Capítulo 3.

...Lilian....

– Que gusto me da verte, no pensé que fueras a venir. – Le dijo Zuri a Kilian.

– ¿Te conozco?, si vengo o no, no es asunto tuyo. – Le dijo de manera fría mientras se cruzaba de brazos.

Yo solo me limitaba a tomar mi copa de chapange y ver de reojo a Max, quién ahora estaba tomando de su copa al igual que yo, la única diferencia es que el se la tomó de un solo trago; vaya, mi amigo si que quiere embriagarse hoy.

– Yo tampoco pensé que vendrías, Lancaster. – Le dijo Max con un tono amargo.

– Repito; ¿Quién eres? – Dijo con una mueca de burla.

– Parece que irte al extranjero hizo añicos lo poco que te quedaba de cerebro. – Le contestó Max.

– Simplemente, no recuerdo cosas innecesarias. – Le dijo mientras lo penetraba con la mirada.

Y eso fue suficiente para que todo el ambiente se tornará increíblemente incómodo, de la nada puedo sentir como Max se recarga en mi hombro, tal vez sea debido a que bebió mucho en tan poca cantidad de tiempo, sé que tiene una resistencia al alcohol media, pero aun así me preocupaba.

– ¿Nos vamos? – Le dije en un susurro.

Pude ver como sus orejas se sonrojaban, al sentir mi cálido aliento en la misma, pude ver como le recorrió un pequeño escalofrío, una sonrisa se apoderó de mí. Y entonces Max asintió en respuesta, Max ebrio era como un adorable cachorro, eso era algo que me divertía, en la universidad solía molestarlo por eso.

......................

Cuando estábamos a punto de abrir la puerta del auto pude sentir como me jalaban con brusquedad, me sorprendió muy poco saber que se trataba de Kilian, ese imbécil.

– ¡¿Qué rayos?!, suélteme. – Le grité con todo lo que pude.

Él me llevó a un pequeño callejón que se encontraba a un costado del restaurante, rl único sonido que se escuchó fue como la palma de mi mano impactaba sobre su mejilla.

– Sigues teniendo una mano pesada, princesa. – Dijo con su voz tan seductora que parecía un ronroneo.

– Y usted sigue siendo un tremendo imbécil. – Le dije con toda la paciencia que me quedaba.

– ¿Desde cuándo nos tratamos de usted? – Me dijo con su sonrisa ladina.

– No, más bien; ¿Cuándo le dí permiso de hablarme de "tú"? – Le vocifere.

– ¡Lilian, vamos! Sé que estás enojada, me fui y no te dije nada, pero estoy aquí, he vuelto y necesito tu ayuda. – Respondió de manera dócil.

– Sí, bueno; todos necesitamos algo, vaya a formarse a la fila, la vida no es justa y te lo voy a demostrar de una manera gráfica. – Le dije mientras me daba media vuelta y volvía al auto.

Max estaba sentado en la banqueta, mientras veía hacia su auto.

– Cuando sea grande quiero un auto así. – lo escuché decir.

Estaba conteniendo mi risa mientras lo ayudaba a entrar al auto, me tocaba conducir, sé que era una irresponsabilidad de mi parte conducir cuando había bebido, pero en mi defensa solo bebí dos sorbos debido a la incomodidad. Lo llevé a su casa y lo acomode en su cama, le quite los zapatos y su saco, luego de eso conduje a mi casa, parece que me quedaría con su auto por hoy.

Cuando entré a mi casa, lo primero que hice fue prender las luces e inmediatamente después de eso me arrepentí; en mi sala estaba Kilian Lancaster.

– ¡¿Qué mierda?! – Fue lo que alcanzó a salir de mi boca.

– Esa es la Lilian que conozco. – Me dijo con una sonrisa.

– Eres un loco, ¿qué carajo haces en mi casa?, ¿no te quedó claro que no te pienso ayudar?, es más; no quiero verte otra vez en toda mi vida. – Le dije ya molesta, la poca paciencia que me quedaba se había agotado.

– Solo quería asegurarme de que llegarás bien a tu casa, veo que solo lo fuiste a dejar, así que me voy, seguiremos en contacto, Lilian. – Me dijo serio.

