Mi verdad

Soy Camilo, hijo de Mario y Andrea,todos saben que mis verdaderos padres están muertos. Lo que me cuentan de mi madre biológica es que era una mujer muy hermosa, noble, de grandes sentimientos. Lastimosamente fui engendrado por un mal hombre el cual acabó con la vida de mi madre.

Fui adoptado tiempo después de ese horrible acto por Mario y Andrea, dos herederos de Zenda. Toda su familia posee gran poder y magia. Siempre los admiré por su gran fuerza pero yo no me quede atrás. Justo a mi padre practicamos día y noche espada. El me enseño todo lo que debía aprender en el campo de batalla. Mi abuelo Maximiliano me encomendaba misiones de recuperación de tierras. Siempre teníamos enemigos de otros reinos que quería apropiarse de lo que no le pertenecía, aquí entraba yo junto con Damian mi primo. Se que nuestro abuelo nos daba estas misiones por qué de cierta manera, nos parecemos a él. Humanos pero guerreros muy fuertes.

Tengo un lado doloroso en la vida, pues siempre tuve un gusto por mi hermana Mariana. Cuando yo cumplí los 16 años mi manera de ver a mi hermana había cambiado. Ella era muy especial conmigo, me dirán loco pero en ocasiones sentía que ella correspondía ese sentimiento. Ya los juegos de niños habían quedado atrás, yo la veía como una mujer perfectamente formada.

En múltiples ocasiones quería declararle mi amor pero siempre llegaba un mensaje del abuelo Max, me asignaba una tarea así que debía partir. En el campo de batalla, habían mujeres guerreras muy hermosas, unas pedían atención pero yo estaba pensando en solo una, mi hermana.

Un día volví de la misión y no lo pensé, fui en busca de Mariana y le conté lo que pasaba por mi cabeza. Le declare que me gustaba, no sé si era amor. Pero la atracción estaba presente.

En ese momento sentí que el corazón se partió en pedazos, entendí que solo era yo el único que sentía ese sentimiento. Ella me dijo cuánto me quería, sentí que quizás yo la estaba presionando para que me diera una respuesta que yo deseaba escuchar. Aunque ella trató de disimular pude ver en sus ojos que no me amaba, al menos no como hombre. Yo era solo su hermano.

Un día vi que Damian llegó a nuestra casa, fue la primera vez que vi en los ojos de mi hermana pasión mezclada de amor y deseo. Esa mirada era la que yo ahelaba pero jamás la obtuve. Llegue a pensar que yo estaría solo de paso en este mundo. No habría una gran historia para mi, no sería un hombre amado y con grandes hazañas como lo era mi familia. Quizás era una maldición en mi por ser hijo de ese señor Maldito.

Sentí rabia, dolor, furia y mucha ira. ¿Por que Damian? ¿Por que no yo? Me preguntaba.

No pude evitar escuchar una conversación entre ellos dos, claramente Damian le pedía que me dejara, que si él se lo pedía ella lo haría. Entonces llegó la respuesta de la estocada final, Mariana le dijo que yo no era nada en su vida. Que fácilmente me haría a un lado.

Que idiota, al parecer todos sabían que yo tenía un interés fallido hacia ella.

Salí del lugar ya era hora que hiciera algo por mi vida. Lo mejor era acabar con todo sentimiento que tenía con Mariana. La busque para aclarar todo. Me iba a marchar de Loto, buscaría mi propio camino. Pero nadie estaba preparado para lo que sucedió. Justo cuando le reclame por sus palabras ella me besó. No entendía que pasaba, pero algo sucedió en mi interior. Ese beso, el que tanto desee, fue algo extraño. En ese momento pensé que en realidad estaba besando a una hermana. No la veía como mujer, sentí asco conmigo mismo, ¿que estaba haciendo?. Damian estaba en la habitación, entendí por que el beso inesperado. Lo escuché reclamarle a Mariana. Definitivamente mi mejor era salir de ese lugar. Los días pasaron, me concentré en mis obligaciones, mi abuelo me asignó una tropa, hacíamos el trabajo por decirlo así, sucio, mis hombres eran expertos en acabar con reinos de una manera sutil pero sin dejar rastros. Nos llamaban la legión fantasma, no conocían nuestros nombres solo éramos hombres con capas que le dábamos fin a los opresores. Un día recibí un mensaje, Damian había sido herido de muerte. Rápidamente fui a su hogar, mi tía Ashely estaba destrozada, no era fácil de asimilar que su hijo estaba ahí tendido casi muerto en una cama.

Me contaron que fue una emboscada donde lamentablemente Damian fue herido de muerte.

Decidí ir al lugar donde fue el encuentro, pero algo muy peculiar llamó mi atención, hace unos 10 años le había regalado a Mariana una pulsera con cristales de colores. Era algo raro y poco común pues esas piedras cambiaban de color con el clima.

Inspeccionado el lugar vi el rastro de sangre de Damian, encontré donde fue atacado. Vi una de las piedras en la mancha de Sangre, definitivamente fue Mariana. No había duda que ella estuvo aquí, pero no entendía ¿por que?.

Tome el cristal con mis manos, debía buscarla, no puedo creer que lo hiciera, daría un vistazo al lugar para buscar más información.

¿Qué encontraste azulito? Escuché decir

Dalia! ¿Qué haces aquí? Pregunté

Me imagino que igual que tu!, buscando el rastro de los malnacidos que lastimaron a mi hermano. Respondió

Me acerqué a Dalia, tome su mano, vi como ella reaccionó y dio un pequeño salto del susto.

Tranquila, dije mientras sostuve su mano, lentamente le fui abriendo la palma y deposite la piedra que había encontrado en su mano.

¿Que es esto? Pregunto

Es una piedra mágica, estoy seguro que lo usaba el que atento contra tu hermano, respondí.

¿Sabes quien lo hizo? Pregunto sosteniendo la piedra

Si, estoy segura que es de Mariana, ella estuvo aquí, puedo deducir que estuvo muy cerca de Damian pues la piedra estaba en el charco de sangre de tu hermano. Mencioné

Fue ella!!! Mi madre siempre dijo que esa maldita acabaría con la vida de Damian pero no pensé que fuera cierto. Dijo Dalia

Explícame eso que dices… mencioné

Es un tema un poco largo y poco confuso dijo Dalila suspirando.

Bien, me lo contarás luego, ahora iré a ver a tu hermano. ¿Vas conmigo? Pregunté

Si, vamos por el…

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