Capítulo 4.

...Lilian....

– Tienes media hora para encontrarla y agradece que no te estoy despidiendo, tu principal tarea es informarme de ella, ¿por qué no me lo dijiste?, carajo, Aiden. – Vociferé por el teléfono.

– Jefa, ¿qué paso con mantener un perfil bajo? – Me preguntó.

– Me importa una mierda, encuentra a la madre Alba, ¡ya! – Le ordené y luego le colgué.

Un perfil bajo no sirve de nada, si no fuera porque empecé está empresa con un sobrenombre, soy dueña de una compañía; sin embargo, nadie lo sabe, nadie conoce mi rostro, nadie conoce mi nombre, ni siquiera mi voz, ya que uso un modulador de voz. Para hacer tratos o reunirme con personas de alto rango mando a alguien en representación mía, muy pocos conocen el verdadero rostro de GEO Company. Me enorgullece decir que últimamente nos va muy bien, sin embargo, son muy pocas personas quiénes lo saben.

Luego de media hora mi mano derecha, Aiden me mandó la dirección del hospital donde se encontraba la madre Alba. Con el corazón al mil y el miedo en cada poro de mi ser, me acerqué a su habitación y ahí estaba ella, se veía grave, ella me vio.

– Lili, ven, acércate querida. – Dijo con voz temblorosa.

– Madre Alba, ¿por qué no me lo dijo?, no, eso no importa, ¿cómo estás?, ¿duele mucho? – Le pregunté al borde del llanto.

– Oh, mi niña. Creó que no, no hay forma de salvarme, eso dijeron los doctores, escúchame linda, conocerte fue lo más maravilloso que pudo haberme sucedido. Cuando te encontré en ese arbusto, eres un milagro, Lilian eres mi milagro. – Me dijo suavemente.

– Yo encontraré la forma, no te preocupes por eso, yo veré como hacerlo. – Le dije, mientras sentía como su mano secaba las traicioneras lágrimas que caían por mi mejilla.

– Oh, querida, sé que no tienes el dinero, solo déjame ir, me voy en paz, no me arrepiento de nada en mi vida, ¿cuántas personas pueden decir eso con seguridad? – Me intento convencer.

– Lo tengo y si no es suficiente, lo conseguiré.

– Tu empresa acaba de comenzar, no puedes hacer movimientos precipitados, los peores errores se hacen por sentimientos personales, bueno, eso decía tu libreta de apuntes, ¿lo recuerdas? – Me preguntó.

– ¿Desde cuándo lo sabes? – Le dije Sollozando.

– Oh, mi niña, siempre lo supe, estoy muy orgullosa de ti, mi linda princesa. – Me dijo con una débil sonrisa.

– No me dejes, no puedes hacerme eso, yo lo resolveré, ¿okay?, iré a hablar con los doctores. – Le dije con una sonrisa.

...[...]...

Luego de hablar con los doctores a cargo y que básicamente me dijeran que hay muy pocas posibilidades de supervivencia al sarcoma osteogénico y que sin los suficientes recursos económicos, de los cinco años que es el promedio de vida que le queda, se reduciría a dos sin los medicamentos y con un dolor agonizante en los huesos. Sin pensarlo mucho llamé a mi contador y le pregunté acerca de cuánto dinero podría retirar, me dijo que solo podría retirar este mes 13 mil, no más y no menos. Si no pagaba mi otra deuda y juntaba el dinero del laboratorio, llegaría a los 26 mil, para pagar la estadía en el hospital son 40 mil. Sin duda esto empeora cada vez más, la deuda de la madre Alba se debe pagar sí o sí, son cerca de 50 millones. No sé qué hacer.

Estaba llorando en una esquina del hospital, porque parecía que no había nada seguro aún con el tratamiento, de repente siento como mi celular comienza a sonar, era un número desconocido, igual contesté.

– ¿Diga? – Le dije intentando sonar lo más normal que pude.

