Capitulo 14- Debo ser fuerte

Era domingo por la mañana, Luna se hallaba embojotada en las sabanas de la cama, no quería levantarse, sabía que estaba actuando muy inmaduramente, pero no podía evitar sentirse de esa manera, Dereck nunca apareció y para completar tampoco le había enviado un mensaje, nada... Diego había querido llevarla a caminar para que se despejara, pero ella se había negado a su buena intención, solo quería dormir, por horas o días si era posible, había llorado hasta más no poder y de esa manera se había quedado dormida, no tenía hambre, pero sabía que debía comer, no podía permitirse el lujo de enfermarse, se levanto sintiendo una pesadez en el cuerpo, al ir al baño y verse en el espejo, no le gusto ni un poquito lo que veía tenía los ojos hinchados y la nariz roja, se sentía tan triste, unas lagrimas amenazaron por salir nuevamente, pero ella las detuvo, ya había tenido suficiente, después de cepillarse los dientes, se echo un baño, no sabía cuanto tiempo había dejado que el agua recorriera su piel, pero no le importo, lavo su cabello tantas veces que si quedaba algo de mugre sería un milagro, luego salió envolviéndose con una toalla, en lugar de buscar ropa se sentó al borde de la cama, coloco ambas manos hacía atrás, apoyándose en la cama y miro al techo ¿Qué veía? Nada en particular, luego miro su habitación detenidamente, ella era esa chica normal, que en lugar de colores vivos o estampados con dibujos, optaba por el blanco, tenía una hermosa cama que en la parte de arriba tenía para colorar libros, blancas y una que otra vez un rosa muy claro, una mesa de noche al lado de esta, y otra más pequeña al final de la cama, una gran alfombra gris en el suelo, un gran espejo donde solía tomarse una que otra foto, tenía un pequeño espacio donde tenía su biblioteca y cerca su escritorio, tenía el cuarto que cualquier chica de bajos recursos desearía tener, pero la ironía de la vida, tenía tantas cosas, pero desearía cambiarlo por unos padres amorosos, por una vida más simple, suspiro, entro a su closet cerrando la puerta tras si y se vistió poniéndose lo primero que encontró, de todas mameras no tenía planeado salir.

En eso tocaron a su puerta, tras decir que pasaran, vio que se trataba de Susana.

-Señorita, su desayuno esta servido ¿Se lo traigo o bajara a comer?

-Tráemelo por favor -sonrió-

-¿Se encuentra usted bien?

-Si, si, tengo una pequeña alergia -mintió- ya me tome un antialérgico.

-Entiendo, con su permiso.

-Propio -respondió Luna-

A lo que Susana sale su teléfono repica, antes de agarrarlo su corazón ya iba a millón, pero todo ceso hasta que vio el remitente.

-¿Si?

-¿Cómo estás Luna? -pregunto Diego preocupado-

-Estoy bien -dijo tratando de que su voz no la delatara-

-Bueno, estoy afuera de tu casa -dijo antes de añadir- lamento haber venido sin previo aviso, pero sabía que si te decía, no hubieras dejado que viniera.

-Entiendo... ¿Ya desayunaste?

-La verdad es que no, me pire casi volando, estaba preocupado.

-Bueno, toca y pasa, ya bajo a recibirte.

Luna corto la llamada, salió de su habitación, bajo las escaleras y lo vio en la puerta principal, por un momento tuvo las ganas de salir corriendo y abrazarlo, en poco tiempo se había vuelto alguien importante, algo así como su mejor amigo. Vio que Susana estaba a su lado y le dijo.

-Susana, él comerá conmigo, así que por favor sírvele de lo mismo que comeré yo y lo llevas a mi habitación.

-Enseguida señorita -dijo para luego desaparecer-

-Ven -le dijo Luna-

Entonces empezó a subir los escalones, sabía que Diego venía tras ellas, pues podía escuchar sus pisadas, era lo único que se escuchaba en esa enorme casa, luego de entrar a su habitación se hizo a un lado para dejarlo entrar.

Tras hacerlo se volvió hacía ella y tocando su cara le pregunto.

-Luna sabes que puedes confiar en mi -dijo mirándola tristemente- Puedes hablar conmigo de cualquier cosa, así que estoy abierto a escuchar que es lo que te ocurre.

Luna lo vio fijamente a los ojos, por un pequeño momento deseo haberse enamorado de Diego y no de Dereck ¿Por qué en su vida pasada no se había dado cuenta de lo increíble que era aquel chico? y entonces en un pequeño impulso lo abrazo con fuerza, una parte de ella por un momento quiso besarlo, pero no podía, no quería arruinar aquella amistad que había construido con él, el miedo estaba presente, debía ser fuerte y poder salvar a Dereck, ya luego de eso, podía ver que hacer con su vida, hasta entonces solo tenía que levantarse una y otra vez.

-Todo estará bien -dijo Diego acariciando su cabeza-

Luna levanto la mirada, le sonrío, Diego miraba sus tristes ojos y sentía tanta rabia, de seguro había sido el idiota aquel que había hecho que llorara nuevamente ayer, tenía los ojos muy hinchados, él quería protegerla, quería hacerla feliz ¿Por qué no se había enamorado de él en lugar de aquel patán? En eso tocaron a la puerta, ambos se separaron, Luna respiro profundo y dijo.

-Adelante

Susana entro con una gran bandeja, la llevo al balcón y empezó a bajar la comida y ponerla en la mesita que estaba afuera, era lo que Luna acostumbraba a comer, tostadas, huevos revueltos, jugo de naranja y manzanas cortadas y peladas, Luna le agradeció y luego Susana se retiro, ambos se sentaron en las sillas con cojín que habían, empezaron a comer en silencio, Luna apreciaba el no tener que sentirse incomoda estando de esa manera, agarro un poco de miel y la unto en el pan, siempre le colocaban por si quería, pero muy pocas veces lo hacía, Diego realizo el mismo procedimiento y siguieron comiendo, la comida estaba rica, no había necesidad de negarlo.

La mañana transcurrió muy tranquilamente, se pusieron a conversar de todo y de nada a la vez, Luna se sentía cada vez más relajada, tenía una misión que cumplir, no podía echarse a morir y agradeció a Diego que la cuidara de esa manera.

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