Fue recién a las 10 de la noche que por fin pude ir a mi habitación, en donde a penas llegue me tire a la cama con el celular en la mano buscando el número de mi mejor amiga entre mis contactos, no tarde mucho en encontrarla y la llamé.
—Hola, Nan, estaba por llamarte ¿Cómo estuvo tu día en este hermoso lugar? —dijo, y pude identificar el sarcasmo en su voz.
—Supongo que tan bien como a vos, aunque paso algo super raro, cuando llegue vi a mi abuela levantando un mueble.
—¿Qué? Entiendo que quieras decir que la salud de tu abuela es buena, pero eso es muy exagerado.
—Te estoy diciendo enserio, lo vi con mis propios ojos, pero después me dijo que era un juguete muy realista o algo así, después vi a un niño levantandolo, así que supongo que sí es verdad, tal vez acá tienen gustos raros.
—Puede que sí, al menos yo no me encontré con nada así.
—Dejando eso de lado, vino gente de visita... para conocerme al parecer...
—¿Te paso lo mismo?
—¿Cómo?
—Acá también llego gente a darme la bienvenida.
—No sé si es que aquí son todos muy amables o en realidad nuestro abuelos estan desesperados por darnos a conocer.
—Puede que sea ambas —bromeo —acá llego una parejita de ancianos y una chica llamada Estela.
—¿Enserio? Acá solo vinieron una señora llamada Amanda con su nieto y... Un chico.
—¿Un chico? ¿Es guapo?
—Sí, mucho, pero... Hay algo en él que no me convence del todo, como si tuviera que mantenerme alejada ¿Te parece que estoy exagerando?
—Puede que sí o puede que no, tal vez solo es el ambiente del lugar que hace todo más terrorífico.
Puede que sea eso, pero lo mejor es mantener distancia del tal Ismael. El resto de la conversación mencionamos de todo un poco, hasta que cortamos la conversación debido al sueño. Al día siguiente, Gladis, mi abuela, me despertó temprano para desayunar. Era una mañana fresca y cuando me asome por la ventana pude ver que las nubes cubrían el cielo, como si en el lugar solo se pudiera apreciar esa vista, fría y desalentadora, una a la que la gente de este lugar parecía haberse acostumbrado, incluso lo apreciaban.
Me alejé de la ventana con rapidez en el momento que baje la vista del cielo y note unos ojos grises mirarme con insistencia, como si deseara meterse en mi mente. Trate de ignorar el escalofrío que me recorrió el cuerpo entero y me acerque a mi abuela para desayunar juntas.
—Tus padres llamaron esta mañana —comento, mirándome con precaución —querían saber cómo estás ¿Por qué no los llamas para que se queden más tranquilos?
—Lo voy a hacer más tarde.
—Esta bien, pero no lo olvides. Ahora termina el desayuno, que tenemos muchas cosas que hacer hoy.
Miré alrededor disimuladamente, a excepción de los utensilios que usamos en el desayuno, el resto de la cocina se veía más que limpia, al igual que el comedor, lo que dejaba más que claro que limpiar no entraba en la lista se tareas que teníamos para ese día.
Cuando terminamos el desayuno, y después de limpiar lo poco que habíamos usado, salimos a dar una vuelta por el pueblo. A pocas cuadras de la casa estaba la panadería, en donde una jóven que se presento como Helena, era la que atendía el lugar. Se notaba que le gustaba charlar, ya que en el poco tiempo que estuvimos ahí dijo muchísimas cosas, incluso intento iniciar una conversación conmigo fallando en el intento, estar en un pueblo con aspecto lúgubre no me animaba a sacar mi lado sociable a la luz.
Después de eso pasamos por la casa de una tal Sara, que nos recibió con una expresión seria, casi aterradora, tenía el presentimiento de que en cualquier momento se lanzaría a mi como un tigre y clavaría sus dientes en mi cuello. Ella y mi abuela conversaron un rato sobre cosas que no entendía, hasta que la señora fortachona le aseguro que cumpliría con su pedido. Luego de 15 interminables minutos, contados con exactitud, salimos de esa casa y seguimos nuestro recorrido hasta llegar a la plaza, en donde el misterioso chico de la mañana apareció en frente de nosotras.
—Buenas tardes, señora Gladis —saludo a mi abuela, haciendo una reverencia de manera elegante, después dirigió su vista hacía mi —señorita.
—Que sorpresa encontrarte por acá ¿Has salido a comprar?
—Sí, me he quedado sin carne, y usted sabe lo importante que eso es para mi.
—Lo tengo muy en cuenta, espero que hayas podido desayunar bien sin ella.
—Fue algo costoso, pero estoy bien.
Al parecer aquí no solo se desayuna con carne, si no que es un alimento importante, o al menos así parecía para el chico de ojos grises. La carne ya de por sí es un alimento importante, pero él llevaba eso a otro nivel, podía notarlo por la expresión en su cara cuando dijo que se había quedado sin ella. Aburrida de la conversación en la que no estaba involucrada, mire alrededor para ver si encontraba algo interesante y lo hice, vaya que lo hice. A unos pocos metros de nosotros se encontraba un grupito de personas que llevaban puestas anteojos oscuros, algo bastante común en realidad, pero todo dejo de ser monótono cuando a una chica de aspecto delicado se le cayeron los anteojos, dejando sus ojos expuestos a los pocos rayos del sol que lograban colarse entre las nubes. Ella se tapo los ojos de inmediato, soltando un grito desgarrador que me helo la sangre, uno de los que estaba con ella agarro los anteojos del suelo y se los puso nuevamente, para después llevarse a la chica a un lugar apartado.
—Pobre —escuché que dijo mi abuela.
—¿Qué le paso?
Ella pareció quedarse pensativa unos segundos, mientras que el chico me miraba con burla, como si supiera algo que yo no.
—Acá hay una enfermedad muy rara, que hace tus ojos más sensibles a la luz del sol. Nadie sabe como ocurre, ni si tiene alguna cura, pero las personas que lo tienen deben estar con muchísimo cuidado, hasta el mínimo rayo de sol puede causarles un dolor inimaginable.
—Oh... Es una lástima.
—Son cosas de la vida —intervino el chico raro —con su permiso, debo ir a comprar unas cosas más antes de regresar a casa.
Él saludo a mi abuela una última vez, mientras que a mi me miro con burla de nuevo, como si no fuera más que una chiquita tonta en un lugar que desconoce. No era la primera vez que me lanzaban una mirada así en el día, no estoy hablando sobre una de burla, pero si de esas que te dicen que saben más que tú, que no eres más que una extraña forzandose a si misma para encajar en cierto lugar. Ni siquiera sé porque es así, teniendo en cuenta que yo no quería venir en un inicio, pero aquel misterio que parecía rodear a cada persona comenzaba a llamar mi atención.
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Comments
moon 1
vampiros?/Determined/
2024-01-17
1
Irma Ruelas
😱🤔🫣🙄😳
2022-12-19
0