Un año después...
Raúl y yo seguíamos siendo amigos, ya él tenía rentado una pieza en el pueblo para él y se mantenía por sí mismo, y yo cada día me sentía más atraída por él, pero Raúl parecía no notarlo, hasta que me decidí a confesarme.
Victoria: Raúl... tu tienes novia?
Raúl: sabes que no Vicky, por qué la pregunta? - contestó sin mirarme mientras cepillaba el caballo.
Victoria: por curiosidad, y... no hay nadie que te guste?
Raúl: no, no tengo tiempo para esas cosas, conoces mis planes, sólo quiero trabajar duro para reunir el dinero necesario e ir a la universidad. - ese "no" me traspasó en corazón.
Victoria: si, se eso, y estoy muy orgullosa de ti, me contenta mucho que quieras superarte, pero... eso no quita que pueda gustarte alguien.
Raúl: no, no quita, pero simplemente no hay nadie que me interese.
Me quedé callada, no sabía que más decirle, era obvio su indiferencia hacia mí, jamás me vería como algo más que una amiga, de pronto él volteó a verme.
Raúl: por qué tan callada de repente? te sucede algo?
Victoria: no, nada.
Raúl: Vicky, te conozco, hay algo que quieras decirme?.
Victoria: sabes que? Sí, si hay algo que quiero decirte desde hace tiempo, así que ahí te va. Tu me gustas Raúl, me gustas mucho, y no como amigo, me gustas como hombre.
El se quedó mirándome sorprendido, en silencio, como si de pronto se quedara sin palabras.
Victoria: no dirás nada?
Raúl: que quieres que te diga Victoria? me tomaste por sorpresa, además... eso que acabas de decir está mal, tu y yo somos amigos, sólo eso, eres la hija de mis patrones, y yo soy mayor que tú, apenas eres una niña.
Victoria: que no soy una niña! - refuté de inmediato - tengo 17 años y en pocos meses cumpliré los 18, y tú apenas cumplirás los 21, no hay mucha diferencia, o es que no te parezco bonita?.
Raúl: no es eso Victoria, tu eres una jovencita muy linda, demasiado hermosa, de buen corazón, pero entre tu y yo no puede haber nada, tu familia jamás lo aceptaría, y yo... yo no siento lo mismo por ti.
Esas palabras bastaron para que me llenara de enfado y decepción, ya estaba más que claro, yo no le interesaba ni un poco, tampoco le iba a rogar, soy lo suficiente orgullosa como para hacer algo así.
Victoria: bien, entonces olvida lo que acabo de decir, nunca dije nada, nunca oíste nada y nunca hemos sido amigo, adiós! .
Me marché a pasos apresurados, tenía mucha rabia contenida, por primera vez me gustaba un chico, por primera vez me atrevía a decirlo en voz alta, y todo fué una pérdida de tiempo, porque él jamás me iba a corresponder, lo mejor sería sacarmelo de la mente. Me encerré en mi habitación por un buen rato, me desquité con la almohada, busqué una bolsa negra y comencé a recoger todo lo que había en mi habitación que me hiciera parecer una niña, peluches, muñecas que tenía de adorno, afiches de mis cantantes juveniles favoritos, hasta la ropa y vestidos que me hacían ver más joven.
Bajé con la gran bolsa entre mis manos, y mi mamá se sorprendió mucho al verme.
Nathalia: nena, que haces? que traes ahí?
Victoria: son cosas que ya no quiero mamá, pensaba tirarlas a la basura pero... ten, puedes donarlas a la fundación de la abuela o a quien quieras - le entrego la bolsa y ella la recibe dudosa.
Nathalia: seguro ya no quieres nada de ésto? - dándole un vistazo a lo que había dentro - muchas de éstas cosas eran tus favoritas.
Victoria: exacto! eran, en pasado, ya no, ya no soy una niña, ahora tengo otros gustos e intereses.
Nathalia: bueno, si tú lo dices, gracias por no tirarlas, ya tengo en mente a quién pueda dárselas. Pero puedo saber por qué ese cambio?.
Victoria: uhm nada en específico, simplemente quiero darle otro aspecto a mi habitación, ya no me gusta que parezca al de una adolescente, ya estoy grande no?.
Nathalia: si, claro que sí, ni yo misma me he dado cuenta lo tanto que han crecido mis preciosos mellizos - me dice con una dulce sonrisa - necesitas algo nena? quieres redecorar tu habitación?
Victoria: pensándolo bien si mamá, aunque me gustaría más cambiarme a otra, la que anteriormente era de los abuelos, crees que se pueda?
Nathalia: emm.. por mi no habría problema, pero lo mejor será preguntarle primero a tu papá, después de todo era la habitación de sus padres.
Alejandro: hablaban de mí? - entrando a la casa.
Victoria: Papi!!! que bueno que llegas, le estaba preguntando a mamá si puedo mudarme a la habitación de los abuelos. - le digo mientras lo saludo con un abrazo y beso en la mejilla.
Nathalia: hola amor - lo besa - y yo creo que escuchase cuál fué mi respuesta.
