dirigentes de Astera....

"Esta sala de reuniones solía ser de mí padre para los asuntos de Astera, y el punto de encuentro donde los reyes se reunían. Ahora es usado para poder condenarme . "

Entendí, mientras, alzaba la frente y fruncía el seño contra ese señor.

— Dije que, ¿Como pueden condenarme sin mí padre presente ?.— cuestioné dejando a esos viejos sin poder hablar, incómodos por la verdad que les revelaba. No tenían donde ocultar sus caras aquellos sinvergüenzas.

—¿ Se han puesto a pensar que el testimonio de las parteras no es suficiente como para juzgar que he asesinado a un miembro real en mí vientre ?.— Dispute.

— Además, ¿Como pueden juzgarme sin gente presente en el tribunal?. — Señale a las tribunas vacías, donde solían estar los aldeanos, ellos debían estar presentes para llevar constancia de cada una de las acciones de éste juicio— ¿Donde están mis derechos reales para poder defenderme?, ¡No me han dado la posibilidad de hablar con propiedad en un juicio que parece preparando para terminar a la velocidad de la luz!.

Acusé y todos palidecian entre sí, sabiendo que era cierto, ellos me condenaban a propósito, seguramente en sus cabezas transcurría la idea que la princesa frágil y apática, tuvo la osadía de remarcar que eran unos traidores.

Sen no lograba replicar, no dejaba de mirarme, su rostro estaba desconcertado completamente, como si algo pasara fuera de su control.

Susurró a alguien a lo bajo, pero no había nadie, fue cuando me pregunté si el también tenía una criatura mágica a su lado a la que no podía ver, y si así era ... entonces...

De pronto un golpe abrió la puerta del salón de reuniones, perdiendo de vista mis pensamientos y cuando me fijé quien era el intruso, me di con mí padre y todos sus guardias imperiales del reino Solar.

— ¿ Que está pasando aquí ?.

Exigió saber, y todos al reconocerlo se levantaron de sus asientos apresuradamente, inclinándose nerviosamente ante él, todos menos Sen, que por supuesto no le gustó en absoluto que todos siguieran reconociendo a mí padre como su emperador. Aunque ya no era el patriarca de toda Astera, seguía generando respeto ante los otros gobernantes.

— Mí señor...

Murmuró a lo bajo el rey del imperio celeste, sin poder mirarlo a los ojos. — ¿ Que está haciendo aquí ?.

— Vine lo rápido posible, al enterarme que los gobernantes de los otros imperios se dirigían al palacio de mí hija.

Nadie sabia que responder, fue cuando recordé lo que pasaba en el auténtico libro. Después de la sentencia, mí padre de entero de lo sucedido pero a unas semanas después del veredicto, quiso rescatarme pero ya había muerto para cuando llegó a Astera. El se encontraba en las regiones del éste, en el imperio del verde, intentando solucionar los problemas de riego.

"¿ Cómo es que había llegado tan pronto ? . Me pregunté extrañada.

Los miembros sin poder dar una excusa, se empezaban a enredar entre sus propias palabras.

Gimi, justo apareció a mí lado dejando una pequeña polvareda de brillo, no se en qué segundo había desaparecido y ahora estaba de regreso.

— ¡ Isabel!.—Exclamó con desesperación.

— Gimi— Le susurré a un lado—¿ Donde estabas ?.

—¡Hice todo lo que pude Isabel!. — respondió lloroso.

— ¿ A qué te refieres ?.

Le pregunté y el hizo una expresión de culpa como un niño que metió la pata.

Gime, había hecho algo pero no sabía qué. Tampoco podía indagar que era exactamente lo que había hecho.

— Majestad— Dijo Sen bajando la cabeza delante de él con una mano en el pecho, demostrando fidelidad— La princesa Eleonor estaba siendo enjuiciada por un crimen que cometió la noche anterior.

— ¿ Que?, ¿ Cuál crimen ?. — preguntó mí padre con las cejas fruncidas.

— Hace una noche, mí esposa y yo tuvimos una discusión, ella salió corriendo y cuando logré encontrarla, me di con un baño de sangre dónde era nuestro lecho. Tenía las manos ensangrentadas y la mirada pérdida, nisiquiera podía responderme cuando le pregunté lo sucedido. Las parteras intentaron auxiliarla pero no pudieron hacer nada por el bebé que acababa de abortar. Según sus testimonios, Eleonor perdió a un hijo mío en su vientre por un aborto espontáneo, pero estoy seguro que ella lo perdió a propósito por los celos que sentía de su prima Elisis a quién nos confundía de una manera errónea. — Contó con seriedad, mintiendo sin ningún apice de culpa en su visión de los hechos.

— ¿ Asegura?, mí hija jamás cometería tal acción y menos si se tratará de un engaño. ¿Como te atreves a enjuiciar a mí hija sin mí presencia ?.— preplicaba mí padre.

