Amanecer con él

Capítulo 18

Jacob despertó de inmediato abrazó a su esposa mientras ella seguía dormida, sin poder evitarlo comenzó a besarla.

—¿Qué pasa?.—preguntó Alejandra adormilada aún.

—Nada cariño, es hora de prepáranos para irnos.—respondió Jacob

Él continuó llenándola de besos, Alejandra le sonreía, no podía creer lo que estaba sucediendo ya no era solo su esposa legalmente, también íntimamente.

Jacob se levanta se va al baño, llena la tina para bañar a su esposa. Regresa por ella, la carga y la lleva hasta la tina.

—No es necesario, yo puedo limpiarme.—le dice Alejandra

—Compláceme quiero bañarme contigo y limpiar tu cuerpo.—le decía Jacob

—Está bien.—respondió Alejandra

Jacob pasaba una esponja por todo su cuerpo al mismo tiempo la acariciaba, Alejandra sentía que su temperatura corporal volvía a elevarse. Jacob la pegaba a su cuerpo, una vez más comienza a besarla, él acariciaba cada parte de ella hasta hacerla gemir, Jacob quería hacerla suya, pero se contiene le ayuda a salir de la tina, comienza a secar su cuerpo sobre todo a besar cada parte de ella. Él la sube en el mueble del lavamanos y ahí comienza a adentrarse en ella, gemía de placer. Aún ella era inexperta y a él le gustaba eso poder dominarla, hacerla suya. Eso es lo que más le excitaba, la cambia de posición y la comienza a embestir de espaldas ella apoya sus manos sobre el mueble y el pone su mano en su pelvis y la empuja hacia él. Él ya no puede contenerse, termina. Y comienza a besarla ella lo besa con ternura y se meten a duchar juntos.

Estaban por irse de viaje, pero era más la pasión que sentían el uno por el otro, que dentro de la habitación no pasaba el tiempo para ambos. Ella se sentía diferente, se miró en el espejo y observaba su cuerpo. Era notable todas las mordidas que él le había hecho, era un gran amante. Estaba descubriendo una parte de ella que no conocía.

Tocan a la puerta de la habitación, él atiende el llamado. Era Enedina.

Señor, le envían de la oficina a su nuevo asistente.-Enedina

Esta bien, nana. bajo en un momento. Por favor ven a ayudar a mi esposa a preparar nuestras maletas.-Jacob

Si señor. Ya vuelvo.- Enedina

Alejandra se queda asombrada, hay un nuevo asistente. Y Diego?. Será prudente preguntarle a su esposo por él.

Cariño, voy a mi despacho. Enedina vendrá a ayudarte con las maletas. No te preocupes ella sabe y te enseñará que es lo que llevo de ropa.- Jacob

Si esta bien, te veo ahorita.-Alejandra

Él la besa y sale de la habitación. Ella peinaba y secaba su cabello, y no dejaba de pensar qué pasó?; por qué Diego no iría con nosotros o donde está?. Pero por prudencia no podía preguntar, pero se le ocurrió preguntarle a alguien más. En eso llaman a la puerta.

Adelante.- Alejandra

Permiso señora, que bonita se ve hoy.- Enedina

Gracias ene, oye Enedina, puedo hacerte una pregunta?.-Alejandra

Claro señora, dígame qué pasó?.-Enedina

Y Diego?.-Alejandra

Ay señora, tuvo una discusión con el señor. Por favor no vaya a preguntarle nada al señor. No vaya a tener un problema con él, y menos si pregunta por un hombre. Él es mi celoso.- Enedina

No te preocupes Ene, pensé que eran amigos inseparables.- Alejandra

Si el señor le cuenta, que bueno. Si no usted como si no sabe nada.- Enedina

Sabía que ella lo conocía bien, no quería arruinar el momento que estaban viviendo. Pero si la inquietaba, tal vez algún día ella también sería desechada de su lado, cuando él ya se canse de ella.

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