capitulo 8

_ ¡L-lady zenith!

Grito Flora corriendo hasta ella, algo agitada, pues cuando zenith corrió dentro del callejón, Flora no lograba encontrarla.

_¿Dónde estaba? ¡Estuve preocupada por usted! ¿No está herida, cierto?

Dijo la joven sirvienta revisando de arriba a abajo a zenith quien, confundida, solamente comenzó a reír.

_ Estoy bien, por suerte este buen hombre me ayudó con los matones.

_¿hombre?

Flora se quedó pálida al ver a zereth frente de ella, haciendo rápidamente una reverencia.

— Lady zenith, creo que deberíamos irnos, el carruaje está preparado —dijo Flora, algo temblorosa—.

—¿El carruaje? ¡Ya veo!—dijo zenith

antes de irse la chica saco de su canasta una bolsa de papel llena de pan dándosela a zereth quien se quedó en silencio mirando la bolsa

_¿y esto?

_¡lo siento debo irme!

Grito zenith a unos cuantos metros alejada de él corriendo hasta el carruaje, mientras que él la miraba marcharse. Abrió la bolsa viendo que eras muchas galletas y algunos pastelillos (masas dulces), pensó mientras tomaba una galleta y la comía.

_ No me gustan los dulces… Pero esta vez lo dejaré pasar —dijo entre murmurios.

_ Su majestad, lo estaba buscando, ¿dónde estaba? —preguntó eron el caballero de zereth

_ Solo había ido a caminar.

Eron se quedó en silencio mirando en las manos de zereth la bolsa de galletas para después mirarlo a él, era una novedad que zereth comiera algo dulce, pues, él, más que nadie, sabía que a zereth no le gustaban las cosas dulces, pero no podía quedarse con la curiosidad. 

_¿Alguien le regaló masas dulces? —preguntó eron curioso.

_ Se diría que si, eron, prepara mi carruaje, haremos una visita a la casa Calypso

—Sí, su majestad —dijo el hombre haciendo una reverencia para después retirarse.

Mientras que, por otro lado, estaba zenith comiendo pan de queso mirando por la ventanilla como estaban a punto de llegar, quería ir a todos los lugares posibles menos a su hogar, la chica se quedó en silencio al ver cómo el carruaje entraba a los terrenos de la mansión, al bajar vio como guila parecía estar esperándola

_¡Hermanita! Te estuve buscando cuando volví, ayer me tenías muy preocupada —dijo guila sonriendo de manera dulce

_ Uh, gracias por tu preocupación, pero estoy bien como logras verlo.

_oh vamos, vayamos a beber una taza de té para estar mejor entre nosotras, hice que prepararán el mejor te que podrás probar

Guila tomó a zenith del brazo de forma delicada. 

_no gracias, venía comiendo algo salado y no quiero que me sepa amargo -dijo zenith mirándola

¿Por qué me evita? ¿Qué hice mal? Esas eran las preguntas que guila se hacía mientras su expresión se enfureció un poco, pero los pensamientos de zenith eran mucho muy diferentes, cada que veía a guila no podía creer que a ella la habían matado por un hombre obeso y feo como el emperador. 

_zenith -dijo dalton mirándolas desde la entrada de la mansión llevando su bastón

_abuelo -dijo zenith haciendo una pequeña reverencia

el hombre miró a guila y le recomendó irse. Eso demostraba que pasaba algo y que zenith estaba involucrada. Cuando guila se fue en lugar de llevar una sonrisa, parecía estar irritada. 

_zenith, ¿cómo te as sentido?

_ah!, muy bien, ¿porque? ¿paso algo?

Dalton estaba preocupado, al parecer zenith no recordaba nada de esa noche, lo que no podía sacarse de la cabeza era el hecho de que el emperador la habia traído a casa, un hombre tan sanguinario como él… 

_ Solamente me tenías un poco preocupado, ya que esta mañana no te vi y me avisaron que habías salido al pueblo —dijo él. 

Lo siento, debí avisarte, no volverá a pasar —dijo ella algo arrepentida y apenada al mismo tiempo. 

_no te preocupes, solamente quería ver qué estuvieras bien -dijo el sonriendo algo calmado

ambos entraron a la mansión sorprendiendose pues el padre de guila estaba furioso y al ver a zenith quería ir y jalarla del cabello pero se controlaba por su padre

_zenith, ¿que diablos haces tan tarde fuera de casa? -exclamo enzo-

_ah?

_y lo peor de todo, es que causando problemas, dijo el hermano de guila Luise —. 

Habían enviado a una sirvienta a seguir a zenith desde lejos. La dama habia presenciado su encuentro con aquellos matones, pero decidió cambiar algunos hechos de la historia para dejar mal parada a zenith. 

_ Creo que es un error, lamento causarle problemas, padre. 

Enzo se quedó en silencio, frunciendo el ceño algo furioso.

_tu abuelo no te defenderá zenith -dijo el

—A ver aquí el que la adoptó fui yo, no ustedes, hijo —dijo Dalton interviniendo—. Por lo tanto, es mi responsabilidad, no tuya. 

_¿ah? pero padre, a esta chica le falta educación, es rebelde y necesita una lección

_eso lo decido yo -dijo dalton algo molesto

guila estaba en una esquina de la habitación mirando la situación parecía que le daba gracias ver cómo su hermana se metia en problemas

Pues la sirvienta que había ido a vigilar a zenith era sirvienta de Güila. 

_ No entiendo, padre, ¿por qué me odias tanto? Yo no elegí que me adoptaran —-dijo zenith con la voz a quebrada por las ganas de llorar.

_¿que? vaya sabandija primera vez que te preocupas por ello

_ Te prohibo que le hables de esa forma a mi nieta —dijo Dalton— y si solo viniste a amargarme la tarde, puedes retirarte. 

...¡El emperador zereth secrash ha llegado! ¡Den la bienvenida a la esperanza del imperio!...

Todos se paralizaron al escuchar lo que provenían desde afuera de la mansión y zenith solamente corrió hasta su habitación aprovechando la oportunidad.

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