Capitulo 10- Tristeza y dolor.

Luego de haberse comidos los helados, Diego y Luna siguieron charlando animadamente, así transcurrieron dos horas y luego se despidieron, cada quién agarro por su lado, aunque Luna se ofreció a enviarlo a casa con el chofer de la casa, este se negó rotundamente, alegando que vendrían a recogerlo enseguida, al llegar a casa Susana le comunico que le había dado el recado al joven y este se había marchado, Luna se sintió un poco mal por Dereck, pero Diego la necesitaba, realmente quería hacer las cosas bien y si podía salvarlo en esta vida de que se hiciera daño, eso haría. Luna iba subiendo las escaleras cuando.

-¿Ya has terminado?

La voz de Dereck hizo que se estremeciera y se volviera, ahí estaba él, vestido completamente de negro, con las manos en los bolsillos viéndola detenidamente, no parecía tener mucho animo.

-Ah si -dijo un poco apenada por la situación- lo siento, tenía algo que atender.

-¿Era algo importante? -pregunto con un tono que daba lugar a dudas su enojo.

Luna medito un momento su respuesta...

-Pues si, si lo era, ya que estas aquí, ven, sigamos haciendo el dibujo.

-¿Sabes qué? La verdad no me siento muy bien -dijo tras pensarlo un momento Dereck- mejor continuamos mañana.

Y sin esperar respuesta alguna se dio media vuelta y se fue por donde vino, Luna lo miro extrañada "¿Estará pasando por algún problema familiar?" pensó Luna, pero trato de no darle importancia y subió a su habitación.

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Al día siguiente tuvo su rutina normal, levantarse, cepillar sus dientes, bañarse, vestirse, bajar a desayunar e ir a agarrar el bus. Pero cuando este hizo la parada donde Dereck subía, este nunca lo hizo, aquel gesto hizo que Luna se preocupara, no entendía que estaba pasando, aún faltaban meses para que Dereck no abordará el autobús y que lo viera con la muchacha de sonrisa macabra. Pero Luna al ver por la ventana, no lo vio, tuvo la cabeza en otra parte toda la mañana, no lograba verlo por ningún lado y no tenía la suficiente confianza como para preguntarle a sus amigos, se encontraba en la cafetería con la cabeza en la mesa pensando en que hacer con su vida, cuando Diego se sentó a su lado.

-Tierra llamando a Luna ¿Hay señal? -dijo poniendo frente a ella una manzana

-No sé...

-¿Qué tienes? Estás toda rara.

-No sé que paso, no sé si estoy haciendo las cosas bien.

-¿Es por ese chico?

-Si, digo no, bueno si, ay ya no se -dijo volviendo a poner la cabeza en la mesa.

-Primero deberías decidirte ¿Si o no?

¿Sabes qué? Olvídalo, mejor vamos al aula, deje mis cosas allá -lo pensó un poco- ya mañana es sábado, el tiempo se va volando ¿Ah qué hora nos reunimos para el trabajo? -le dijo mientras se levantaba y agarraba la manzana-

-¿Te parece a eso de las 9? Creo que es buena hora.

-Pues si, me parece bien, me gusta levantarme sobre las 8 los fines de semana

Ambos empezaron a hablar de que parte le tocaba al otro realizar, cuando Luna se detuvo al ver a Dereck en uno de los pasillos, estaba hablando con ella, si ella, la muchacha de la sonrisa macabra, entonces vio como está se le lanzo en sus brazos y estampo un beso en sus labios ¿Lo peor? Dereck no estaba haciendo nada para apartarla, entonces la vista fue bloqueada por la mano de Diego, quien atrayendo el cuerpo de Luna hacia él, la llevo por otro pasillo, cuando estuvieron allí, Diego seco sus lagrimas, Luna ni cuenta se había dado que había empezado a llorar, entonces si decir nada simplemente lo abrazo y empezó a llorar sin hacer ruido, sentía que sin importar lo mucho que tratara de cambiar las cosas, no podía, ahora todo se estaba adelantando a el tiempo que debía ser ¿O todo ese tiempo había empezado desde estas fechas y ella no lo sabía?, Diego empezó a deslizar su mano por las espalda de ella a modo de consuelo.

