Reinicio

Salí del baño con Susan, ya había limpiado mis piernas de la sangre. Se notaba la mordida de mis labios. Salimos de ahí. Me alcanzó Leonardo,solo para despedirse. Sin saber lo que había ocurrido.

— Sofía, fue un gusto bailar contigo y quería decírtelo. Te voy a escribir te lo prometo. Así que me contesta por favor.

— Está bien. Nos vemos.

Sentía que mi vida había terminado. No quería saber nada de nada. Resonaba la amenaza de Joe en mis oídos.

— Susan, ¿puedo dormir en tu casa?

—Si. Sabes me siento culpable por lo de hoy. Yo solo quería que te despejará la mente y que te olvidarás un poco de tu situación y solo lo empeoré. Perdoname Sofi.

— Vamos si.

Ella condujo mi auto. Llegamos a su casa, me duché varias veces, queriendo limpiar cada centímetro de piel. Quería borrar el recuerdo del mal sabor de Joe. Lloré amargamente. Me arrodillé y le pedí a Dios que hiciera vengar la humillación que había vivido.

Regresé a mi casa y conversé con mis padres que había terminado con Joe por una infidelidad. Y que quería independizarme de ellos, dejar la casa y probar suerte por mi cuenta. Mis padres se negaron absolutamente. Pero mi decisión ya estaba tomada. Quería soledad, no quería que nadie me estuviese preguntando nada.

Al final me mudé a un departamento. En mi soledad y en mi dolor, recordaba la violación, una y otra vez, era mi tortura de todas las noches.

Así pasó el tiempo, ya había pasado 1 año desde esa desgracia. Ese año con tal de no ver a Joe, dejé de estudiar.

El francés me escribió varias veces más nunca le contesté. Igual Joe me llamó y lo bloqueé. Me desconecté de mi entorno. Mis padres nunca se dieron cuenta de nada.

Decidí retomar la carrera, fui a la universidad, me inscribí nuevamente al cuarto año. Accidentalmente choqué con Julia.

— Perdón, no me fijé.

— Sofía, quiero hablar contigo. ¿puedo?

— No tenemos nada de qué hablar. Si me disculpas estoy ocupada.

— Escúchame, serán cinco minutos, nadamás.

— Apártate o te aparto. No quiero verte la cara.

Seguí caminando con la vista baja, y choqué otra vez pero no fue con Luisa sino con Leonardo. ¿Qué hacía aquí?

— Perdón.

— ¿Sofía? Te ves un tanto cambiada. Nunca contestaste mis llamadas ni mis mensajes. ¿Por qué?

— Estuve ocupada con algunos asuntos. Pero ya estoy devuelta a la vida— sonreí— y que haces aquí?

— Aquí trabajo. Estoy como Medico-docente investigador. Soy Francés eso ya lo sabes. Mi madre vive acá pero por alguna razón vivía con mi padre en Francia. Vine a vivir un tiempo con mi madre y trabajo aquí. y tu?

— Retomo nuevamente mi carrera.

— Será que ahora puedas contestarme los mensajes si te texteo. Aunque por reglas del trabajo no sé si pueda chatear con estudiantes— Sonrió.

— Ya veremos. Me retiro. Tengo que ir a realizar unas cositas.

No sé por qué mi corazón sintió alegría al verlo. Pero esa alegría se desvaneció cuando me encontré en el portón de la facultad a Joe.

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