Capítulo 5

(Paholy)

—dilo como tú quieras. pero si tú madre se entera a quien crees que va a preferir?— se rio burlándose de mi

sabía que mi madre no me apoyaría. desde que conoció a ese hombre mi madre cambio completamente. no solo la indusio al vicio si no que también la puso en contra de nosotros sus hijos. ya no contábamos con mi madre para nada

—tu madre me dejó sin ni un peso así que espero que me reembolses ese dinero o ya sabes cómo me lo cobrare— me advirtió  antes de salir de la casa

Caí de rodillas llorando. Me mantenía fuerte por mi hermano y mi hija pero la desesperación me alcanzaba. No me permitía llorar pero en ese momento ya no aguantaba las lágrimas salían por si solas, devia buscar una manera de salir de esa casa para no volver Jamás. Buscaría la manera de llevarme a mi hermano y a mi hija estaba dispuesta a hacer todo para que no les faltará nada.

Con el trabajo de enfermera no lo conseguiría así que volví al club esa noche. Si trabajaba en ese lugar juntaría el dinero suficiente para sacar a mi hermano y a mi hija de esa casa

En un principio fue muy difícil para mí pero al pasar los meses logré acostumbrarme a las miradas deseosas y hombres pasados de copas, las propuestas indecorosas no faltaban

Encontré el apoyo necesario con las chicas nos hicimos grandes amigas y cuando supieron mi historia me apoyaron, encontramos un departamento lejos de la casa de mi mamá pero cerca del club. Los primeros meses se quedaban todas en el departamento para que me sintiera segura cuidaba cada que salía y entraba en el edificio no dudaba que Román o mi madre nos estuvieran buscando, y aunque primero quería que saliéramos de la ciudad he irnos a vivir lejos no podía me encariñe mucho con mis amigas y ellas eran de gran apoyo, además no conocíamos a nadie y la familia de mi padre nos avía dado la espalda cuando el murió. Nunca les agrado mi mamá

Pasaron los años y vivíamos tranquilos no bajábamos la guardia y ya no era la muchachita inocente y frágil, debía proteger a mis seres amados y así lo he hecho  

Actualidad

Salí del departamento para ir a trabajar a el club. Alex ya tenía 15 años estaba en su último año de secundaria y pronto llegarían los gastos del bachillerato y después la universidad, tenía dinero guardado para los estudios de mi hermano no era el suficiente pero si la mayor parte tenía 3 años trabajando en el club. Mis amigas y yo éramos muy unidas siempre me apoyaban y yo a ellas

No avía vuelto a saber de  mi madre ni de Román el novio de ella. Estaba segura no volvería a saber de ellos pero no estaba tranquila algol me decía que sabría de alguno de ellos pronto… la noche era la mejor en todo lo que llevaba trabajando en el diamante, llego la visita de un grupo de empresarios que fueron a pasar el rato y a divertirse

—hoy tenemos casa llena, nos iremos con las carteras gordas esos hombres están regalando dinero a montones— dijo Brith

—No es regalado Brith es dinero ganado con el sudor de nuestros cuerpos— le reprendió Rosé ella era la única que le podía decir algo sin que le reclamara

—Rosé, tiene razón nos matamos ensayando y creando pasos nuevos para complacer a la vista de nuestros clientes nadie está ganando nada gratis— apoyo Betta

—ok perdón, pero es verdad saldremos de aquí con la cartera llena— sonrió felizmente

—no cambias verdad sabes muy bien que no nos gusta que hables así— le dijo Alice

—hay perdón… madame Alice. Y ya mejor olviden lo que estaba diciendo y lo siento mucho pero yo así habló y nadie me puede decir que hacer o que decir— Brith se molestó

—aver… aver ya cálmense se están alterando por un comentario, no es momento de discutir— las trate de tranquilizar a todas, el ambiente se estaba poniendo tenso

—Paholy tiene razón en lugar de estar discutiendo por tonterías deberían estarse arreglando, Brith eres la siguiente en salir y no te has cambiado, así que apúrate— le dijo Betta

—ya voy…ya voy…— respondió Brith volteando los ojos

—chicas puedo pasar?— pregunto Humberto asomándose con los ojos serrados

—claro que si todas estamos vestidas o tapadas— le dijo Rosé mirándome ya que yo solo llevaba una bata

Las chicas se burlaban de Humberto ya que aunque era el dueño y las avía visto miles de veces en paños menores en el escenario siempre tenía la delicadeza de preguntarles sin podía pasar al camerino teniendo los ojos serrados el las respetaba y las cuidaba

—bien, tengo un anuncio. Tenemos clientes especiales hoy y me han pedido en exclusividad a dos de ustedes para acompañarlos con el debido respeto claro está les he hecho saber que a pesar de como sean en otros clubes aquí se les tiene que respetar pues es la regla del lugar—

—y se puede saber a quienes de nosotras han solicitado esos clientes tan especiales?— pregunto Brith

—a eso voy… me han pedido a Rose y Paholy, pero como Paholy sigue de bailar después de ti Brith les sugería a Betta, pero no están conformes así que les dije que para que estuvieran más complacidos con su compañía le preguntaría cuál de ustedes está libre para también acompañarlos— cuando clientes pedían compañía ganábamos más yo casi no asistía no me gustaba y Humberto lo entendía por eso les dijo que yo no estaba disponible

—pues la única que está libre es Alice pero dice que se siente un poco mal de echo le sugerimos que fuera con Dylan a qué le diera una pastilla la que sigue en desocuparse es Brith una ves que termine—

—si… si yo los puedo acompañar— dijo emocionada Brith

—ok pues ya  está decidido. Y Alice vamos te acompañaré con Dylan no quiero que te sientas mal ya sabes que me deben avisar si una está indispuesta no quiero que se enfermen recuerden que su salud está primero—  le dijo Humberto a Alice

—no te preocupes Humberto, Paholy ya me reviso y me dijo que es una leve intoxicación por algo que comí.— aseguro Alice

—es bueno tener a una enfermera entre nosotros— dijo Betta

—si así es— respondió Humberto mirándome

Me gustaba ayudar y más si era a mi familia el club lo consideraba mi segunda casa y mis amigas mis hermanas, ellas bromeaban llamando papá a Humberto aunque solo nos ganaba dos o tres amos de diferencia

La noche fue corta y las ganancias buenas todas nos despedimos, ya que tomábamos caminos diferentes yo era quien siempre me iba por mi cuenta ya que vivía en dirección contraria a las demás, ya estaba amaneciendo casi llegaba a la parada del bus, baje de el y camine unas calles iba tan distraída pensando en llegar pronto a casa estaba cansada y con sueño, doblando la esquina del edificio donde estaba el departamento escuche mi celular sonar, lo saque para responder acababa de contestar, cuando sentí que alguien me tomaba del brazo…

—hola hermosa… me extrañas te?— me dijo el muy maldito

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