capitulo 10

_¡ahh! ¡No puedo creer que el emperador me haya invitado a beber el té en el palacio mañana! —grito güila

todas las sirvientas no dejaban de elogiar a Güila sin saber que todo había sido gracias a zenith, pero la chica no quería darle más vueltas al asunto subiendo a su habitación, dejándose caer en la cama, aferrándose de alguna de las almohadas, ahogando un grito en ella.

_¡maldita sea!

Dijo zenith golpeando la cama con la almohada (se supone que tenía que evitar conocerlo, aparte, ¿qué no se supone que estaba obeso?, ¡No está obeso!), pensaba ella haciendo berrinches para después de una hora calmarse y quedarse acostada en la cama mirando el techo mientras rezaba.

(Dios, Buda, dios mío, Jesús) pensaba en varios dioses al mismo tiempo, deseaba con todas sus fuerzas que se fijara en güila y todo se resolviera. 

La chica tenía la opción de robar algunas joyas y escapar del palacio, pero no quería dejar solo a su abuelo y, aparte, no sabía la reacción que tendría zereth ante aquella acción, quizás la buscaría para después tenerla como prisionera.

No podía estar todo el tiempo en la habitación, así que cuando estaba decidida a salir, escuchó a Güila caminando junto a luise 

_parece que por fin el emperador se fijo en mi! -dijo guila

_si pero fue todo gracias a esa rarita guila , ¿dime qué harás? -dijo Luise

guila se quedó en silencio sonriendo de manera dulce, mientes que zenith estaba detrás de la puerta de su habitación escuchando todo

Zenith se cubría la boca escuchando todo detrás de la puerta; eso era lo que exactamente quería evitar. 

_ Primero necesito relajarme… —dijo ella entre susurros. 

Zenith salió de su habitación caminando hasta la cocina, encontrándose con Flora en el camino, quien al verla estaba al borde de las lágrimas.

—¡l-lady zenith!, no puedo creer lo que pasó, ¿en serio irá al palacio imperial?—dijo Flora al borde de las lágrimas.

_ No tengo opción, Flora, ¿podrías prepararme algo de comer?—dijo ella

_claro que si lady zenith

_zenith -dijo dalton mirando a zenith entrar a la cocina

el hombre camino hacia ella llamándole la atención, estaba preocupado y tenía sentimientos encontrados no podía ni siquiera pensar en lo que podía pasarle a zenith

_¿abuelo? ¿que pasa? -dijo ella sonriendo dulcemente

_zenith , por favor ten mucho cuidado si? y elije tus decisiones sabiamente

la chica se sorprendió hace mucho que no escuchaba aquellas palabras, solo sonrió y lo abrazó, olvidando por un momento quién era aquel hombre. 

_lo tendre en cuenta abuelo!

Por otro lado estaba guila escuchando toda la conversación escondida en el anaquel que estaba detrás de la puerta de la cocina; tenía una mirada fría. 

_y que haces aquí?

_ Lo que pasa es que me dio hambre, pero Flora ya me está preparando algo.

_comprendo -dijo dalton

Dalton odiaba la simple idea de ver a zenith en las garras de aquel lobo despiadado, no comprendía cómo fue que terminó en esa situación, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Flora, quien se acercó con un plato de carne con ensalada y un zumo de naranja. 

_¿no tomarás asiento abuelo? -dijo ella

_tengo que atender unos asuntos ,¿estarás bien si te dejo sola unos minutos? -dijo el mientras la miraba poniéndose su saco

_claro que si, no soy ninguna niña puedes estar seguro de eso -dijo ella riendo un poco

después de que se fue dalton la chica se quedó sentada después de haberse terminado la comida mirando alrededor teniendo el tenedor en la boca jugando con el

_miren quien está aquí -dijo Luise llegando al comedor mirando a zenith con asco

_¿que necesitas hermano.? -dijo el

_ Vaya, ahora, incluso tienes modales, parece que ese hombre sí te enseñó algo bueno y no a holgazanear. 

Ella se quedó en silencio, parecía que a ese hombre le faltaba una gran porción de hombría.

_y a ti un poco de educación, si no necesitas nada puedes irte -dijo ella

_¡ja! ¿cual es tu problema?

_muchos y si te vas, créeme que resuelves uno de ellos. —dijo ella mirando de forma glacial a Luise. 

En el rostro de Luise se marcó la furia que sentía acercándose a ella golpeando la mesa en el intento. 

_ Mira zenith, ve reconociendo tu lugar en esta casa; aquí el que ordena soy yo cuando padre no está y me vas a respetar. 

Ella sonrió levemente. Ese tipo parecía que solo ladraba, pero no había acción, estaba harta, no planeaba seguir aguantándolo. 

_¿Lo dices por miedo? ¿A qué me convierta en emperatriz y venga a buscarte para que seas al primero que decapiten? Tranquilo, si mejoras esa boquita tuya, quizás reconsidere a venderte como esclavo, que es por lo mucho que vales —dijo ella 

Luise se sobresaltó sintiendo un pequeño escalofrío recorrer su espalda mientras que miraba zenith quien seguía jugando con el tenedor. 

_¿Te atreves a amenazarme con algo tan estúpido? Todos sabemos que guila será emperatriz, tú no. 

_ Puff.., ¿y quién dijo que no puedo?, guila es guila, yo soy quien soy y no necesito el apoyo de mi familia para conseguir lo que quiero.

Dijo zenith levantándose de la mesa, caminando a un lado de Luise

_y preferiría un poco más de silencio cuando esté comiendo sola, yo no te molesto cuando estás comiendo

Luise la miró marcharse y rechinó los dientes. 

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