– ¡No, no seguiremos en contacto. Tú no estuviste en contacto cuando te largaste, yo no necesito estar en contacto contigo, Lancaster! – Le grité mientras lo veía salir de mi casa.

Carajo, algo era seguro, de alguna manera Kilian quería algo de mí y él siempre consigue lo que quiere. Esto va a ser un jodido dolor de cabeza.

......................

...Lilian....

Era sábado por la mañana, sabía que Max se estaría muriendo del dolor de cabeza, así que decidí llevarle medicina para la resaca y planeaba cocinar algo para él. Es cierto; él había perdido la apuesta, pero no me molestaba la idea de salir con él, era la primera persona que me hacía sentir algo además de Kilian, tal vez se merecía una oportunidad.

En cuanto entré a su departamento esa idea se esfumó, lo que me encontré era ropa de mujer en el piso, tranquilamente deje las llaves del coche de Max en su mesa decorativa y cuando entré a su habitación pude ver como una mujer estaba abrazada durmiendo con Max. No, no solo era una mujer, era Mónica, nuestra amiga, mi amiga, ella sabía que me gustaba Max, simplemente no sabía si dar el paso. Dios mío, ¿qué se supone que haga?, no somos nada.

Justo cuando sentía que iba a llorar, pude ver como Max se despertó y lo primero que hizo fue verme y luego a la mujer a su lado.

– Espera, Lilian, esto no es lo que. –No lo dejé terminar y le lancé las medicinas de la resaca.

– Espero que se te pase la resaca, disfruta tu fin de semana. – Le dije casi de manera automática.

Me fui de ahí no soportaba ver eso, Mónica me había recomendado que le diera una oportunidad, de poco a poco dijo ella. ¡Ja!, poco a poco mis ovarios.

Luego de eso dejé el auto de Max ahí y agarré un taxi, en momentos como este extraño a mi madre, fui a ver a la mujer que me cuidó como una, pero lo que me recibió fueron peores noticias.

– ¡Oh, pequeña Lili!, que grande estás, ¿en verdad eres Lili?, ah, cuánto has crecido. – Dijo una de las hermanas a cargo del orfanato.

– Hermana Rocío, ¿Usted sabe dónde se encuentra la madre Alba?, me gustaría hablar con ella. – Le dije con la mejor sonrisa que me salió en ese momento.

– ¡Oh, querida!, ¿no lo sabes?, ustedes se reúnen cada semana en ese lugar, ¿no te lo dijo? – Me interrogó.

– ¿Decirme qué? – Le pregunté preocupada.

– La madre superiora Alba fue destituida y despedida, resulta que durante la falta de recursos que el orfanato tuvo hace un año ella se endeudó, sacó un préstamo por más de 50 mil pesos, para poder darles ropa y comida a los niños, y dejó que los intereses subieran, supongo que ella sola no pudo con tanto, sabes que ya está grande, ahora la deuda asciende a los 50 millones y debido a tanta presión y trabajo se enfermó, hace tres meses la echaron del orfanato, se le veía muy grave. Tampoco sé dónde está, querida, pero no se le veía nada bien.

– Dios mío, ella no me dijo, pude haberla ayudado, ¿por qué no me lo dijo? – Entre sollozos logré decirle a la hermana.

– Ya tienes suficiente carga con lo tuyo, ¿cómo podría meterte en otra deuda cuando acabas de salir de una?, recuerda que para estudiar tuviste que sacar préstamos estudiantiles, luego de que la familia de Alba te adoptará a petición de ella, tuviste que estudiar mucho, cuando murieron tuviste que seguir estudiando y trabajando, ¿cómo podría darte Alba más cargas? – Dijo la hermana empezando a llorar conmigo.

– Tengo que encontrarla. – Le comenté mientras me secaba las lágrimas.

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Comments

Diana Quintero

Diana Quintero

Monica se dio cuenta que Maximiliano estaba borracho y se le metió en la cama 😡😡😡😡😡

2024-05-17

1

Melisuga

Melisuga

Triste historia de vida la de Lilian.

2024-05-17

0

Melisuga

Melisuga

¿Será que la tal Mónica se aprovechó del exceso de radicales -OH en Max?

2024-05-17

1

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