— En otra ocasión no me atrevería, pero deduje que quizás los sentimientos por su hija, no le permitirían mirarla con los ojos de la justicia, es por eso qué convoque a los otros miembros de la corte imperial, que no tienen ningún parentesco con Eleonor. — Argumento pero mí padre no le creyó.

— Sen, ningún goberante justo, daría un juicio sin los aldeanos de la comunidad, siempre se le informa al pueblo cuando miembro real debe ser enjuiciado, y tampoco se inicia uno, si los miembros de la corte están incompletos, recuerda que fui yo quién creo éste parlamento.

Aclaró, dando entender que sospechaba de sus verdaderas intenciones.

Sen no podía gobernar con plenitud si mí padre seguía con vida, y aunque haya obtenido el título de patriarca, la sumisión y la obediencia quedaba a cargo de los demás. Que aunque sé arrodillaban ante él, también lo hacian ante mí padre, y si hubiese un enfrentamiento, la lealtad de los hombres de Astera serían para mí padre.

Esto lo supo bien cuando los miembros reales se bajaron de los estrados y se fueron lentamente abochornados.

— Eleonor, ¿ Estás bien?.

Me preguntó mí padre acercándose a mí.

— Sí, padre. — Le respondí y me lancé a sus brazos, el corazón de la princesa lloraba y deseaba abrazar a su padre con desesperación. Mí padre consintió el abrazo, sintiendo la angustia y temor de su hija.

—Me parece que te di la mano de Eleonor antes de tiempo — murmuró para Sen y ésto lo horrorizo, por qué significaba que el estaba arrepentido de haberle dejado el legado antes de tiempo. El quería dejárselo a su hija, pero los prejuicios de los demás reinos no permitirían que una mujer reinará, Astera tenía que ser dominada por un sólo patriarca..

— Apenas si tenía 15 años cuando te la entregué. — Añadió y el mundo empezaba a oscurecer para Sen, todo lo que construía se estaba decayendo delante de sus ojos, y se le escapaba de las manos.

Enseguida se arrodilló en una pierna e inclinó la cabeza.

— Mí señor, tiene razón, puede que lo haya malinterpretado y me haya dejado llevar por la rabia y la angustia de haber perdido un heredero. Le pido que me permita conservar a mi esposa, no se qué sería mi vida sin Eleonor.

Eso último me pareció de lo más descarado que había escuchado, ¿ Como se atreve a decirlo con tanta sinceridad, como si hace unos segundos no me estaba condenado a muerte?.

— Puede ser, pero recuerda que mí hija no es una más de tus concubinas. No puedes juzgarla como si fuese una noble, ella es un miembro real. — Remarcó mi padre.

— Lo sé, le pido perdón. — Respondió él sin subir la cabeza, y con tanta tranquilidad que congelaba la sangre, no estaba arrepentido en lo más mínimo era como si le hablarán de una persona que no conocía..

— Eleonor se irá conmigo esta noche, parece estar muy asustada, solo si ella lo desea te la regresaré.

Le dijo mi padre y así me fui con el del palacio del sol, dejando atras a Sen que todavía no se levantaba de su posición.

Subimos a una carroza con Alas tan brillantes como las de un ángel. Mientras miraba hacia un costado mi padre me preguntó nuevamente si me encontraba bien, yo le respondí lo mismo y cuando gire para mirar a un costado Gimi apareció nuevamente, el se seguía viendo culpable algo que me pareció exagerado.

— ¿ De que te sientes culpable?, he logrado zafarme de la muerte, pasé la misión.

Le dije contenta en un murmullo, mientras mi padre permanecía pensativo a un lado de la carroza.

— Sí... sobre eso...

Ladeó la cabeza y mostró una mueca de pena.

— Que ..dime qué sucede.

— Pues, utilice tus puntos en el juego para traer al rey Ur antes de que te encontrará muerta.

—¿Y?, ¿ Cuál es lo malo de eso?.— Cuestioné sin entender.

— Verás se tan 60 puntos para utilizar en el juego al venir hasta aquí, cuando no logras pasar la misión se te descuentan los mismos.

—¿ y??.

— Que está no era la única misión, y si fallas en alguna otra, tu alma se perderá en el vacío y desaparecerá

Confesó y empecé a oscurecer mirando a Gimi con hostilidad, aquel conejo idiota acaba de ajustar la soga en mi cuello. No hacía falta hacer algo así, ya estaba logrando quebrar a los miembros de la corte antes de que Gimi trajese a mi padre .

" Perdonameeeee"

Gritó aquella sabandija queriendo huir, pero tome sus orejas y las enrolle con fuerza, como si exprimiera las camisas que utilizaba para ir al trabajo.

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