Caebran.
Me imagino su cabello azabache revoloteando por su espalda mientras me le agarro la cintura por detrás en el mármol de la cocina, mis embestidas se vuelven más hambrientas y salvajes, inclino la cabeza hacia atrás perdido en el éxtasis que me da imaginarla y estoy a nada de venirme.
—¡Caebran espera! —una voz amortiguada se escucha, pero la ignoro y me reincorporo tomándola del pelo y jalándola por detrás, me pierdo en mis pensamientos volviéndome a imaginar esos labios carnosos color carmín alrededor de mi base. Chupando y lamiendo como una maldita hambrienta.
—¡Caebran despacio! —Me detengo y vuelvo a la realidad por un segundo y la volteo a ver.
—¿Qué te pasa?... Te dije que no me gusta el sexo rudo—. Se reincorpora en el sofá y me mira.
Joder. Pero a mí sí.
—Yo… No sé lo que me pasa—. Le digo acomodándome la camisa. Y es cierto, estos últimos cuatro meses desde que la vi ese día no la he podido olvidar, cada día me trae loco y no sé si podré volver a verla para apagar este deseo carnal que me está carcomiendo.
—Está bien, solo te pido que a la próxima lo hagas más lento… Por cierto hoy a la noche saldremos.
—¿Quién lo dice?
—Yo.
—No me dices que hacer, y no voy a ir —Contesto tajante. Algunas veces no soporto a Íngrid, quiere controlarme a su manera y está equivocada si cree que caeré.
—Por favor, es muy importante.
Ay Dios como jode.
—Esta será la primera y última vez que me dices que hacer. Pasare por ti a las ocho—. Una sonrisa se asoma en la cara y se abalanza hacia mi abrazándome.
—Por eso te amo. —Se pone de puntillas y toma mis labios dándome un beso tímido.
Casi volteo los ojos… Casi.
Me doy media vuelta sin decir nada y salgo de allí.
Abordo mi Ferrari y manejo a toda velocidad. Hace cuatro meses que decidí salir con Íngrid, no sé porque lo hice si solo la quería para una noche, he querido preguntar por Dalilah, he tratado de sacarle alguna información, pero me mira indignada y no me dice nada.
Tomo mi teléfono mientras manejo con una mano.
—Dmitry ¿alguna novedad?
—Si… descubrimos que la señorita Íngrid es hermano de Franccesco.
¡¿Qué?!
Aprieto los puños en el volante y respiro profundo. Franccesco Vitto es el maldito rey de la mafia francesa, el mismo cabron que asesino a mis padres a sangre fría. He estado buscándolo, pero se esconde muy bien.
Sin embargo, todavía no es hora de actuar necesito aclarar mis ideas y lo que hare. Porque su pobre hermanita esta tan enamorada hasta el tronco que tal vez la pueda usar.
Estaciono mi coche a las afueras de mi departamento
—¿Señor está ahí?—hablan en la otra línea.
—Si… No hagan nada yo me encargo—. Cuelgo y me bajo del coche.
Abro las grandes puertas de mi casa, es una mansión un poco vieja, pero con el tiempo ha sido remodelada. Llego a mi habitación y tomo una ducha rápida, salgo con una toalla alrededor de mi cintura y trato de descansar un poco pero no funciona, no sé dónde tengo la maldita cabeza, estoy ansioso y no sé por qué.
Pasan las horas hasta que decido que es hora de vestirme, retiro la toalla de mis caderas y elijo una camisa negra, con pantalones del mismo color que se ajustan a mi cuerpo. Me roció loción y me sacudo el pelo un poco. Agarro las llaves de mi Ferrari y me encamino hacia la salida.
Manejo hacia el departamento de Íngrid y espero a que baje, viene con un vestido que le llega hasta un poco abajo del muslo color rosa y un bolso de mano. Su cabello rizado le cae por los hombros.
Me dan ganas de asesinarla con mis propias manos.
— ¡Hola bebé! —se adentra al carro y me da un beso que tengo que reprimir una arcada de vomito.
—Hola.
Contesto, y sigo conduciendo sintiendo el incómodo ambiente que reina en la estancia.
—¿Cuál es el restaurante? —Le pregunto, seco.
—Es el Boui csgor.
—Bien.
Sigo conduciendo hasta llegar al restaurante italiano. Y abro la puerta del coche y me bajo. Íngrid se queda en el carro mirándome.
—¿Ahora qué? —le digo por fuera.
Me hace una seña con la cabeza y apunta hacia su puerta.
Le doy una mirada fría y niego con la cabeza. Ella sale a regañadientes del carro y yo avanzo hacia la entrada.
—¡Oye! Tienes que ser amable conmigo.
—No quiero hacerlo, me conociste así y no cambiare por ti.