– ¿Estás llorando por ese idiota?, no antes que eso; ¿no me tienes registrado?, no cambié mi número durante estos 9 años – Escuché de parte de la otra línea.

– ¿Eres Kilian? – Le pregunté mientras cerraba mis ojos, ya me dolían.

– ¿Quién sería si no soy yo, Lan? – Me dijo. Y por un minúsculo momento me reconforto el pasado, cuando él me decía "Lan" de cariño y parecía que todo el dolor de mi vida podía desaparecer con él a mi lado.

– ¿Sigue en pie tu oferta? – Le pregunté un poco más calmada.

– ¿Aceptarás solo porque lo encontraste con otra mujer?, guau, me sorprendes. – Me dijo sarcástico.

– No me hagas arrepentirme de preguntar. – Le dije algo severa.

– Ya sabes que mis ofertas para ti siempre estarán ahí, incluso si las rechazas. – Me susurro.

– Deja de decir tonterías y dime de que se trata. – Le dije con una leve sonrisa en mis labios.

– Es sencillo, solo casémonos. – Me dijo con naturalidad. Si hubiera estado tomando agua me hubiera atragantado.

Paso un momento de silencio.

– ¿Lan?, ¿sigues ahí? – Me preguntó.

– ¿Por cuánto tiempo? – Le pregunté.

– Por unos cuantos años, tal vez dos, ¿quién sabe tal vez te guste tanto que no te quieras divorciar?– Me dijo recuperando el aliento, parece que se preocupó de que le haya colgado.

– Solo dos años, ¿cierto?, ¿algo más que deba saber? – Le dije cansada.

– Tenemos que tener dos hijos. – Me soltó de la nada.

– Escucha, sé que no te interesan mis motivos, porque yo no te importó, pero Lilian, sé cuanto te importan los niños, incluso después del divorcio te prometo que los cuidaremos ambos, te daré la custodia, solo déjame verlos la misma cantidad de tiempo, llegaremos a un acuerdo si es necesario, no quiero quitarte a tus hijos, te daré tres casas y pensión alimenticia, yo me haré cargo de todo, ¿Okay? – Me dijo rápidamente, realmente está preocupado.

– ¿Qué ganó yo? – Le pregunté severa.

– ¿No es obvió?, casarte conmigo. – Me dijo en broma.

– Sí, ya escuché el castigo y la penitencia, ahora quiero saber que gano. – Le dije en respuesta.

— Solo dilo, me haré cargo de todo. — Me contesto seguro.

– Bien, necesito al mejor doctor en cáncer de hueso, necesito a alguien que haya logrado una taza de supervivencia del mínimo 59%, necesitaré tu financiación a lo largo del tiempo del contrato, inclúyelo en mis condiciones, espero no sea un problema, después de todo eres muy rico, ¿no? – Le dije en tono de burla.

– Está bien, ¿no necesitas algo más?, porque yo pondré una que otra condición. – Me dijo mientras se tallaba su barbilla, lo sabía bien, sabía sus mañas.

– No, con que cumplas con tu palabra estoy bien.

– Lilian, yo. – No lo dejé acabar y le colgué.

Eso era un alivio, por lo menos podría ayudar a mi madre, no importaba lo demás, siempre y cuando ella estuviera bien.

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Comments

Diana Quintero

Diana Quintero

porque ese afán de Killian casarse? 🤔🤔 aquí hay gato encerrado 😔😔😔

2024-05-17

1

Melisuga

Melisuga

Me encantó esa frase: ya oí el castigo y la penitencia.
🤣🤣🤣
Imagino la cara de limón con los 🙄que debe haber puesto Kilian.
🤣🤣🤣

2024-05-17

0

Lisimar Tovar

Lisimar Tovar

Pobre doñita 🙁🙁🙁🙁🙁🙁 ojalá y viva unos cuantos añitos más

2024-04-22

3

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