capitulo 5

...Esa misma noche en el baile......

Todos estaban charlando como siempre,  el lugar estaba decorado con adornos de todo tipo, las enormes mesas rebosaban de comida. Güila, con su hermoso vestido de color rojo , entró al lugar sin prestarle atención a la gente que la adulaba, miraba a los lados como en busca de alguien. 

Todos los hombres del salón no dejaban de elogiar a Güila y de hacerle saber lo hermosa que estaba. Los elogios eran algo molestos, ya que no paraban, pero ella les dedicaba una dulce sonrisa. 

Para Güila eran solo unos tipos ignorantes e insignificantes, pero no dejaba de ser amable con ellos, pues parecía que la persona a la que estaba buscando no iba a aparecer. 

Por otro lado, con paso decidido, zenith llegó al salón captando las miradas de todos los invitados, incluida Güila, quien se giró con emoción hacia ella, pero aquella sonrisa se borró al ver que no estaba usando el vestido que había escogido para ella. 

_¿Ah?, zenith, qué pasó con el vestido que escogí para ti —preguntó confundida.

_ lo siento hermana, este me parecía más... Bonito. 

Güila la miro asintiendo con la cabeza, pero sus pensamientos eran otros, se suponía que ella tenía que destacar entre todas, no zenith, ¿por qué ella?, pensaba, pero aquellos pensamientos se esfumaron cuando anunciaron la llegada del emperador, zenith solo se fue a una de las mesas de postres a comer, quería pasar de desapercibida

¡Su majestad, zereth secrash ha llegado!

(zereth, ahora lo recuerdo, su nombre era zere...). La chica se quedó pálida observando a un hombre robusto y obeso llegar; no podía creerlo. ¿Ese era el emperador por el que la habían matado?, zenith se quedó en shock unos cuantos segundos, nunca imagino que una decepción le pegaría así de fuerte. 

Sin darse cuenta de que había visto al hombre equivocado, un hombre alto de cabello negro y figura firme, parecía ser un hombre atlético, con un par de ojos dorados  caminando hacia delante saludando a todos los invitados, pero zenith no había logrado verlo.

_ Bien, es hora de divertirme un poco. 

Se dijo entre murmureo, tomando una de las copas de la mesa. Planeaba beber hasta morir, porque de igual forma, nadie la tomaría en cuenta, solo tenía que esperar a que la fiesta terminara. 

_¡lady zenith! -dijo uno de los invitados

aquel hombre era viejo, pero atractivo. El hombre miró a zenith quien se puso recta ante aquel hombre y sostenía la copa de vino en sus manos. 

_¿sí?

_ Pero mira como has crecido, tu abuelo estaba muy feliz cuando llegaste a la familia, dijo él.

La charla se alargó un poco, hablando de cosas que ni siquiera ella misma entendía, pero igual le seguía la corriente. Al parecer, quien la había adoptado había sido el abuelo de güila. Ahora entendía él por qué el duque nunca la aceptó. 

Güila, quien estaba hasta el frente de todas sus amigas, notó que zenith hablaba con un hombre, así que con una sonrisa dulce la llamó. 

_¡hermanita! -grito ella

zenith la miró, parecía ser que güila estaba rodeada de un grupo de chicas, ella solo se quedó en silencio para después hacer una pequeña reverencia.

_ Lady güila

_ Oh, vaya, hermanita, sabes qué puedes decirme, hermana, incluso enfrente de las personas —dijo guila sonriendo.

Antes de decir una palabra zenith fue interrumpida por una de las amigas de guila quien la miró con indiferencia y asco.

_ Por Dios guila ella ni siquiera es sangre azul, deberías de hacer que lama la suela de tus zapatos.

_ No seas tan cruel, ella se crio conmigo.

_ Eres muy amable

Zenith observó en silencio y frunció los labios. No quería hacer un escándalo, así que simplemente desvió la mirada, pero cuando estaba por retirarse de ahí, una de las chicas le metió el pie provocando que cayera al piso. 

_ ¡Por Dios, hasta hace el ridículo! Vaya, que no tiene modales, dijo otra chica — vámonos, güila.

Güila miró a zenith en silencio, pero cuando estaba por ayudarla, zenith intentó ponerse de pie sujetando por error el mantel de la mesa jalándolo al mismo tiempo. La comida de la mesa cayó encima  de las amigas, quienes se pusieron histéricas. 

_¡mi vestido! 

Grito, una de las chicas histéricas. 

(No pude ver a su majestad), pensó güila decepcionada, pero al ver cómo todas comenzaban a llorar por sus vestidos arruinados, una de las chicas la empujó por error hacia la mesa de vinos cayendo sobre el gran jarrón  de vino  frente a ella y al momento de que este se rompió, el vino cayó sobre ella.

_¡ahh!

Grito güila (¡m-mi vestido!) miró sus manos y observó como todos dirigían la mirada hacia ella burlándose entre murmullos, pero al buscar a zenith con la mirada, la chica se había logrado escabullir lejos del salón.

_¡zenith! 

...... ...

_ ¡No puedo creerlo, no puedo creerlo! 

Había logrado esconderse detrás de las cortinas del balcón, estando sentada, tapando su boca para no hacer ruido. Había hecho un escándalo cuando su objetivo era pasar desapercibida. 

.........

zereth que había visto todo el teatro se mantuvo neutral notando como una chica de cabellera albina se iba corriendo en el apto, sin decir nada continuo hablando con uno de los miembros del consejo real , pues no podía dejar la charla así

(esa chica, seguro y tiene algo que ver con lo que pasó) pensó el

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