- Demonio!! - Grite desde la entrada de su casa.
- ¿Que quieres Angela? - Me pregunta desde la ventana de su habitación.
- Te tengo una noticia - Sonreí a lo que el de mala gana se retira de la ventana y baja a la primera planta para abrirme la puerta.
- Tienes que dejar estas malas costumbres, alguien lo puede mal interpretar - Me dice con mala cara mientras pasa su mano por su cabello.
- Por favor - Le reprocho - Quien podría mal interpretarnos somos amigos de toda la vida - Sonreí mientras entraba.
- Demian, ¿Quién está haciendo ruido? - Pregunta una chica semi-desnuda al pie de las escaleras cosa que al verme corre a la habitación de el.
- ¿Ves a que me refiero? - Me regaño.
- Ni que no entendiera tus necesidades de demonio - Digo levantando una ceja.
- ¿Por eso nunca me aceptaste? - Me pregunta haciendo que el silencio reinara en la sala cosa que él prefirió cambiar de tema - ¿Que haces tan temprano aquí?
- Te quería preguntar si querías ir de viaje conmigo, pero creo que estas muy ocupado, vendré mas tarde mejor - Dije casi en un susurro, no era mi intención, pero sus palabras me hacían pensar en muchas cosas.
- Ángel - Llama mi atención - acepto tu propuesta, así podre estar mas pendiente de ti - Dijo para después guiñarme un ojo.
- Entonces te espero en mi casa después de almuerzo, vamos a un clima que varia entre templado y frió, nos vemos.
No pude aguantar mucho tiempo allí ya que me sentía como una intrusa sin importar el tiempo que llevábamos conociéndonos, el ya tenia una vida casi separada de la mía después de haber terminado el bachillerato. En la Universidad no estábamos juntos, el había asistido a una y yo a otra, casi todos los días llevaba a una chica nueva a su casa y lo sabia porque... Vivo al frente de el. Las veces en las que el salia a fiestas sus amigos me llamaban y me pedían que lo llevara a su casa, aunque nunca entendí el porque, el ya tenia amistades mas cercanas y yo solo me había vuelto una conocida.
Una de esas veces mientras lo acostaba el murmuro el como me acostumbra a decir por cariño, Ángel, yo a el lo llamo demonio por las travesuras que acostumbra a hacer, el punto es que me acerque y el estando ebrio me beso, me tomo de la cintura y me atrajo hacia el, cada vez que intentaba zafarme me atraía mas hacia el hasta que caí en su hechizo, solo nos pudimos separar levemente por la falta de aire y murmuro algo que hasta el día de hoy recuerdo: "Te amo mi ángel, este demonio esta loco por ti." no aguante y me fui casi de inmediato aquella noche, al día siguiente el no parecía recordar lo sucedido así que tampoco se lo mencione.
Cuando llegue a casa me fue inevitable no tirarme en mi cama, tome mi almohada, me la puse en la cara y grite todo lo que pude, para evitar que se escucharan mis gritos de rabia, tristeza y confusión, no podía enamorarme de el aunque sentía que ya lo estaba, de igual forma lo iba a evitar a toda costa. Me repuse como pude y comencé a buscar mi maleta de viajes, la mas pequeña que tenia, para limpiarla un poco y empezar a empacar las cosas. No contaba con mucha ropa abrigada por el hecho de vivir en un clima cálido pero siempre contaba con un plan B para estos caso y era mi mejor amiga.
La llame por un largo rato hasta que me respondió y accedió a prestarme ropa, para mi suerte eramos de la misma talla y contextura así que no tendría que hacer algún cambio con respecto a esta. Ella viajaba mas que yo a climas fríos mientras que a mi me gustaba mas pasar tiempo en la costa o en el campo, pero los climas no solían ser lo suficientemente fríos como para tener ropa así, me preguntaba si Demian estaba organizando las cosas para ir conmigo o a la final iría sola a un sitio del cual sabia muy poco.
Espante esas ideas y comencé a guardar todo en base a las recomendaciones de Melisa, ella me decía que debía llevar y que no, que hacer en caso de que me llegase a perder o en caso de que hubiese un accidente, me pidió que me mantuviera al tanto con ella y que siempre tuviese mi teléfono cargado porque no sabia en que momento lo iba a necesitar, ella cuidaba mucho de mi, en ocasiones me causaban gracia sus preocupaciones.
Me acosté boca arriba en mi cama y deje que mi mente divagara en lo que podría resultar de este viaje y lo que no, puesto a que todo iba a resultar improvisado en un tonto intento de que Demian y yo nos volvamos unidos a como eramos antes, en parte Melisa me dio la idea pero tampoco es que fuese tan mala como para rechazarlo, solo quedaba esperar a si el estaba dispuesto a ir conmigo, aunque se noto que si, pero el podía cambiar de idea en cualquier momento por lo que vi cuando llegue a su casa, creo que preferiría quedarse a disfrutar mas tiempo con quien sea que fuese ella.
Me quite aquella absurda idea de la cabeza y comencé a despejar de mi mente esos pensamientos negativos, en eso recibí una llamada de Demian preguntándome mas o menos que debía llevar y que no, estaba prácticamente buscando pretextos para seguir hablando conmigo por teléfono y hasta quería que lo invitara a almorzar, por el hecho de que siempre fue malo cocinando, pero me negué rotundamente puesto que no sabría si vendría con aquella chica, temía que ella me hiciera preguntas sobre el y se me escaparan detalles minuciosos que solo debía conocer yo. Sin querer comencé a recordar como era en la escuela y como me hice amiga de el, donde vivimos actualmente siempre fueron nuestras casas y nuestras madres siempre fueron buenas amigas, supongo que por eso siempre pasábamos los dos juntos.
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