-Ven, voy a por tus cosas y nos vamos ¿Esta bien?

Luna simplemente asintió, Diego la agarro de la mano y la llevo al aula, él paso, recogió las cosas de ambos, salió volvió a agarrarle la mano y la llevo al parqueadero, donde le abrió la puerta de su auto, la hizo ingresar y tras el ponerle en cinturón de seguridad, se subió también y arranco, no queriendo que se fuese a su casa de esa manera, la llevo a una plaza que estaba cerca, donde ambos dejando los morrales en el auto, bajaron a caminar sin decir ni una sola palabra, Luna empezó a calmarse poco a poco, Diego tras que ella se sentara en un banco del lugar, fue y le compro una botella de agua, luego se la abrió y se la dio, Luna se tomo la mitad y luego se relajo un poco más.

-No te voy a preguntar como estás, porque creo que es evidente que no estás bien... ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

-Estaré bien, tranquilo, solo quiero permanecer así un rato más

-Esta bien, si necesitas algo me dices y si esta a mi alcance te lo doy.

-Gracias, en serio -Luna le sonrió- ¿Te gusta alguien?

-Si -dijo Diego sin vacilar-

-¿Y ella lo sabe?

-No

-¿ Por qué no se lo has dicho? -dijo viéndolo a los ojos.

-Porque yo no le gusto, le gusta otro y el decir mis sentimientos, solo haría que las cosas se pusieran incomodas entre nosotros, no quiero perderla, prefiero tenerla de amiga, si ya sé el resultado ¿Por qué perder el tiempo?

-Nunca sabrás si tienes o no una oportunidad sino te arriesgas, recuérdalo, tienes una sola vida, debes aprender a soltar el pasado, no debes preocuparte por el mañana porque uno nunca sabe si llegará, por eso vivir y disfrutar el presente es lo más sano.

-Luna, entiendo todo lo que dices, pero hay veces que por más que uno luche contra el destino, lo que tiene que ser será y lo que no también.

Luna escucho esas palabras sintiendo que algo dentro de ella se rompía en millones de pedacitos.

-Me niego a aceptarlo, si sabes que esa persona gusta de otra y sabes que esa otra persona solo le hace daño, debes arrancarla de su vida le guste o no. Sino, solo la verás sufrir o incluso, podrías llegar a ver como esa otra persona solo entra en su vida para destruirla o quitársela.

Diego se quedo viendo un rato a Luna ¿Es qué ella estaba consciente de lo que decía? Con esas palabras, solo lo estaba alentando a que sacara a ese patán de su vida, Dereck no merecía que Luna derramara ni una sola lagrima por él, se sentía enojado, con Dereck y con él mismo, pero no podía decirle sus sentimientos y menos en ese momento, donde Luna solo necesitaba un amigo y no alguien que aprovechara su momento de debilidad.

-¿Me llevas a casa? Ya me he calmado y hoy tengo cosas que hacer.

-Por supuesto.

Fueron al auto, subieron y Diego llevo a Luna a su casa, pero antes de bajarse, Luna lo vio un momento y tras una lucha interna, lo abrazo.

-Gracias -susurro, sintiendo que iba a romperse a llorar nuevamente-

-Esta bien -Respondió, acariciando su cabeza- todo va a estar bien.

Luego se despidieron, Luna bajo y entro a su casa, no tenía ánimos de ver a Dereck ese día, pero no tenía su número para cancelarle, las horas pasaron y parece que no debía cancelarle, porque esté nunca apareció, aquella noche Luna no pudo dormir, al menos no lo suficiente como para arrancar el dolor.

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