Me da una mirada triste y yo maldigo.
—Vamos adentro mejor—. La tomo de la cintura y entramos.
El restaurante es muy elegante y sofisticado entramos y elegimos una mesa en el balcón. Pasan los minutos y seguimos en un silencio incómodo.
No sé a quién demonios estamos esperando, pero ya me cansé.
—¿Por qué tarda tanto? —Revisa su celular y…
—Lamento la demora, tuve un contratiempo.
Mi mente reacciona al instante a la dueña de esa voz, volteo y la saliva se me atasca en la boca, es ella.
Dalilah.
Íngrid se para rápidamente y la abraza yo me quedo sentado como pendejo viéndola.
Su cabello azabache está recogido en una coleta alta y bien peinada, ese vestido, ese maldito vestido que trae le queda de infarto, tiene uno de color aqua que se adapta a su cuerpo de diosa, viene con un maquillaje sencillo y los labios color carmín.
Se despegan de su abrazo y me mira.
—Señor Caebran— Me da la mano y la tomo besándole el dorso sin despegar el contacto visual, siento como su piel se eriza bajo mi tacto.
—Señorita Dalilah, es un gusto… otra vez.
—Lo mismo digo —Comenta con una sonrisilla, provocando que se le note ma dentadura blanca.
Nos quedamos viendo como si no existieran otros, pero una voz nos saca de nuestro ensimismamiento.
—¡Bien qué bueno que estas aquí, sí, pero ya siéntate para que podamos ordenar!—Le dice Íngrid a Dalilah con una sonrisa falsa.
Dalilah se ríe sutilmente.
—Bien. —Alza las cejas en su dirección y se sienta cruzada de piernas.
Ordenamos algunos platillos exóticos y esperamos. Dalilah y yo bebemos vino e Íngrid, agua.
—¿Y cómo te fue en tu viaje? —Le preguntan a mi lado.
—Fue un poco cansado al principio, pero estoy adaptada a trabajar duro y rápido. A los inversionistas le encanto el último diseño que a ti no te gusto. —Se muerde el labio sutilmente y yo agarro una bocanada de aire acomodándome en mi asiento.
Joder.
El mesero llega minutos después con nuestros pedidos y la cena transcurre en preguntas sin sentido. De algo que me di cuenta es que le gusto y me gusta, ya lo descubrimos por la forma lasciva en que nos miramos a veces. Aunque no nos hemos dirigido tanto la palabra, sé que hay algo, algo me recuerda a ella y se perfectamente que es.
Íngrid habla sobre el viaje que hicimos a España y me sobresalto al sentir un contacto en mi entrepierna.
Volteo sutilmente hacia abajo y veo el pie de Dalilah haciendo suaves masajes que me pone malditamente al límite sobre el cierre de mis pantalones.
Mi paquete se quiere reventar en mis pantalones por cada fricción que su tobillo hace en el punto exacto. Mi respiración se entrecorta y tengo que echar la cabeza hacia atrás disimuladamente por el placer que su pequeño pie me regala. Mi punto palpita por cada movimiento, estoy a punto lo siento, mis pernas se tensan y…
Casi suelto un maldito gemido cuando aprieta con sus pequeños dedos pintados de color carmín.
—¿Verdad que si amor?
Reacciono y me enderezo rápidamente.
—¿Qué?—contesto con la maldita voz más ronca de lo normal.
A ella se le dilatan los ojos y se sonroja.
—Hum que después de España me llevaste a las vegas.
—S-i—tartamudeó en el momento en que Dalilah acelero sus movimientos de sus pequeños pies en el punto exacto. Mis piernas se tensan y alzo mi pelvis en busca de más fricción, ella sigue con sus movimientos de arriba abajo y roza la cabeza de mi intimidad contra el pantalon. Eso basto para que con un gran gemido silencioso me viniera.
—¿Te sientes bien estas pálido?—Me pregunta con una sonrisilla Dalilah.
Maldita.
Carraspeo. —Si, estoy bien, si me permiten necesito irme, recibí un mensaje de Dmitry.
Mentira, solo necesito irme y pensar en lo que acaba de pasar. Íngrid se levanta preocupada y niego.
—No te molestes, no podré llevarte.
—No te preocupes yo la llevo. —Dice Dalilah.
Asiento y me retiro de allí con la mano en la entrepierna sutilmente, perdí el control y no me gusta hacerlo. Me las pagara.
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Comments
Pabla Rodriguez
no paro de reír Dalilah es mala pobre hombre lo dejó fuera de base la novela está super buenísima
2024-09-19
0
Martha Padilla
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣 Eso estuvo bueno
2023-10-24
1
Ester Ayala F
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🔥🔥🔥🔥🔥🔥
2023-05-24
1