Capítulo 1: Una Cara Hermosa

Su cuerpo estaba rigido y dolorido,

como si hubiera pasado horas

corriendo un maratón. Cada una de

sus extremidades contaba la historia

de la salvaje noche anterior. Sus

músculos estaban cansados y

abusados. Algo loco debe haber

sucedido.

Sasuke Uchiha abrió los ojos a

regañadientes para ver un rostro

increiblemente guapo frente a el. El

hombre tenía unas tres marca en cada mejilla, parecía las de un gato pensó. Tenía la piel bronceada y mantenía una expresión estricta incluso mientras dormia.

Sus ojos estaban cerrados, pero el

los recordaba tan azules como el cielo sin nubes, ocultando el

peligroso misterio que lo habia

atraído hacia él. Su pelo era puntiagudo y

rubio, extendiendose desordenado

sobre su cabeza, era muy destacado

en la almohada blanca.

Solo recordaba algunas cosas sobre

la noche. No era de extrañar que su

Cuerpo estuviera tan dolorido ahora.

El sexo que habian tenido fue

increible y diferente a todo lo que

habia hecho antes. El habia sido

como un animal, queriendo arrasar

su cuerpo durante horas y horas.

Finalmente, se durmieron en los

brazos del otro, ambos agotados.

Sasuke casi se sintio un poco culpable

por todo lo que habia sucedido, pero

alejó ese sentimiento. Su novio,

Suigetsu, lo habia traicionado, y el

estaba tan enojado que decidió salir

a beber. El resto de la noche estaba

un poco borroso en su memoria.

Podia recordar haberse ido con un

hombre hermoso, y sabia que se

habia acostado con él. Más allá de

eso, todo estaba en blanco. No tenía

ni idea de qué más había pasado.

Suigetsu lo había llamado en algún

momento? No lo sabía.

El blondo a su lado era

definitivamente un extraño. Sasuke se

preguntaba si era un escort o

simplemente un chico común, pero

no podía saberlo. Si era un escort,

entonces definitivamente tenia que

ser uno caro. Era tan bello que casi

no se atrevió a darle una segunda

mirada.

Sasuke sabia que no queria

enfrentarse a hablar con él. Tenía

que salir de alli lo más rápido

posible. Lentamente salió de la cama

y se sonrojó cuando vio toda su ropa

sobre el suelo esparcida entre la de

él. Pudo darse cuenta que estaban en

una habitación de hotel.

Todas las sabanas eran blancas, y

habia una lista de numeros Junto a

un telefono alambrico sobre la

mesita de noche. Sasuke no podia

recordar si el habia pagado la

habitación o si él. Aunque eso

realmente no importaba ahora.

Por si acaso era un escort, Sasuke

sacó algo de dinero de su bolso.

Incluso si no lo era, al menos

ayudaría a cubrir el costo de la

habitación. Colocó los billetes sobre

la mesita de noche junto al hombre

dormido. Nunca se molestó en saber

su nombre. Se preguntó si debía

dejarle una nota de agradecimiento.

Sasuke decidio no hacerlo. Parecia

una idea ridicula. En cambio, se

vistió lo más rápido que pudo y salió

de la habitación. En todo caso, fue

solo una noche; un error precipitado

que olvidaría pronto.

* * *

Tres años después, Sasuke vivía en un

nuevo departamento de dos

habitaciones. Estaba en la sala de

estar, de pie sobre una pierna

mientras sostenía la otra detrás de

ella lo más alto que podia. Habia

juguetes de peluche, bloques,

zapatos diminutos y huellas de

manos pegajosas esparcidas por todo el lugar. Al menos la casa se

encontraba mayormente limpia.

El yoga fue lo único que lo ayudó a

encontrar algo de paz durante un dia

loco. No fue fácil encontrar tiempo

para si mismo, y estaba agradecido

por los momentos en que pudo

hacerlo.

Sasuke inhaló profundamente y cerró

los ojos mientras estiraba su cuerpo

hacia la siguiente posición. En ese

momento, escuchó la puerta abrirse

y el golpeteo de seis pares de

pequeños pies dirigiendose hacia

el.

Se volvio para ver a seis pequeñas

linduras corriendo hacia el.

"iMamá!".

Todos se tambaleaban alegremente

hacia el con sus piernas regordetas,

claramente preparándose para

saltarle encima todos a la vez.

"Esperen, esperen!", dijo Sasuke,

tratando de detenerlos, pero era

demasiado tarde. "iAy!".

Fue derribado por los niños y cayó

junto con ellos, que le reían encima.

Sasuke no pudo evitar reir también

mientras intentaba sentarse.

"Hola a todos"', dijo el, agarrando al

más cercano para comenzar a

besarles. Cada niño abrazaba una

parte de su madre.

