La Verdad De Los Lancaster.

La Verdad De Los Lancaster.

Capítulo 1.

Me encontraba como de costumbre en el laboratorio, intentando hacer que las cepa de las bacterias no se murieran debido a las altas temperaturas y la ineptitud de mis aprendices.

– ¡Ah, que estresante!– Me dije a mí misma.

– ¡¿Quién fue el genio que dejó las bacterias durante tanto tiempo en la estufa de cultivo?! – Grité para que todos los asistentes y aprendices a mi cargo escucharan mi enojo.

– Tranquila, Lilian. – Me calmo Max. – Puedes hacer que resiembreen todo para este mismo día. ¿No es así, chicos? – Les preguntó con una sonrisa diabólica.

Max es uno de mis compañeros de equipo y uno de mis mejores amigos, lo conozco desde los 11 años, somos amigos desde niños. Estoy al borde del colapso, la empresa donde trabajo se le ocurrió la brillante idea; de no solo darme aprendices y asistentes, si no que también, tengo que laborar en diversas áreas.

– ¡Esto es explotación!– Me dije a mí misma.

– No, porque te gusta tu trabajó, aparté no pagan tan mal, con eso haz salido de tus deudas estudiantiles. Y eres la mejor en tu área, hasta la empresa lo sabe. – Me recordé amablemente.

– Lilian, ¿vendrás está noche? – La voz de Max, me saco de mis pensamientos.

– Ah, claro. Hoy es la cena de reencuentro.

– No me digas, ¿lo olvidaste de nuevo?, ya va siendo hora de que busques nuevas excusas, Lilian.

– Es suficiente, ¿hace cuánto nos conocemos Max? – Le pregunté con voz serena.

– Hace...¿15 años?, ¿tal vez 18? – Me respondió él.

– Entonces tú debes de saber la razón por la que no quiero ir. – Dije tranquila mientras revisaba el miselium de una nueva cepa de hongos.

– Se me ocurre una larga lista. Pero la encabeza un nombre que empieza con K – bromeo Max. – ¿Aún no lo superas?

– No se trata de superar o no, simplemente no quiero volver a verlo. – Le dije con sinceridad. Era la verdad, no quería verlo

– Okay, entiendo. Pero él nunca va a las reuniones, después de todo es el tipo más rico de 5 países, y a pesar de que estamos en contra del capitalismo, trabajamos en una empresa que mueve los engranajes, ¿no es así?

– Sabes bien que esa no es la razón. – Le dije tratando de convencerlo y en gran parte a mí también.

– Hey, Lilian. Te entiendo, era tu mejor amigo, tu amor no correspondido, él se fue y no te dijo nada. Evitó tus llamadas, mensajes, todo. Simplemente se desvaneció en el aire. Lo entiendo, créeme que sí. Pero han pasado años. 10 años para ser exactos, ¿no crees que es hora de dejar ir?, ¿por qué no intentarlo de nuevo?

– No tengo tiempo para el amor, Max.– Le dije mientras replantaba una muestra en una placa.

– No dije nada que tenga que ver con esa palabra, pero ahora que lo mencionas; debes buscar a alguien, ¿por qué no me invitas a salir por un café?, tal vez te sorprenda mi respuesta. –Me coqueteo mientras me guiñaba un ojo.

– JAJAJAJAJA, ¿tú y yo?, ni hablar, amigo mío.  – le dije a carcajadas.

– ¿Por qué no?, hacemos un gran equipo, lo sabes. – Me respondió serio de repente.

– El trabajo y una relación, no es lo mismo. – Le dije mientras me reía.

– Puedo demostrarte que soy bueno en todos los ámbitos y me encanta explorar, es una  de mis grandes cualidades, sobretodo mi curiosidad, ¿no lo crees? – Me susurro cerca de mi oído.

Se había acercado lo suficiente como para que su cabeza esté en mi hombro, estaba acorralada entre sus brazos, ¿mi ventaja?, estaba de espaldas, no podía ver como mi cara se sonrojaba. Admito que Max era increíblemente atractivo, era alto, con un cuerpo escultural, pelo negro azulado, ojos azules, llegando a tonalidades grises. En pocas palabras, el hombre parecía un demonio, el cual te haría cometer los peores pecados.

– Entonces, ¿apostamos? – Le pregunte cediendo un poco ante él.

– ¡¿Hablas en serio?!, claro que sí, lo que sea por que la gran Lilian me invité a salir. – Exclamó con un grito eufórico

— Bien, entonces; tú y yo iremos a esa reunión, aceptaré salir a una cita contigo siempre y cuando K no aparezca, ¿qué opinas? – Le pregunté curiosa.

– ¿No está este trato demasiado a mi favor, como para ser verdad? – Me preguntó con incredulidad.

– Y ahí se fue tu oportunidad. – Le dije mientras lo apartaba y caminaba rumbo al siguiente laboratorio.

– ¡Espera, Lilian!, acepto, vamos, ¡hagámoslo! –Gritó Max, mientras corría detrás de mí.

– Okay, pero deja de gritar, todos nos están viendo.

Parece un cachorrito, su cara emocionada y con un leve sonrojo, aunque a veces también parece un perro en celo. Siempre buscando el momento oportuno para acorralarme.

– Entonces... ¿Te veo a las 7?

– Claro, pasa por mí a las 7: 30, a no ser que quieras esperarme media hora en lo que me arreglo. – Le dije con una leve sonrisa.

– Okay, estaré ahí. – Me respondió con una sonrisa boba en sus labios.

Todas las ingenieras, químicas y aprendices que estaban cerca se quedaban admirando a Max. Sin duda, él tiene un gran poder de seducción.

......................

Eran las siete en punto, cuando escuché el sonido de la puerta, estaba en toalla, acababa de salir de la ducha, así que salí envuelta y abrí la puerta, como supuse, era Max. Se veía muy bien, llevaba un pantalón negro, una camisa blanca y una chaqueta negra. Tenía el cabello levemente mojado. Su cara se veía graciosa, era una mezcla de sorpresa y un muy pronunciado sonrojo.

– ¿Todo en orden?, Max – Le pregunté, mientras me cruzaba de brazos.

– Crecieron desde la última vez...– Dijo en un susurro, su cara estaba roja, parecía que iba a explotar.

– ¿Disculpa?

– Ah, no, nada. Yo, solo. ¡¿Por qué abres la puerta vestida así?!, ¿y si no era yo?, ¿y si era un loco enfermo? – Me regañó con un tono autoritario.

– Sabía que eras tú. No es como si fuera la primera vez que me ves en toalla y estoy segura de que no soy la primera mujer a la que vez en toalla.– Le dije con seriedad.

– ¿Y si no era yo?, perdón, solo estoy preocupado. Y la última vez que te vi en toalla, llevabas un traje de baño de natación y eso fue en la secundaria. – Me recordó.

– Okay, okay, mi error. Seré más cuidadosa. – Le dije, mientras me daba la vuelta y subía a mi cuarto.– Iré a arreglarme, siéntate y toma lo que quieras de la nevera.

– Okay, Lili. – Fue lo último que escuché antes de cerrar la puerta de mi cuarto.

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Comments

Diana Quintero

Diana Quintero

jajajajajajaja Max se sonroja por ver una mujer en toalla 🤦🤦

2024-05-17

1

Raquel Cucalon

Raquel Cucalon

"sepa" es del verbo saber, "cepa" es lo correcto

2024-01-13

3

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