El consejo mágico

El recinto del consejo mágico es uno de los pocos edificios hechos con piedra dentro de la ciudad, considero que dentro de estos es por mucho el más grande, en este lugar se llevan a cabo las reuniones más importantes, por ejemplo, las votaciones o nombramientos, graduaciones, ceremonias y todo lo relacionado con un símbolo de crecimiento. De hecho, este recinto es circular, simbolizando que todo en este mundo es un ciclo.

 El consejo mágico está a cargo de proteger el gran sauce que es la conexión más grande que existe con el mundo espiritual, este es un árbol sumamente antiguo, desprende una energía sumamente grande pero suave y tranquila, por lo que siempre es grato estar cerca de él, es tan grande y hermoso que hasta parece irreal.

El recinto también es donde se encuentran las oficinas de los miembros del consejo, así como la base operacional de los gremios, por lo que el ingreso es sumamente estricto. Los miembros del consejo actualmente son el señor Esteban, considerado el mago elemental más grande de los últimos tiempos, la señorita Estela, jefa de los alquimistas y jefa directa de mi papá, la señora Laurencia, líder de los brujos verdes llamados así no porque sean verdes como en los cuentos sino porque trabajan con la naturaleza, el señor Ricardo el jefe del departamento de adivinación, la señora Samanta la bruja roja más fuerte hasta ahora y el joven Liam jefe del departamento de runas y sigilos. Todos son personas admirables que han hecho un gran aporte a la sociedad, los mejores en su área.

 En esta ciudad sin duda ser parte del consejo es de lo mejor que hay, tienen reconocimiento, fama, un gran dominio de sí mismos, sin mencionar que tienen un gran peso en la sociedad, no se toma ninguna decisión importante sin la aprobación del consejo.

 Todos los papás quieren que sus hijos, sean líderes de gremio o parte del consejo, pero casi ninguno quiere que sus hijos, sean exploradores, después de todo los exploradores siempre mencionan los peligros del oficio y aunque no se olvidan de decir las ventajas, para quienes no ven lo que ellos en persona, es más fácil pensar en lo peligroso que puede ser el oficio o esa es mi teoría sobre el asunto.

Mientras avanzábamos entre las calles pude ver que nos aproximábamos a la vereda central, esta era un claro de la ciudad, servía como punto de comercio y de reunión, pues la escuela quedaba muy cerca y el consejo también. A lo largo de los árboles que rodeaban la vereda, se encontraban una gran cantidad de tiendas

en donde te podías encontrar de todo, desde gemas mágicas, comida, ropa, juguetes y hasta tiendas de hechizos. Aunque estos últimos se compraban con un permiso especial, además, por si esto no fuera un gran impedimento también poseían un indicador para saber quién los preparo, hacer trampa en un examen no era opción, después de todo.

Apenas entramos al área comercial, el flujo de escobas y el bullicio no se hizo esperar, con miedo de caerme me aferré a mamá, la gran altura hacía que los que estaban caminando en la vereda se vieran diminutos. Mamá aceleró y pronto llegamos a la intersección, al ver el camino adornado con listones y enredaderas florales, la alegría se asomó en mi rostro una vez más.

Aunque nunca había venido, tenía tan presente la ruta que todo me parecía familiar. Para llegar al recinto del consejo teníamos que girar a la derecha en la primera vereda del centro comercial y después ir recto hasta ver la colina del sauce, este camino lo repase mentalmente infinidad de veces, por lo que todo se me hacía conocido, bueno con excepción de los adornos que me asombraban metro a metro.

 Llegamos al jardín exterior del gran recinto, las jardineras llenas de flores vistas desde arriba formaban los escudos de los gremios, los caminos blanquecinos, y los árboles que adornaban los jardines daban una imagen impresionante, mamá freno y me indico sujetarme fuerte, pues el descenso empezaba, al ver como el piso se acercaba cada vez más una gran emoción me empezó a recorrer el cuerpo, una gran sonrisa invadió mi rostro y por más que quería disimular no podía dejar de sonreír, por fin habíamos llegado.

Una vez cerca del piso, bajé de la escoba junto con mi mamá, apenas mis pies tocaron el piso, sentí la dureza de este, después de todo la sensación de caminar siempre se sentía extraña cuando se aterrizaba. Incluso recuerdo que cuando estábamos aprendiendo a manejar las escobas había quienes se mareaban una vez que aterrizaban.

Mis papás convirtieron sus escobas en sus baritas para poder guardarlas. Sin importar la cantidad de veces que me toca ver el truco, nunca me deja de asombrar, aun así, es más interesante ver como la barita se hace escoba, espero el día en que pueda hacerlo yo también, pero mientras tanto tendré que seguir cargando con mi escoba a todos lados.

La puerta del consejo se abrió de par en par y la señora Estela salió a recibirnos, esta era la primera vez que veía a un miembro del consejo, tenía un aspecto tan elegante y refinado, el cabello rubio platinado le adornaba de forma magnífica, sinceramente era una lástima que lo trajera recogido, sus rasgados ojos azules y la piel tan blanca que poseía, le daban un aire invernal junto con su forma de vestir.

Apenas se acercó, me dispuse a saludar de la forma más cordial que pude, pero solo me vio y se limitó a asentir como quien ve a una piedra en el camino, para ser la primera vez que nos veíamos, pude ver que no le agradaba mucho, mamá y ella quedaron frente a frente y tras un largo e incómodo silencio se saludaron de la forma más falsa que podía imaginar.