Menma fue el primero en recibir los

besos de su madre, mientras que las

gemelas, Naruko y Sasuki, se aferraban a

su brazo izquierdo. El brazo derecho

estaba ocupado por Sarada y Boruto, y Minato la sostenía firmemente por uno

de sus pies.

Se enteró apenas un mes

después de esa aventura de una

noche, de que habia quedado

embarazado. Pasaron otros meses

antes de que se enterara de que iba a

tener seis bebés; y se había

desmayado en el consultorio médico.

En aquel entonces, no tenia ni idea

de cómo iba a cuidar de todos ellos.

Pero ahora, justo después de su

segundo cumpleaños, no los

cambiaria por nada del mundo.

Siempre le alegraba el dia y le daba

miles de razones para sonreir todos

los días.

Minato era el timido. Incluso ahora lo

sostenia por el pie, se veia inseguro

de sí mismo. Parecía que quería

unirse a la diversión, pero en su lugar

empezó a jugar con los dedos de los

pies de Sasuke. Tenía el pelo Negro Azabache, rasgos regordetes y una mirada

de color igual que su pelo.

Menma era el cabecilla. Siempre era

el primero en meterse en problemas,

y se parecia mucho a su padre, con

mechones negros alborotado con tres marcas en cada mejilla y

aquellos ojos azules y traviesos

Suyos.

Sasuke se pregunto que pensaria el

padre de los niños si alguna vez se

enterara de ellos. El nunca le pidió

Su numero y no tenia idea de quièn

era realmente. En algún lugar, había

un hombre que tenia seis hijos y

nunca lo sabría.

A Sasuke no le importaba. Amaba a

sus hijos y no quería compartirlos

con nadie más.

Naruko y Sasuki tiraron de su brazo,

queriendo su turno para los besos.

Eran niñas una rubia con ojos azules

y la otra azabache con ojos negros, y

las que se parecian menos a sus

padres. Eran como diminutas

muñecas de porcelana, tan perfectas

que era casi difícil creer que fueran

reales.

Sarada tenia los ojos oscuros y el pelo

negro como Menma, pero sus rasgos

se parecian mas a los de Sasuke que a

los de su padre. Ella era la que

siempre mantenia a los demás a

raya, y le encantaba seguir las reglas.

Ahora esperaba pacientemente su

turno, simplemente agarrando al

brazo de Sasuke en lugar de tirar de

él.

Boruto tenía el pelo rubio con ojos azules algo oscuros. Era más

independiente que los demás y tenia

mucha curiosidad sobre el mundo.

Por lo general, seguia a Menma a los

problemas, incluso si intentaba ser

bueno.

Todos juntos habian cambiado la

Vida de Sasuke para siempre. Le dio a

cada uno de ellos un monton de

besos en la cara y sonrio cuando su

niñera, la Srta. Lisa, entro enfadada

a la habitación. El pelo se le estaba

soltando alrededor de la cara, y

parecía que había estado corriendo.

" Dios mío, lo siento por esto!", dijo,

riéndose de la situación en la

habitacion: "no pense que lo tirarian

al suelo!'".

"Está bien", dijo Sasuke mientras

Minato finalmente caminaba hacia el

por su turno. Tenia algo en la mano

"¿Qué es eso, cariño?".

Minato miro al suelo mientras abria la

mano y contestó: "Es una 'for',

mamá".

Le ofreció una flor arrugada. Era roja

brillante y probablemente muy

bonita en el jardin, pero ahora

parecia que Minato la apretaba

demasiado fuerte. Aun asi, Sasuke le

sonrió ampliamente cuando se la

dio.

"iAy, es hermosa, Minato!", exclamó

Con tanta emoción como pudo.

"iMuchas gracias, cariño!".

"¡Mama! grito Menma para llamar

su atención. "¡Yo tambien tengo una

for!".

Se metió la mano regordeta en el

bolsillo y sacó una flor púrpura que

estaba tan arrugada como la de

Minato. Incluso había perdido algunos

de sus pétalos. Menma pasó con

orgullo a Minato empujandolo, y se la

entregó a Sasuke.

"iTodos tenemos 'fores'! ", dijo Sarada,

apuntándose a sí misma, a Boruto, a

Naruko y a Sasuki. "Mamá, ¿quieres ver?".

"Ay, iqué adorable! ". Sasuke sonrió

mientras cada uno de sus bebés le

daba una flor roja o púrpura, todas

aplastadas por los niños. ";Gracias a

todos, me encantan!".

Extendió sus brazos y los envolvió a

todos en un gran abrazo. Era difícil

cuidar de los seis, pero siempre lo

hacian son reir. Sasuke nunca soñaria

con cambiar a sus seis hijos por

ninguna otra cosa.

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