Acabando el curso de social Mary se dispuso a caminar hacia otro lado, estaba buscando su otra clase. Mientras caminaba por un pasillo, pudo notar como de un momento a otro los alumnos se alteraron, estaban comenzando a meterse a los salones y a correr por los pasillos.
Mary no entendió que pasaba hasta que al otro extremo del pasillo estaba alguien caminando por el pasillo. Era un chico alto, cabello negro como la noche y trenzado, ojos rojos como la sangre y de su boca sobresalían unos delgados colmillos.
Él caminaba como triste, hasta que de repente miro a Mary y se quedó algo sorprendido al verla. Él miró a los demás lados, todos habían huido de él pero… Mary no.
Mary dio unos pasos más hasta él y una vez estuvieron un poco más cerca ella le hablo.
— Escuché tu nota ayer... Admire tu habilidad con ese violín — Le dijo Mary mostrándole una sonrisa. Al escucharla aquel chico solamente desvío la mirada y después hablo.
— ¿Por... qué no huyes?— Preguntó él. — Soy un vampiro... — Dijo este agachando la cabeza.
— ¿Por qué huirá solo por eso?... Eres un vampiro. ¿Y?. — Dijo esta riendo un poco. — Escuche que aquí todos les tiene miedo... He conocido vampiros tan gentiles como los pétalos de una rosa. — Fueron sus palabras para después mirar alrededor a los alumnos que les veían desde las puertas. Llevo su mirada a él y este se notaba muy triste.— ¿Estás bien?... No les hagas caso... — Dijo ella acercando su mano hasta la de él.
Apenas lo toco él llevo su otra mano hasta la de ella terminando por apretarla con fuerza sin querer. Ese era el problema de los vampiros, no sabían medir su fuerza. Mary lo sabía, por ello no le trato mal y se mantuvo apaciguada con aquel agarre.
— Gracias…— Le dijo él.
— No… No hay de qué. Cuando gustes podemos hablar, si gustas puedes buscarme en mi dormitorio, piso 5 habitación 17. — Le dijo soltándose del agarre para así darle una palmada en su hombro y después caminar con calma hacia otro lado.
Aquel chico le miro irse, sonrió un poco y después miro sus manos, se sentía feliz después de que alguien le hablase.
Al final del pasillo Mary sujeto su mano y se quejó un poco.
— Ay ay .. mi manita...TT^TT...— ...
...
Al acabar las clases Mary termino por ir a su dormitorio, en donde al llegar ya estaban las otras tres bastante alegres.
— Mary! ¿Cómo te fue?— Preguntó Erica.
— ¿pudiste ponerte al corriente?— Preguntó bastante amable Ashley.
— Todo bien, logre ponerme un tanto al tanto.— Les dijo Mary.
— Eso es bueno! Oye Mary!— Le dijo Hanna desde otro lugar. — ¿Dónde pongo esto?.— Preguntó con un violín blanco en mano.
— Donde sea esta bien... — Fue la respuesta de Mary.
— ¿Tocas el violín? Increíble!— Dijo Erica.
— Es un pasatiempo... y además así puedo hacer uso de mi magia — Dijo Mary mientras se sentaba en su cama. — Por eso me inscribí en el taller de música —
— ¿Qué?..!— Dijeron más tres al mismo tiempo confundiendo a Mary.
— ¿Qué?— Preguntó Mary.
Las tres se miraron y después se acercaron hasta ella.
— En ese taller están los vampiros... debido a su agresividad innata los dejaron en ese taller a casi todos... y nadie se ha querido meter a ese taller — Le dijo Erica.
— No importa. — Dijo Mary. — por cierto... ¿No les molesta el ruido en las mañanas?— Preguntó.
— ¿Ruido?. No para nada… — Dijo Erica.
— ¿por qué?— Preguntó Ashley.
— Toco violín en las mañanas… Parte de mis prácticas — Dijo Mary.
— Oh no hay problema. — Dijo Hanna.
Una vez todas de acuerdo, hablaron de unas cuentas cosas y después fueron al baño de la habitación, misma que tenía 4 regaderas.
Las cuatro entraron a una mientras charlaban un poco, le hacían bastantes preguntas a Mary. Todo para conocerla mejor.
Al acabar de bañarse se vistieron y después fueron a la cama. Después de charlar un rato todas se quedaron dormidas, excepto Mary quien en silencio se levantó.
La habitación tenía un balcón alto por lo que Mary salió ahí un momento.
Al ser ya de noche la luna brillaba bastante ahí arriba. Estaba bastante tranquila, pero a la vez se sentía insegura.
Miro abajo por el balcón y entonces...
Justo debajo estaba alguien, era un hombre vestido completamente de negro pero con... sus orejas y sus nueve colas a la vista y de un color blanco brillante.
Mary no entendía, no se asustó pues sabía… Eso quizá no era real...
— (Desde hace unos meses he comenzado a ver a ese hombre cerca de mí... parece estarme siguiendo... a veces está dentro de mi habitación mirándome... o a la distancia... pero nunca veo su rostro... no es real lo sé. Fuese así me hubiese matado hace tiempo... pero por algún motivo sigue ahí... tras de mí... es un espíritu… Pero que quiere de mí?)— Pensó Mary mientras aún lo miraba. Ese ser no tenía rostro por ello aunque intentase saber quién era, sin su rostro jamás lo haría.
Mientras lo observaba este saco una carta y lo levanto como si estuviese dándoselo a Mary. Aunque claro por la distancia no lo alcanzaría. Estaban a casi 7 metros.
Mary quiso evitarlo así que se alejó del balcón y camino de nuevo hacia su habitación en donde al entrar e ir a su cama se encontró una sorpresa.
Justo sobre las cobijas estaba una carta, la misma que ese ser le estaba dando. Al verlo Mary miro alrededor en la habitación, no estaba él.
Con algo de confusión se acercó a la carta y la tomo para de inmediato abrirla mostrando solo unas palabras. "Debes cuidarte la espalda... alguien ahí queda hacerte daño". Era lo que decía.
Apenas acabo de leerla Mary intento procesar lo más rápido, guardo la carta en un cajón entre toda su ropa y después solamente se sentó sobre la cama.
Negó con la cabeza, no quería hacerle caso a un mensaje que fácilmente podría ser una broma.
Al final Mary se tiró sobre la cama y se puso a dormir, intentando no pensar en lo que sucedía.
...
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Comments
Yolanda Verónica Hernández Córdova
😅😅😅
2023-07-08
0
Mely
me está enamorando esta historia ,gracias por tan magnífica imaginación
2023-06-15
1