capitulo 11

Diego muchas veces busco a Monserrat sin ningún resultado cada vez que el le preguntaba a Victoria ella se negaba a darle el paradero, sin embargo Diego había contratado algunos investigadores pero sin ningún resultado, incluso la había buscado en París con Xiomara abuela de Monserrat porque los investigadores le dijeron que ahí estuvo viviendo un tiempo pero al parecer ella ya se había ido a otro lugar cada vez que estaba cerca ella desaparecía, Diego en todos años había vivido con una gran frustración además su matrimonio había sido un complemento fracaso él había querido divorciarse de María José pero está no cedía a la petición además siempre terminaba por culparlo de la muerte de su hijo, desde la muerte de aquel niño ellos no habían tenido intimidad y no porque María José no quisiera si no más bien porque Diego siempre la rechazaba y aunque María José disfrutaba de algunos lujos de la familia Montreal no era lo que ella esperaba no había podido convencer a la familia de él, aún vivían en aquel departamento y claro ya no compartían habitaciones Diego había acondicionado su oficina como un espacio donde también pudiera dormir. María José había buscado la forma en para seguir al lado de Diego incluso había sobornado a los investigadores para que no dieran con el paradero de Monserrat, pero el destino les tenía otra cosa preparada.

Un fin de semana como cualquiera Apolo comenzó a sentir se mal, por suerte Victoria estaba a su lado y pudo darle los primeros auxilios para evitar que el infarto terminará en una terrible muerte aunque Apolo se encontraba bien Monserrat al enterarse de la noticia decido regresar a México ya que también tendría que hacerse cargo de los negocios familiares ya que Roberto aún no terminaba sus estudios.

Diego fue a visitar al señor Apolo después de todo les tenía un gran aprecio y era correspondido al llegar vio a Monserrat en el recibidor con maletas en manos, el corazón de Diego comenzó acelerarse quería ir abrazarla, decirle tantas cosas, para Monserrat el encuentro le removió tantas cosas pero se mantuvo fría, justo cuando Diego se iba acercar a ella apareció un niño de aproximadamente cuatro años

—Mami— gritaba el pequeño, y detrás de él iba Teo.

—Luke, no corras puede pasar un accidente —

Para Diego fue una cubeta de agua fría, Monserrat no solo era madre si no al parecer también estaba casada, Teo tomo al niño entre sus brazos y dijo:

—Este niño no tiene no se cansa—

—¿Ustedes se casaron?— pregunto Diego, en el fondo tenía la esperanza que hubiera una confusión.

—Si, hace tres años— contestó Monserrat, sin dar más explicaciones, Diego observo aquel niño vio el gran parecido que tenía a Teo pero se pregunto a si mismo ¿Este niño podría ser mi hijo?, Después de todo el niño tenía como cuatro años y coincidía con la vez que estuvo con Monserrat.

—Vamos a cambiar a este pequeño travieso — dijo Monserrat de manera muy cariñosa al pequeño, Teo subió tras de ella, Diego salió de ahí derrotado ahora ya todo estaba perdido.