Capítulo 7

(Paholy)

Humberto insistió en saber quién me avía golpeado, que haría pagar a quien se haya atrevido a lastimarme. Después de tanto pensarlo e insistencia departe de Humberto le dije quien era ese hombre.

—es el novio de mi mamá se llama Román, el maldito indujo a mi madre a el vició y la puso en contra de nosotros ice todo por sacar a mi hermano y a Lilith de esa casa por la seguridad de mi hermano y mi hija— quería decirle que también era el padre de mi hija pero no tuve el valor, las palabras se quedaron en mi boca

—no te preocupes nadie los lastimara yo te ayudare a hacerle pagar todo el daño que les causo a ti y a tu hermano— me aseguro, no lo quería involucrar

al decirle lo que avía pasado y quién era ese hombre se apresuró a buscarlo y hacerle pagar por lo que me izo

(…)

estuve varios días en el hospital y Humberto nunca me dejo sola. Mis amigas me visitaron varias beses, Betta llevo a Alex y a Lilith a visitarme en el hospital aún que no quería que mi hermano se enterara no quería preocuparlo pero quería que estuviera al pendiente por si acaso Román intentaba atacarlo para que no lo tomara desprevenido

Cuando salií del hospital Humberto me dijo que no volvería a saber de ese hombre, no me dijo lo que le mando hacer y yo tampoco quería saberlo, solo no quería volver a encontrarlo y que no dañará a mi hermano o a mi hija

—no te debes preocupar ya todo está resuelto— me aseguro

—no quiero volver a encontrármelo, temo que dañe a mi hermano o a Lilith ellos son todo lo que tengo y no quiero que les pase nada— le confesé mi mayor miedo

—tranquila no les pasará nada, ellos y tu estarán seguros no dejare que nadie les agá ningún daño siempre los voy a proteger— sus palabras me tranquilizaron

—es solo que temo por ellos—

—no te preocupes todo estará bien confía en mí— me dijo con una sonrisa, una bella sonrisa

Humberto me llevaba a casa quería asegurarse de que llegara bien, y que descansara me dijo las recomendaciones del doctor y los medicamentos que debía tomar.

no sabía que decir en el camino iba cayada estaba cansada y adolorida pero estaba más tranquila de saber que aquel hombre no nos volvería a molestar le agradecí a Humberto por su ayuda y esperaba devolverle el favor algún día

—muchas gracias por llevarme…. Y disculpa las molestias— le agradecí

—no es ninguna molestia me alegra que estés bien por favor descansa y tomate los días que sean necesarios para tu recuperación— Humberto estaba manejando

—gracias pero eso ya sería abusar de tu ayuda así que no te preocupes estaré trabajando después de los días recomendados por el doctor— le asegure

—Paholy , por favor hazme caso y descansa unos días mas— me dijo

—por que te preocupas mucho por mi. Yo estoy bien no es necesario descansar de mas— le pregunte confusa

—Paholy….. me gustas— me confesó Humberto —no me lo tomes a mal no lo digo para presionarte o algo así solo quería que lo supieras temía que no despertarás y no volverte a ver sonreír temía que te pasará algo más grabe cuando te lleve al hospital.

Me quedé mirándolo fijamente no sabía que decir en el tiempo que tenía en el club aviamos convivido en varias ocasiones, Humberto me agradaba se podría decir que también me gustaba pero no creía poder corresponderle, tenía que confesarle lo que avía vivido con el novio de mi mamá y no me sentía lista

—no…. No sé que decir— dije bajando la mirada

—no digas nada. Me alegro que estés bien— me contestó con una sonrisa que trasmitía paz

Le sonreí, me acerque a darle un beso a Humberto, pensaba en dárselo en la mejilla pero en ese momento el se volteo a mi, y nuestros labios quedaron unidos, nos quedamos estáticos un momento asta que Humberto guio el beso, un beso tierno con una pisca de amor, me tomo por sorpresa, le seguí el beso la verdad lo estaba disfrutando

(Narrador omnidisente)

En el camino a casa de Paholy, se pasaban de miradas y miradas no sabían que decirse el camino se torno silencioso Humberto no sabía por qué mil cosas pasaban por su mente quería hablarle pero los nervios lo traicionaban, Paholy ya no era esa niña que lo avía cautivado no por su baile si no desde que ella cruzo por la puerta de su oficina en compañía de Betta el día que debutó para bailar

Paholy pensaba que Humberto era un hombre muy serio y malhumorado, en realidad era todo lo contrario era divertido gracioso y amable a ella le gustaba verlo sonreír, no pensaba mal de el por manejar ese negocio, en el tiempo que llevaba trabajando se dio cuenta que todo estaba en orden el sabía rodearse de gente buena y de gente mala sabía cómo tratar a cada uno

Humberto era muy guapo, sus compañeras se burlaban de ella por ser tan ingenua y fijarse en el, ellas le decían que el nunca trataba con sus empleados más que los de alto rango. Todos se sorprendían al ver a Humberto y Paholy riendo muy entretenidos por cualquier cosa el siempre trataba de pasar más tiempo con ella

(Paholy)

—llegamos….—dijo Humberto al aparcar en el edificio donde vivo — descansa y tomate los días necesarios para que se curen tus heridas— bajo del carro y me acompaño a la puerta

—gracias nuevamente, y perdón si te cause molestias— le dije

—Paholy tu nunca me causaras molestias eres muy especial para mí y lo que necesites aquí estaré…— Me volvió a decir —entra y descansa vendré a visitarte mañana quiero que te mejores bien, así que descansa, me voy…— se aproximo y me besó en la mejilla

—ok entonces asta mañana Humberto— sonreí

—asta mañana Paholy— dijo al darse la vuelta y subir a su carro

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