03

El viaje hasta Cegan duro alrededor de 4 horas, aunque para mi fue una eternidad, lo bueno era que Guille viajo en el mismo colectivo que yo así que la pasamos charlando o escuchando música. En cuanto a mis padres, su actitud me dejó confundida incluso hasta el último momento, ya que parecía que no me querían dejar ir ¿Pero por qué? ¿No fue ideas de ellos que vaya a visitar a mi abuela "enferma"?

Los señores Morgan, abuelos de Guille, fueron quienes me llevaron hasta la casa de mi abuela, ya que ella no podía salir afuera por su delicada salud. Yo apenas había llegado pero ya tenía ganas de irme, el día estaba nublado y las casas, sin importar cuan elegantes quisieran parecer, se veían casi siniestras. No tengo muchos recuerdos de las veces que vine a este lugar, porque en realidad fueron muy pocas, creo que una o dos, así que no puedo asegurar si siempre se vio así o cambio con el tiempo.

—Ya llegamos —escuche la voz del señor Morgan.

—Muchas gracias por traerme.

Le hice una seña a mi amiga avisándole que la llamaría por la noche y luego me baje, la casa de mi abuela se veía exactamente como las otras, o al menos en esa aura oscura que la rodeaba, la misma que tuve que ignorar para poder entrar en ella o de lo contrario me habría ido corriendo. Mi abuela no escucho el timbre, ni la primera o tercera vez que lo hice, así que tuve que recurrir a la llave de repuesto que me habían dado mis padres antes de venir. Pensé que quizás ella estaba en su cuarto descansando, sin embargo, cuando pase por el lado del comedor la vi ahí, levantando un mueble. Las palabras quedaron atoradas en mi boca en el momento que ví esa escena. Una cosa era tener buena salud, pero eso... Eso era casi imposible ¿Cómo es que ella podía levantar esa cosa como si no pesara nada? Ni siquiera mi papá podía y eso que él era muy fuerte.

—¿Abu? —susurré después de unos segundos, cuando las palabras por fin salieron.

Ella se quedo quieta, en pánico, para después soltar el mueble y sonreír tranquilamente, como si todo fuera normal.

—Nancy, ¿Por qué no me avisaste que llegaste cariño? No te sorprendas mucho por esto, es solo un... Juguete, lo levanté porque me hacía falta limpiar abajo —dijo, dando unos leves golpes en el —no pesa nada, cualquiera lo puede levantar, incluso una señora como yo.

—Se ve muy realista.

—Es porque así lo pedí, Martin juega con él cada vez que viene y eso lo hace sentir fuerte. Sirve para que tenga más autoestima.

Yo solo asenti, sorprendida de que un objeto de juguete pueda parecer más real, incluso me acerque con la intención de inspeccionarlo más de cerca, pero mi abuela me alejo de el alegando que lo único que quería era pasar más tiempo conmigo, pero que primero me enseñaría la casa.

Mi habitación estaba al lado de la suya, en el segundo piso, seguro para que pueda ir a verla en caso de que pase algo, también había un baño personal en cada cuarto y otro aparte, además de las habitaciones de mi abuela y la mia, estaba una destinada para los invitados. Los objetos que se podían apreciar en cada rincón eran muy costosos, algo imposible de ignorar, pero nuevamente aquello que me inquietaba tanto opacaba lo demás.

—Te dejo sola para que acomodes tus cosas.

—Esta bien.

—Cualquier cosa que necesites me llamas —dijo una última vez antes de irse.

Tenía más ganas de tirarme a descansar un rato que de acomodar todo, pero lo aguante y guarde toda la ropa, a los productos de higiene los deje en el baño, mientras que a los perfumes, maquillaje y demás cosas las puse en un estante cerca de la ventana.

El sol estaba ocultandose en el momento que termine, así que baje a la sala para preguntarle a mi abuela si quería que la ayude en la cocina, pero cuando llegue la vi acompañada de una señora canosa junto con un niño que no parecía de más de 10 años. Ellos giraron a verme cuando me escucharon, algo que me incómodo un poco y por poco tropiezo en el último escalón, algo que pude evitar al aferrarme al barandal.

—Nancy, ella es la señora Amanda y su nieto Martin, el niño del que te hable.

—Es un gusto conocerte al fin, tu abuela me hablo mucho de ti.

—También es un gusto conocerla —sonreí.

Cuando preste más atención al niño fue cuando me percaté de que levantaba el "juguete" que había visto hace unas horas ¿De verdad eso era un juguete? ¿Por qué un niño querría algo así? Pero que gente más rara la que vive acá.

Decidí ignorar eso, así como tuve que pasar por alto varias cosas que me parecían raras. Todos se veían tranquilos con eso, temí que si decía algo sobre el asunto me tacharían de loca o exagerada, es un nuevo entorno y debo adaptarme, decir que sus acciones no tenían ni un poco de sentido para mi era una mala manera de iniciar. Me acerque a ellos, uniendome a la charla que tenían mi abuela con la señora Amanda, incluso cuando solo quería irme ¿Ya dije que quiero irme? Porque de verdad quiero volver a casa.

—Este lugar te va a encantar —aseguro Amanda —tiene unos paisajes hermosos, además la gente de acá es muy amable, no creo que tengas problema en adaptarte.

—Supongo que eso lo veremos con el tiempo —asegure.

—Sé que hay cosas que pueden ser consideradas raras —¿Enserio? No me diga —, pero eso es lo que le da mayor atractivo aquí. Yo digo que somos ¿Cómo se dice? Originales.

Estaba por decir que todo aquello más que original era extraño, pero el timbre sono interrumpiendo mis palabras, gracias a Dios.

—Debe ser Ismael, es nuestro vecino así que lo invite para que te conozca.

Genial, más invitados cuando solo quiero encerrarme en mi cuarto, no puede haber nada mejor.

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Comments

moon 1

moon 1

y aún no Lee el libro...

2024-01-17

2

Irma Ruelas

Irma Ruelas

😱🤔🫣🙄🤭😳

2022-12-19

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