capitulo 7

—Piensa lo que quieras, ya no me importa — dijo Monserrat, está vez no trato de dar explicaciones si eso era lo que el pensaba no tenía caso seguir discutiendo y aunque las palabras de Diego le dolieron está vez no está dispuesta a mendigar algo de comprensión, la actitud de Monserrat le pareció extraña a Diego más no dijo nada porque estaba tratando de consolar a María José.

—La señorita Monserrat fue muy mala conmigo me dijo que yo jamás estaría a tu nivel, que solo era una basura — decía entre llanto.

Al día siguiente Teo fue a buscar a Monserrat los dos fueron al lago a nadar era como si el destino estuviera encargado de juntarlos por qué en ese momento llegó Diego con María José

—¿Qué hace ella aquí?— dijo María José, fue inevitable que Monserrat escuchará.

—¿Mas bien que haces tu aquí?, Esta parte del lago es de mi padre y tú no eres bienvenida — dijo Monserrat, María José ponía su cara de víctima incluso hasta lloró, Diego y ella se retiraron

—Ves todas tus amistades jamás me verán como tu esposa para ellos solo seré la empleada de servicio —

—Hiciste mal en preguntar eso—

—Pero yo pensé que esa parte de lago era de tu familia —

—Pues ya ves que no, es de los padres de Monserrat —

Monserrat y Teo se divertían, aunque Monserrat no podía olvidarse de Diego de lo cruel que había sido juzgándola, era cierto que su comportamiento anterior no había sido el adecuado, pero el no debió de hablarle así, Teo se daba cuenta del sufrimiento de Monserrat

—Como me gustaría hacer algo para que lo olvidarás—

—Haces mucho cuando estoy contigo me divierto y se me olvidan los problemas eres como una especie de salvavidas —

—Y tú lo eres para mí — los dos después de nadar se fueron a sus respectivos hogares, Diego que miraba por la terraza del rancho veía como su primo Teo iba con Monserrat muy felices, él no podía con ese sentimiento de celos, ahora que se había dado cuenta que a quien realmente ama es a Monserrat pero ya era demasiado tarde.

Diego había acordado con María José que la boda se llevaría en tres días los cuales pasaban muy rápido, Diego veía como Monserrat y Teo siempre montaban caballo e iban al lago por mucho tiempo, Diego se sentía muy celoso de que Monserrat y Teo pudieran hacer otras cosas por más que trataba de ni imaginar cosas negativas siempre tenía los mismos pensamientos donde Teo y Monserrat hacían el amor.

Una noche antes de la boda Diego no podía con su conciencia había perdido toda calma así que fue a la cantina del pueblo, esa noche tomo demasiado y era como si su subconsciente lo llevará hasta la casa de Monserrat, lanzó unas piedras al ventada de ella, Monserrat al principio lo ignoro pero Diego era muy insistente así que decidió bajar para que sus padres no se dieran cuenta

—¿Qué haces aquí? Y para colmo todo borracho — dijo Monserrat.

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