— ¡Estela!, querida... cuanto tiempo, te vez tan viva y tan... Ordinaria como siempre, se nota que por más que pasen los años tú no cambias— dijo mientras le daba un rápido apretón de manos, más a fuerza que por gusto

— Úrsula tan elocuente como siempre, qué gusto verte "querida", que hacen aquí pasen, adelante, sé que te sientes cómoda afuera porque no te gusta la etiqueta, pero haz un intento — dijo sacando de pronto un pañuelo de su saco, y así sin disimular, se limpió de forma descarada la mano, para posteriormente tirar el pañuelo al piso.

 Vaya primera impresión, me pregunto si todos los del consejo son igual de descorteses, ambas se quedaron frente a frente una vez más, pero antes de que pasara a mayores, mi papá se interpuso sugiriendo dirigirnos al sauce para el comienzo del evento, sin muchas ganas ambas siguieron su consejo. Me asombro muchísimo ver a mi mamá actuando así, pero ¿Qué tipo de broma era esta?, ella que era tan honesta, y que siempre decía que se tenía que tratar bien al prójimo ¿actuando así?, incrédula voltee a ver a mi papá, el me miró con cara de pánico y me hizo una seña indicándome que no dijera nada.

Dejando de lado el incidente una vez dentro del recinto no pude dejar de ver lo asombroso que era todo, las oficinas eran magníficas y aunque tenían mucho movimiento por el personal, todo estaba ordenado y con una ambientación muy amena, los variados candelabros y murales de cristal daban una sensación de amplitud y elegancia sin llegar a ser frio o demasiado ostentoso. Después de pasar por varios pasillitos llegamos al patio central del recinto, donde se encontraba el sauce.

Este destilaba una hermosa luz clara de color verdoso, flores blancas y botones adornaban sus ramas, algunas flores eran pequeñas y otras eran grandes, variaban mucho en tamaño y forma, pero tenían un encanto místico...

Después de un rato el patio estaba lleno de familias y el consejo apareció por fin situándose a bajo del sauce

— Bienvenidos, el día de hoy nos encontramos aquí para presenciar uno de los eventos más especiales y significativos que puede haber, la llegada de un familiar — dijo la señora Laurencia dando inicio al evento

 — Como ya sabrán un familiar es una gran responsabilidad, pues un familiar siempre es reflejo de su dueño — continuo la señora Estela con ese tono tan frio que la caracterizaba

 — Este es un compañero para toda la vida por lo que es importante que los respeten y amen como si se tratase de una extensión de ustedes mismos — continuo el joven Liam

 — Así como ellos siempre estarán dispuestos a dar la vida por ustedes, recuerden que es muy importante cuidarles en igual medida — resalto la señora Samanta

— Tener un familiar es lo mejor que les puede pasar, cuídenlo y les ayudara a alcanzar un brillante futuro— aseguro el señor Ricardo

 — Sin más que decir, invito a los jóvenes brujos a formar un círculo bajo este gran sauce, les deseo la mejor de las suertes y les pido empiecen a recitar su encantamiento uno a uno. —  finalizo el señor esteban

Después de escuchar el discurso, me coloque debajo del sauce junto a los demás. Todos mis compañeros de clase, uno a uno empezó a recitar el encantamiento, conforme terminaban de recitarlo, una flor del sauce dejaba caer una pequeña espora brillante y aterciopelada, que iba directo a las manos de quien dijera el hechizo, una vez en sus manos una luz brillante se desprendía de la pequeña espora y tomaba la forma de un animal.

Posteriormente cerraban sus ojos y después de un momento nombraban a su familiar, puesto el nombre los nuevos compañeros tomaban tamaño y color. Conforme mi turno se acercaba los nervios se hacían más presentes, al tiempo que mi cuerpo se tensaba y sentía la boca cada vez más seca, mis compañeros tomaban sus familiares y regresaban con sus familias.

Cuando mi turno llego trate de empezar de la mejor forma posible, pero mis cuerdas vocales no ayudaron mucho, debido a los nervios un tono tan agudo como un chillido salió de mi boca, provocando una carcajada de todos los presentes. Mientras sentía como me ardía el rostro procedí a aclararme la garganta con una pequeña tos. Respiré profundamente y comencé de nuevo, con los ojos cerrados esta vez.

 "Yo Lilian Ainswort, manifiesto ante todos ustedes que cuidare, protegeré y guiare a este nuevo ser hasta que mi luz se apague. Pido humildemente al Gran sauce me permita conocer a un compañero que me será tan leal como yo lo seré con él."

Lentamente abrí los ojos y volteé hacia arriba en la espera de que alguna flor se abriera, pero nada...  de pronto un sudor frio recorrió mi nuca al ver que ninguna flor tenía intención de dejar caer algo, ¿mis temores se habían hecho verdad?, volteé a ver al consejo preocupada y al hacerlo me di cuenta de sus rostros perplejos, se suponía que, aunque digas mal el encantamiento tu familiar llega a ti, ¿era solo un rumor? ...no, lo había dicho bien, aunque con un contratiempo otros se equivocaron también y ya tienen a su familiar en brazos.

 Estaba por darme por vencida cuando Liam señalo en un grito, "AHÍ ARRIBA, MIRA”. Una pequeña flor apenas visible se había abierto, una cálida espora llego a mis manos y una pequeña ave se empezó a formar entre ellas, podía sentir como se empezaba a mover poco a poco, su calor y suavidad me llenaron de gran alegría,

sentía como si conociese esa pequeña criatura desde siempre, y como si siempre lo hubiera sabido mis labios pronunciaron una vez más " te nombre es Finn". Tras mi corta frase un cuervo blanco salió de la grata luz

y se posó sobre mi hombro. Por fin tenía a mi anhelado compañero…

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