Capítulo 18

(Humberto)

al ver mi desesperación todas se sororendieron

–tranquilo todas estamos bien ,Paholy y Victoria fueron juntas a la farmacia. Alice cree estar embarazada y ellas creyeron que era mejor salir de dudas y fueron por una prueba rapida–

Betta nos explicaba, Roberto me dijo que iría a buscarlas que tranquilizar a todas y esperara asentí y el salio

–que es lo que pasa Humberto? Actúaste muy desesperado al no ver a paholy ni a Victoria–

–Roberto y yo hemos recivido sobres con fotografías de ellas diariamente, no sabemos quién es o qué propósito tiene para hacerlo creemos que les quieren hacer daño veniamos para decirles a ellas y que estén precavidas pero al ver todo el desorden aquí y no verlas entre en panico–

–bien ay que calmar nos y esperar a que regresen para decirles, tu trata de estar tranquilo no dejaremos que nada les pase

Me sentí tranquilo al saber que ellas no solo eran amigas eran como hermanas y se cuidaban entre sí

Hablamos con Alice sobre su sospecha de embarazo no la pensaba dejar sola ella es como una hermanita para mi a todas les había tomado un cariño especial

Paso alrededor de media hora y se nos izo extraño que no regresarán la farmacia estaba a solo unos locales, decidí ir a buscarlas

Al salir de el club las vi antes de cruzar la calle venían con Roberto el y Victoria tenían habrazada a Paholy no sabía que pero algo pasaba estaba a punto de ir con ellas cuando una camioneta se detuvo

Tres disparos se hoyeron después de gritos, corri para llegar a ellas la camioneta arranco y solo puede ver a mi hermano tirado sangrando

Llegue a el y lo sostuve de la cabeza escupir sangre por la boca, trataba de hablar pero no podia

–calmate ya las rescataremos... Prometo tengo que llevarte a un hospital–

Vi a betta y las chicas salir de el club, miraban a todos lados Brith me vio y les dijo a todas, llamaron a los guardias para que me ayudarán y llegaron rápido a mi lado alice llamaba al hospital betta le grito desesperada que solo les dijera que íbamos haya mientras me quitaba las llaves de mi auto

Me ayudaron a subir a Roberto en los asientos de atrás, subí con el lo seguía sosteniendo me preocupaba que perdiera el conocimiento

Betta ensendio el auto y arranco a toda velocidad

Estaba desesperado lo de mi hermano y no saber que les podría pasar a Paholy y a Victoria, saque mi teléfono de mi pantalón y llame a uno de mis amigos el fue uno ha los que le deje parte de él territorio que tenía mi padre

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–ya los estoy siguendo, tu lleva a Roberto al hospital y después te digo donde vernos– contesto apenas se enlazo la llamada

–gracias, cuida que nada les pase–

–no te preocupes, pondré vigilancia en el hospital, pueden tratar de hacerle daño a Roberto en cuanto salgas de ahí, ya nos dimos cuenta que es en contra de ustedes–

–si, lo sé... Te llamaré apenas me desocupe– confio en el se que cuidara de ellas, mientras me ocupo de mi hermano

–espero tu llamada– colgó después de decir lo ultimo

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(narrador omnidicente)

Los hombres dentro de la camioneta sedaron a Paholy y Victoria, ellas estaban muy alteradas y trataban de defenderse lo que les asía imposible no lastimarlo, su jefe les dio la orden de no hacerles ni un rasguño

Al llegar a la bodega fuera de la ciudad bajaron con las mujeres en sus brazos el jefe de ellos llegaría más tarde

–asegurence de encerrarlas bien, no las aten ni les tapen los ojos, son órdenes de el señor–

–si jefe– dijeron los hombres

Llevaron a Paholy y Victoria para recostarlas en camas separadas en el mismo cuarto, las ventanas estaban selladas por dentro y por fuera no se podía ver la luz exterior solo las iluminaba las luces dentro de el cuarto, la puerta se abría por fuera no Avia manera de salir a menos que las sacaran

Los hombres al dejarlas salieron para seguir más órdenes de su jefe direccto

Dentro de la bodega había más cuartos un pasillo daba a todos ellos, se podía oír el llanto de más personas encerradas en ellos

Mujeres hombres y niños era los que estaban en serrá encerrados a diferencia de Paholy y Victoria ellos estaban recostados en el frío piso sin ninguna prenda en sus cuerpos y collares de perro en sus cuellos

Los hombres llegaron a una oficina informando que ya habían hacho lo que les mandaron

–bie. Esta es su paga– les dijo un hombre extendiendo sobres con dinero a cada uno ocho en total

–gracias jefe, si nos necesita aganoslo saber–

–mmmm... – el ombre asentio –pueden retirarse

Los hombres salieron para después irse en la camioneta que llegaron

–haces un buen trabajo, desastre de esos hombres no quiero ni un testigo– Santos hareola salia detrás de la puerta de entrada

–no se preocupe señor ya su gente se esta ocupando de ellos no saldrán vivos de su territorio–

–eso espero... Los venían siguiendo, no te diste cuenta– pregunto el Santos molesto

–si, pero no se preocupe ya me estoy encarga do de todo–

–eso espero o el siguiente en morir seras tu–

–si, señor– el hombre tomo el teléfono que sonaba sonrió al saber que el trabajo estaba echo

–ya no ay testigos y los que nos seguían perdieron el rastro al confundirlos no saben que dirección tomamos–

–bien hecho, iré a ver a mis nuevas sumisas– santos salio de la pequeña oficina camino por el estrecho pasillo asta llegar a la puerta del cuarto en el que estaban Paholy y Victoria

Miro por la pequeña rendija al verlas aún dormidas abrió para verlas mejor

-será un gusto hacerte mi esclava– dijo mirando a Paholy

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