Alejandro: si bonita, pero por mi tampoco hay problema, se que nuestra princesa sabrá darle el valor que se merece a la habitación de mis padres - voltea a verme - ellos estarán orgullosos de que seas tu quien la ocupe de ahora en adelante.
Victoria: sonreí - gracias mamá, gracias papá, les aseguro que voy a cuidarla.
Alejandro: lo sabemos princesa - me dice papá con dulzura mientras que mamá me acaricia la mejilla y deja un beso en mi frente.
Victoria: que grande y hermosa estás, casi toda una mujer.- con una adorable sonrisa.
...........
A la siguiente semana me mudé a mi nueva habitación, y mi hermano Víctor también se cambió a la habitación que fué por muchos años la de nuestro padre cuando era soltero. Mis días transcurrían con normalidad como siempre, sólo salía de la hacienda para ir a la universidad y el resto del tiempo me unía al trabajo con mi papá y mi padrino. En cuanto a Raúl, ya no le dirigía la palabra, solo si era estrictamente necesario por trabajo, y creo que a él tampoco le hacía falta mi trato, porque jamás se interesaba por recuperar nuestra amistad.
Un día mientras desayunábamos todos, mi padre me pidió que fuera al estudio a hablar con él, apenas terminamos de comer fuí como me dijo, yo estaba nerviosa, porque papá sólo nos llamaba al estudio cuando quería tratar algo serio, hasta llegué a pensar que me iba a regañar, pero después analicé la situación, y... pues que yo recuerde no he hecho nada malo que merezca un regaño o castigo, o bueno sí, pero no hay manera de que se haya enterado de que le ponché las llantas del auto al rector de la universidad.
Victoria: emm.. ya estoy aquí papá, sobre que me quieres hablar? - le pregunté temerosa, pero tratando de actuar con naturalidad.
Alejandro: hola linda, siéntate - tomé asiento y me quedé esperando a que hable - Bueno Victoria, cómo ya sabemos, estás a tan sólo un par de meses de cumplir tu mayoría de edad, tu has demostrado que has madurado mucho, tus notas en la universidad han sido excelentes, tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti.
Victoria: gracias papá - sentí mucho alivio al escuchar que no se trataba de un regaño.
Alejandro: también hemos visto el gran empeño que le has puesto al trabajo de la hacienda, has aprendido mucho, y sabemos que amas éstas tierras tanto como nosotros, por eso creo que ya es tiempo de que asumas ciertas responsabilidades como futura encargada de la hacienda.
Mis ojos se abrieron como platos de la sorpresa y felicidad, la sonrisa no me cabía en el rostro, por fin estaba obteniendo esa oportunidad que tanto deseaba, y pensar que estaba asustada antes de que mi padre comenzara a hablar.
Victoria: de verdad?!!! - muy contenta - de verdad papá? eso me hace muy feliz! pero... y las condiciones de mamá? aún no me he graduado y falta mucho para eso.
Alejandro: tienes razón, pero ésto ya lo conversamos tu madre y yo, ella está de acuerdo, dice que por el esfuerzo que has puesto en tus estudios y en la hacienda, te lo mereces. Eso sí, no debes descuidar tus estudios, quisiéramos que terminarás tus dos carreras, puesto que ambas te serán de mucha utilidad para llevar el mando de la hacienda más adelante. Por ahora sólo te asignaremos algunas responsabilidades para que no interfiera con tus clases, y dependiendo de tu desempeño, apenas te gradues, me relevarás tomando el mando total de todos los negocios de la hacienda.
Me levanté y corrí a los brazos de papá, lo abracé y besé infinidades de veces, mamá entró al estudio e hice lo mismo con ella, les agradecí muchísimo por la oportunidad y la confianza que depositaban en mi y les prometí no defraudarlos, promesa que por supuesto pienso cumplir. Ese fué unos de los días más felices de mi vida, todo me estaba saliendo a la perfección, comenzaría a trabajar en la hacienda, y ésta vez de verdad, con responsabilidades propias, con autoridad sobre mi trabajo y mi nombre escrito dentro de la nómina, recibiendo un sueldo justo que me ganaría con el sudor de mi frente.
Ahora tenía que tomarme las cosas mucho más enserio, tendría que administrar mi tiempo entre mi trabajo y las dos carreras universitarias, por ningún motivo podía fallar. Se preguntarán, ¿dos carreras? si, dos carreras, después de que no quería estudiar, terminé interesada en dos profesiones, una era la Medicina Veterinaria, amo a los animales y es una profesión que pondré en práctica en la hacienda; otra, es Administración, la cuál estudio a distancia con algunas clases semi presenciales, ésta también me será muy útil para la administración de la hacienda y todos los negocios adjuntos.
Mi vida ya estaba tomando un buen rumbo, estaba obteniendo todo lo que deseaba, lo único que no ocurrió como esperaba, era mi vida amorosa, al ser rechazada por el único hombre que me gustaba.
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Comments
Yesi Ale Garcia
Victoria en el esfuerzo que has hecho de tu vida al estudio tarde que temprano tendrás tus beneficios y logros y en tu vida amorosa yegara en lo menos indicado y hay es donde tu estarás más que sorprendida de tus nuevos logros
2022-12-21
2
Guadalupe García
Que bello me gusta😍❤️🥰
2022-12-18
1